Inmaculada Montalbán

Pionera contra la violencia de género

La jueza Inmaculada Montalbán Huertas, el pasado mes de diciembre
La jueza Inmaculada Montalbán Huertas, el pasado mes de diciembreCristina BejaranoLa Razón

Su designación quiebra toda una norma desde hace décadas en el Constitucional: que la vicepresidencia del alto organismo recaiga en alguien de otra mayoría lograda en la presidencia. Pero la bisoñez de los magistrados del ala conservadora se ha puesto de manifiesto y, fracasado su apoyo a la izquierdista María Luisa Balaguer, el puesto de número dos será también para una magistrada de corte progresista, Inmaculada Montalbán. Algo que rompe la tradición pero que revela el bloque monolítico progresista que se avecina ante las nuevas leyes del Gobierno de Sánchez, entre ellas, las más importantes, las que pueden afectar al «procés» de Cataluña. Inmaculada Montalbán Huertas llega a la vicepresidencia del TC con tan solo catorce meses en el cargo como magistrada del tribunal y con una larga experiencia en el tema de la violencia de género, derechos de igualdad y jurisprudencia en sentencias contra la violencia machista. «Un maltratador no puede ser ni buena pareja ni un buen padre», afirmó recientemente en unos de sus últimos trabajos escritos.

Nacida en Iznalloz, Granada, estudió Derecho y fue juez del Tribunal Tutelar de Menores en Almería. Allí desarrolló una gran labor en materia de malos tratos, violencia de pareja y agresiones machistas, lo que plasmó en números escritos sobre el derecho a defensa de las mujeres frente a las diferentes formas de violencia.

Vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PSOE y máxima responsable del Observatorio para la Violencia de Género, su nombramiento se interpreta como todo un signo ante la escalada de agresiones en esta área. Y un guiño del propio Gobierno, a través de esta mayoría izquierdista en el TC, para afrontar la cascada de reacciones ante la polémica ley del «solo sí es sí», la Ley Trans, y los tremendos ataques acaecidos.

Experta en materias de igualdad y derecho antidiscriminatorio, fue la primera magistrada andaluza en formar parte el CGPJ, y se ocupó de todos los temas relativos a la violencia de género. En el seno de este organismo creó el foro de igualdad, violencia doméstica y de género, con numerosos foros en el Parlamento Europeo, creando un sistema de recopilación y estudio de jurisprudencia en la materia. Sus publicaciones al respecto son numerosas y se considera una gran activista en violencia de género, partidaria de una legislación avanzada en consonancia con las directrices de la Unión Europea.

Se la considera una buena técnica en estos asuntos, bien preparada y experta en algo que hoy supone una lacra social cada día más alarmante. Su designación inclina claramente la balanza progresista del Tribunal Constitucional y deja prácticamente fuera de juego en todos sus órganos decisorios a los magistrados del sector conservador.