Detenidas
Repatriadas dos mujeres españolas que se marcharon a Siria para hacer la yihad
Se trata de Yolanda Martínez, que tiene 4 hijos, y Luna Fernández, que llegó a España con 9 niños
Dos mujeres españolas con varios menores a su cargo y que presuntamente se habían casado con yihadistas han llegado la pasada noche a España procedentes de campos de refugiados en Siria. Tras su arribada, quedaron detenidas, ya que pesaba sobre ellas una orden de arresto de la Audiencia Nacional, y sus hijos menores, a disposición de las autoridades.
Se trata de Yolanda Martínez, que tiene 4 hijos, y Luna Fernández, que llegó a España con 9 niños. Se encuentran bajo custodia policial a la espera de pasar a disposición de la Audiencia Nacional. Hay una tercera mujer de un yihadista que no ha sido localizada y que, por tanto, no ha sido retornada por las autoridades españolas, informa Ep.
Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores visitó antes del verano a españolas vinculadas con Estado Islámico que permanecen en los campamentos de refugiados en el norte de Siria con el fin de establecer las condiciones para su eventual repatriación a España, según confirmaron a Europa Press fuentes diplomáticas.
Dicho funcionario se desplazó a los campamentos de Al Hol y Al Roj para poder “entrevistarse con los ciudadanos españoles que se encontraban allí” y “establecer las condiciones para proceder a la repatriación, una vez que se cumplan las condiciones de seguridad para ello”.
En septiembre de 2019 la Audiencia Nacional emitió órdenes internacionales de detención contra cuatro mujeres -tres españolas y una marroquí- que estaban en Siria, país al que viajaron para enrolarse en las filas del Estado Islámico y que habían expresado su voluntad de regresar a España. Estas mujeres tenían en aquellas fecha a 17 menores a su cargo.
Según han comentado a LA RAZÓN expertos en la materia, en el caso de algu nios menores, los hay de 15 años, deberán ser sometidos a un periodo de observación ya aque una de las estrategias del Estado Islámico, que continuó en los campos de refugiados, era la del adoctrinamiento de los menores, no sólo en asuntos ideológicos sino operativos, con el fin de que se convirtieran en los “leones del mañana”.
En abril de 2015, LA RAZÓN daba cuenta del contenido del número 8 de la revista DAVIQ, órgano de prensa de Daesh. Bajo el título de «Los leones del mañana», aparecía las fotografías de dos adolescentes que, según los yihadistas, asesinaron de un tiro en la cabeza a tres «espías»: dos rusos y un israelí.
De paso, anunciaban que tenían en marcha «institutos» para formar a los jóvenes militar y religiosamente. «A medida que el Estado Islámico continua su marcha contra las fuerzas de la incredulidad, existe una nueva generación esperando con impaciencia el día en que ella sea llamada a tomar la bandera de Imán». Agregaba que los adolescentes son adoctrinados bajo la sharia a un «sólo un tiro de piedra de la primera línea de combate». «El Estado Islámico va a cumplir con el deber de la Ummah hacia esta generación. Los va a preparar para que combatan a los cruzados (cristianos) y sus aliados en defensa del Islam y elevar en alto la palabra de Dios en toda la tierra».
El DAESH decía que había fundado institutos para formar a estos «cachorros de león», entrenarlos y perfeccionar sus habilidades militares. También para enseñarles el libro de Ala y «la Sunnah de Su Mensajero». Según diversas fuentes, este tipo de entrenamisntos continuaron en los campos de refugiados controlados por los kurdos en Siria.
Una mujer italiana detenida por los carabineros tras regresar del campamento de Al-Hol, en Siria, reconoció que había viajado en 2015 junto a su marido, de nacionalidad marroquí, a Siria y que, entre otras cosas, se dedicó a la radicalización de sus hijos para que abrazaran el yihadismo y odiaran a occidente.
Los cabecillas de Daesh diseñaron una estrategia, dentro de su concepción de un califato que aspiraba a abarcar con el tiempo a todo el mundo, que permitiera la continuidad de la banda yihadista. Contaban, sobre todo desde finales de 2015, o quizás antes, con que la victoria con la que soñaban no era tan sencilla y que podían ser derrotados militarmente, como ocurrió unos años después.
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