Congreso

Esquerra planea una enmienda para tumbar los presupuestos de Sánchez

Los republicanos tienen hasta el 21 de octubre para presentar las enmiendas a la totalidad: avisan que no aceptarán el chantaje con las cuentas catalanas porque están abiertos a prorrogarlas

GRAF9651. BARCELONA, 08/10/2022.- El presidente de ERC, Oriol Junqueras, junto a la secretaria general del partido, Marta Vilalta (i), la consejera de Presidencia, Laugra Vilagrà (2d), y el diputado Gabriel Rufián (d).
GRAF9651. BARCELONA, 08/10/2022.- El presidente de ERC, Oriol Junqueras, junto a la secretaria general del partido, Marta Vilalta (i), la consejera de Presidencia, Laugra Vilagrà (2d), y el diputado Gabriel Rufián (d).Alberto EstevezAgencia EFE

El contexto político en Cataluña parece abocar a Esquerra y el PSC a entenderse igual que hacen los republicanos con el Gobierno en Madrid, pero ese escenario está del todo alejado por ahora. En el partido de Oriol Junqueras y Pere Aragonès crece el malestar ante los incumplimientos de Moncloa y eso ha conducido a planear la presentación de una enmienda a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado, según explican desde ERC. El plazo para presentarlas acaba el próximo 21 de octubre y se debatirán en el pleno del 26 y 27.

De momento, es tan solo un escenario que se baraja, y puede ganar fuerza en los próximos días si el Gobierno no acelera y cumple con sus compromisos tanto en materia presupuestaria (los de 2022) como, sobre todo, en materia de «procés». Esta segunda carpeta es, precisamente, la más delicada de todas porque es muy impopular de asumir para el Gobierno, pero en ERC la consideran imprescindible para negociar los presupuestos. En concreto, en Esquerra exigen que su agenda de «desjudicialización» (así es como se han bautizado las medidas que reclaman y que están orientadas a dar una salida a todos los políticos y activistas independentistas que siguen con problemas con la Justicia) quede materializada antes del 31 de diciembre a través de reformas legislativas en el Congreso: la principal es la reforma de los delitos de sedición y rebelión. De hecho, estas exigencias son la alternativa a la ley de amnistía, que dan por inviable.

Por ahora, ha habido avances, aunque no cumplen con las expectativas de los republicanos. «Hasta que no noten la presión, no se moverán», asumen en Esquerra, que, al mismo tiempo, aseguran que ya han trasladado en los primeros contactos por privado que, si el Gobierno no cumple, no habrá apoyo a los presupuestos.

Asimismo, ante la tentación de que el Gobierno pueda usar los presupuestos catalanes para presionar y chantajear a ERC con el respaldo a los PGE y así hacer un intercambio de apoyos, en Esquerra advierten de que ellos no tienen ninguna presión y se pueden permitir prorrogar las cuentas de 2022 dadas las circunstancias que hay en Cataluña. En cambio, el Gobierno no podría asumir ahora quedarse sin cuentas públicas con las medidas económicas y sociales que incorpora, todas ellas con una evidente pátina electoralista.

El proyecto está elaborado con un aumento del techo de gasto y cuenta con medidas de alto impacto para muchos colectivos (pensiones, sueldos públicos, dependencia, «renta crianza», prolongación de la gratuidad de los servicios de Cercanías o becas), aunque muchas partidas sean muy cuestionables desde un punto de vista de la viabilidad económica, Eso por la vía del gasto, ya que por la vía de los ingresos también incluyen medidas «electoralistas», como el impuesto a los «ricos», en plena guerra fiscal con el PP.

Se antoja difícil que el Gobierno no acabe cediendo a las peticiones de Esquerra para que prosperen los presupuestos, aunque también es cierto que los republicanos se han ido hartando de la estrategia de Moncloa: atar apoyos más asequibles primero, como los votos de PNV y Bildu (con ambas formaciones se ha puesto ya manos a la obra a negociar), y dejar para el final a Esquerra para tener una mayor capacidad de presión y debilitar la posición de los republicanos. Sin embargo, en ERC quieren desmontar ese escenario lanzando avisos: horas después de que el Gobierno aprobara en Consejo de Ministros las cuentas, Gabriel Rufián advirtió que el voto de ERC «se suda». Ahora, ya contemplan dar un paso más allá y presentar una enmienda a la totalidad para que el Gobierno note mayor presión.

Lo cierto es que los presupuestos están diseñados para sacarlos adelante con el bloque de investidura pese a que, incluso ahí, el PNV también ha mostrado ciertos recelos en las medidas impositivas adoptadas, que consideran también muy electoralistas. No obstante, el apoyo de Bildu y el PNV parece más allanado que el de los republicanos. Quien se antoja difícil que entre en el concurso es el bloque de la derecha: tanto PP como Vox y Ciudadanos han sido muy críticos con los presupuestos desde el primer momento. Actualmente, el Gobierno cuenta con 153 escaños y necesita 176 para la mayoría absoluta: los 13 de Esquerra son muy importantes porque eso evitaría al Gobierno tener que recurrir a partidos minoritarios, que siempre acaba traduciéndose en más cesiones.

Y tampoco los minoritarios parecen muy predispuestas a apoyar fácilmente las cuentas de Sánchez ya que también hay bastante malestar. El PDeCat, con cuatro escaños, ya ha avisado que tendrá muy en cuenta el grado de ejecución de los PGE de 2022 en Cataluña; o, Teruel Existe y Coalición Canaria han acrecentado su cabreo en los últimos meses.

Las cuentas se han erigido en el punto de partida de la campaña electoral para el Gobierno: a partir de enero, todos los partidos han asumido que la agenda legislativa se pondrá mucho más cuesta arriba por las citas con las urnas y el contexto para negociar será menos propicio. Por ello, los presupuestos cobran mucha relevancia para Sánchez. Apruebe o no los presupuestos de 2023, el presidente del Gobierno tampoco tiene ningún incentivo para adelantar los comicios porque va muy por detrás de Alberto Núñez Feijóo en las encuestas y porque el segundo semestre de 2023 tiene otra plataforma electoral para proyectarse: la presidencia de la Unión Europea, donde aspira a explotar su perfil internacional.