Albert Rivera: «No me gusta la idea de un frente para desalojar al PP»

Albert Rivera (Barcelona) atiende a este periódico en su despacho en el Parlament de Cataluña. Es probable que su próximo despacho esté en el Congreso de los Diputados, pero se resiste a confirmarlo. Antes queda por resolver el mapa institucional tras las municipales y las autonómicas.

–La semana pasada se vio con Mariano Rajoy. ¿Qué perspectivas hay de entendimiento?

–No me conocía personalmente con él, fue más bien una entrevista con el presidente del Gobierno que con el líder del PP. Comentamos muy poco los resultados de las municipales y hablamos bastante sobre la situación en Europa, sobre la deuda pública y sobre Cataluña. En este punto le transmití mi voluntad de que si después de las autonómicas hay un escaño más por parte de los que defendemos la unidad de los españoles hay que sumar. Mi impresión es que tanto Rajoy como Pedro Sánchez han entendido que en Cataluña hace falta una alternativa a Artur Mas y creo que lo podemos lograr en las siguientes elecciones catalanas.

–También se reunió con Pedro Sánchez.

–Me tanteó más sobre cómo íbamos a movernos. Comentamos las condiciones de Ciudadanos para llegar a acuerdos, por ejemplo en materia de lucha contra la corrupción. Pero nos remitimos a nuestros equipos territoriales para que sean ellos quienes lleven el peso de las conversaciones.

–¿No cerró nada con ninguno de ellos?

–Cuando haya acuerdos se van a mostrar, se van a explicar con luz y taquígrafos y se van a dar todas las concreciones. No podemos retransmitir en directo las conversaciones, no es razonable.

–Podemos aboga por desalojar del PP de las instituciones allá donde sea posible cerrar una fórmula de gobierno alternativa. ¿Cuál es la postura de Ciudadanos?

–No me gusta la idea de un frente para desalojar al PP, como tampoco me gusta la lógica de «acordonar a Podemos», como dijo Esperanza Aguirre. El PP sufrió en Cataluña la exclusión mediante el pacto del Tinell y siempre hemos dicho que fue absurdo y poco democrático. Esto es como si en la Transición Suárez hubiera dicho que no hablaba con Carrillo o González hubiera dicho que no hablaba con Fraga. Hay ciertas similitudes ahora con aquel momento, porque también vamos a una España con cuatro partidos en el tablero.

–¿Qué mapa de alianzas políticas intuye que se va a formar como resultado de las elecciones municipales y las autonómicas del 24 de mayo?

–Está todo un poco verde. Si de nosotros depende no va a haber un mapa de frentes, de rojos contra azules. Eso se ha acabado. Nosotros hemos fijado tres ejes (regeneración democrática, recuperación económica y derechos sociales) y vamos a hablar con el PP y con el PSOE en aquellos sitios donde sus listas han sido ganadoras. Llevamos 30 años, por no decir 200, de rojos contra azules, pero nosotros no lo vemos así.

–¿Qué consigna ha dado la dirección de Ciudadanos a sus equipos territoriales?

–No he dado instrucciones para que el mapa quede bonito, ni para quedar más escorado a un lado u a otro. Son los españoles quienes han votado y quienes han decidido los ganadores. La consigna es que si vamos a llegar a acuerdos de investidura podamos sacar pecho porque nos sentimos orgullosos de los cambios que hemos logrado.

–¿Qué posibilidades hay de acuerdo entre Ciudadanos y PP en la Comunidad de Madrid?

–Ha habido reuniones de Ignacio Aguado con Cristina Cifuentes pero no se ha profundizado nada.

–¿Las dimisiones de los consejeros Salvador Victoria y Lucía Figar despejan el camino para el acuerdo?

–Digamos que quitan la porquería de la mesa y permite que podamos hablar. Pero insisto en que nosotros no hemos negociado nada. Si vuelven a producirse imputaciones en el PP, tal y como apuntan algunas informaciones periodísticas, pues esperamos reacciones inminentes.

–¿Cuál va a ser la clave de las conversaciones para llegar a un acuerdo en la Comunidad de Madrid?

