Terrorismo

64 años después, ETA sigue presente en nuestra sociedad

La influcencia política de los sucesores de lo que fue su brazo político les otorga una fuerza especial, que se traduce en un número creciente de votos

64 años después, ETA sigue presente en nuestra sociedad
64 años después, ETA sigue presente en nuestra sociedadla Razón

Hoy se cumplen 64 años de la fundación de ETA, la banda de delincuentes más peligrosa y destructiva que ha conocido España. Pese al tiempo pasado, los 854 asesinatos cometidos por sus miembros (más de 300 sin que se conozca su autoría), los 25.000 millones de euros (3.000 en la central nuclear no terminada de Lemóniz) en pérdidas económicas, la organización criminal sigue presente. Sus anuncios de fin de actividades, entrega de las armas (nunca del todo bien aclaradas) coinciden con la obstinación de los terroristas en pedir perdón a las víctimas y, si no quieren hacerlo (que parece que no), al menos colaborar con la Justicia para el esclarecimiento de sus crímenes.

El resultado es que ETA sigue presente en la sociedad española y con un papel preminente gracias a que la formación política, sucesora en el tiempo del que fue su brazo político, se ha convertido en socio preferente del Gobierno socialista; todo parece indicar, salvo que Puigdemont decida lo contrario, será esencial para la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo.

¿Quién les iba a decir a Julen Madariaga, Benito del Valle o José Luis Álvarez, “Txilladergui”, que fueron, entre otros, los fundadores de ETA, que, después de más de seis décadas, aquel grupúsculo contaría con tanto protagonismo en nuestra sociedad?

En cualquier caso, los recientes comicios han dejado una terrible conclusión, en especial para las víctimas: los beneficios a los presos terroristas no le pasan factura al que los da y otorga votos a EhBildu en detrimento del PNV. Es lo que han decidido los electores y en democracia eso no es discutible. Analizable, sí, pero nada más.

Parece como si todas estas décadas de terror y destrucción estuvieran descontadas por muchos millones de españoles, algunos de los cuales, por su edad, no las vivieron directamente. Es una de las consecuencias de que el terrorismo de ETA no se haya incluido en los manuales de estudio de nuestros jóvenes y haya sido impartido con toda su cruda realidad. A esto hay que añadir, el plan sistemático de cambiar el relato de una historia tan cruel como injusta y que, para colmo, durante la anterior legislatura, se les diera cobertura legal a los que están empeñados en llevarla a cabo.

Ahora, podrán hacer lo que les permitan, pero está demostrado que la historia real la escriben los auténticos especialistas muchos años después de que sucedieran los hechos. No estaremos aquí para verlo. Pero estos 64 años quedarán marcados por lo que han sido: asesinatos, secuestros extorsión, amenazas...todo ello en un contexto de auténtico genocidio.