Congreso

Más presión con los presupuestos: PNV y PDeCat encarecen su apoyo al Gobierno

Ambos partidos mantienen la puerta abierta a presentar una enmienda a la totalidad antes del viernes

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, a su llegada a una rueda de prensa previa a la Junta de Portavoces, en el Congreso de los Diputados, a 18 de octubre de 2022, en Madrid (España).18 OCTUBRE 2022;CONGRESO;CONGRESO DE LOS DIPUTADOS;JUNTA DE PORTAVOCES;POLITICOSEduardo Parra / Europa Press18/10/2022
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, a su llegada a una rueda de prensa previa a la Junta de Portavoces, en el Congreso de los Diputados, a 18 de octubre de 2022, en Madrid (España).18 OCTUBRE 2022;CONGRESO;CONGRESO DE LOS DIPUTADOS;JUNTA DE PORTAVOCES;POLITICOSEduardo Parra / Europa Press18/10/2022Eduardo ParraEuropa Press

El Gobierno afronta unas horas de máxima tensión para tratar de salvar sus presupuestos. Con tan solo 153 escaños y un Congreso muy fragmentado, tiene que atar 23 apoyos negociando a múltiples bandas para superar las enmiendas a la totalidad, que se tienen que votar el 27 de octubre, aunque el margen para presentarlas acaba este viernes. De esos 23 apoyos necesarios, se antojan imprescindibles los 13 de Esquerra, aunque tienen un alto coste para el Gobierno por las exigencias de los republicanos, y los seis del PNV, que también está encareciendo sustancialmente el precio de sus votos. También pueden resultar muy importantes los cuatro del PDeCat, partido influyente desde que se desgajara de JxCat.

En las filas del grupo nacionalista vasco están optando por desmarcarse de la línea más «blanda» de Bildu, que se ha mostrado muy condescendiente con las cuentas del Estado y apenas ha mostrado oposición. Desde el primer momento, Bildu ha valorado «positivamente» las cuentas, una postura que cuestionan en el PNV y alimenta la pugna que mantienen ambos partidos en el País Vasco por la hegemonía política. Una imagen en las últimas horas en el Congreso permite ilustrar meridianamente las diferencias: mientras Bildu ni ha aparecido por la Comisión de Presupuestos, por donde están desfilando altos cargos del Estado para exponer su opinión sobre las cuentas públicas, la diputada del PNV, Idoia Sagastizabal, ha aprovechado las sesiones y se ha mostrado dura, asumiendo parte de los análisis críticos de la presidenta de la AIREF y del Gobernador del Banco de España (han mostrado mucha preocupación por el aumento del gasto sin una garantía de ingresos estructurales para financiarlo, lo que amenaza con perpetuar el déficit público): los ha bautizado como «demoledores».

Ha habido plantón de Bildu a las comparecencias, pero también de Esquerra, un gesto que entre los partidos del Gobierno (PSOE y Podemos) ven como una señal de que los republicanos se van a avenir a apoyar finalmente los presupuestos pese a que también mantienen la amenaza de presentar una enmienda a la totalidad. En el PSOE siguen rechazando vincular presupuestos y agenda de «desjudicialización» (es decir, la reforma del delito de sedición y rebelión), aunque habrá que ver si finalmente acaba cediendo porque los republicanos han puesto esa cuestión como eje central para dar su apoyo a las cuentas públicas. Se hace muy difícil ver a ERC respaldando al Gobierno sin una contrapartida clara en esa materia.

En el PNV, a 48 horas de que concluya el plazo para las enmiendas a la totalidad, mantienen la puerta abierta para presentar una y advierten de que no van a poner las cosas fáciles. Menos aún teniendo en cuenta que su malestar viene cultivándose desde hace tiempo por los incumplimientos del Gobierno en materia de transferencias: según precisan, quedan una «veintena larga» de traspasos y tan solo se han completado cinco en los dos últimos años. Además, desmienten que el traspaso de Cercanías esté cercano tal y como se ha intentado proyectar desde Moncloa: es más, desde el gobierno vasco se han hecho seis propuestas en los últimos tiempos para poner en marcha otras transferencias, pero no han obtenido respuesta del Gobierno. Y, darle la vuelta a ese malestar tampoco va a ser fácil porque en el PNV advierten que las transferencias no pueden ser «moneda de cambio» y aspiran a alguna contrapartida de calado que permita justificar su apoyo a los presupuestos. De momento, sobre el contenido de las negociaciones, hay mucho hermetismo en las filas de los nacionalistas vascos.

Tampoco el PDeCat se ha mostrado muy satisfecho con el proyecto de presupuestos, como ha dejado también constancia Ferran Bel en la Comisión de Presupuestos: en la línea del PNV, también se ha mostrado muy crítico con los números de Moncloa (tanto en los ingresos como en los gastos) y ha asumido la calificación de la presidenta de la AIREF: son unas cuentas que nacen «viciadas». En su caso, más allá de las cuentas, también ha puesto mucho énfasis desde el primer momento en el grado de ejecución de los presupuestos de 2022, que tampoco está siendo excesivamente bueno. Pese a todo, el PDeCat decidirá este jueves si presenta o no una enmienda a la totalidad, aunque Bel tampoco es partidario de obstruir la tramitación ya que eso impediría mejorar las cuentas más adelante.