–En mi opinión la clave es si Cifuentes puede tomar las riendas del PP en Madrid y, por tanto, no se produce esa bicefalia con Esperanza Aguirre que hemos visto en campaña. Creo que los madrileños quieren ver que la persona que quiere ser presidenta de su comunidad puede garantizar que va a poner todas las medidas para atajar los escándalos en su partido. Cifuentes está en una encrucijada: la lista se la ha hecho Aguirre y está por ver si puede tener el control. Queremos hechos y compromisos por escrito porque la política no puede ser sólo intuición y confianza.

–¿Y la clave en Andalucía para apoyar la investidura de Susana Díaz cuál es?

–Básicamente que el pacto anticorrupción que dijeron que les gustaba tiene una excepción en la figura de Chaves. Cuando hemos pedido concreción en este punto no la habido. Si Susana Díaz cumple con esto pues hay posibilidades de entenderse en materia económica y social para hacer una política más moderna, también en materia de ley electoral para que haya listas abiertas y también en derechos sociales. Ahora mismo no se qué va a ocurrir, está en manos de Susana Díaz.

–¿Se siente satisfecho del resultado de Ciudadanos el 24-M por lo que están pudiendo condicionar el tablero a pesar de que las expectativas para ustedes parecían mayores?

–Ciudadanos viene picando piedra desde hace varios años y sabemos lo difícil que es pasar de 11 concejales a 1.570, de no tener ninguna alcaldía a tener 69, o de tener tres diputados en un solo parlamento autónomico a tener 75 en 12. Valoro muchísimo el resultado porque, además, estamos consiguiendo que a lo mejor la gente no percibe en el ruido y es forzar a los viejos partidos a hacer cambios incluso estando nostros en la oposición. Ésta es una de las virtudes de que no haya mayoría absolutas. ¿Alguien piensa que Lucía Figar o el consejero de Justicia hubieran dimitido en 24 horas con las mayorías de antes? Nadie. Hoy Ciudadanos tiene 756 grupos municipales en ayuntamientos españoles y esto nos da estructura de cara a construir un proyecto para toda España.

–Artur Mas ha puesto el 27 de septiembre como fecha de las elecciones catalanas. Usted lo ha puesto en duda a menudo. ¿Cree que no va a haber elecciones?

–Mi percepción es que si Mas pudiera dar marcha atrás no convocaría las elecciones. El problema es que están anunciadas y que sus aliados de ERC y la Asamblea Nacional Catalana las exigen. Parece que van directos a la roca y que van a sufrir un batacazo para Convergència y que incluso pueda acabarse la carrera de Mas.

–¿No se imagina un rectificado a última hora para mover la fecha electoral?

–Se me ocurrre que ERC rompa con CiU a nivel municipal y que así Mas tenga una excusa para dar marcha atrás a las elecciones en septiembre, o bien que Rajoy sitúe las elecciones generales el 27 de septiembre y que Mas no quiera que coincidan. No se me ocurren muchos supuestos más, pero ambas variables se me escapan. En todo caso nosotros estamos preparados para todo.

–¿Qué mapa político cree que se va a configurar tras las llamadas «elecciones plebiscitarias» en Cataluña?

–Creo que son unas elecciones fundamentales porque por primera vez puede no haber una mayoría soberanista. Estoy convencido de que el crecimiento de Ciudadanos junto a la entrada de nuevas fuerzas políticas y los votos de PP y PSC puede posibilitar que haya más escaños a favor de la unión de España que de la separación. Entiendo que vaya a haber todos los matices del mundo sobre el proyecto, pero creo que el mensaje va a ser que los catalanes quieren un proyecto común con el resto de españoles, eso sí reformado y regenerado. Nosotros pensamos que el mejor antídoto contra el separatismo es que España funcione. Que las instituciones funcionen, que la economía funcione y que no sé de la espalda a Europa.

–Usted duda entre ser candidato a la presidencia de la Generalitat y ser candidato a la presidencia del Gobierno. ¿De qué va a depender esta decisión?

–Hay varios parámetros y algunos se han ido definiendo como el resultado de las elecciones municipales. En menos de dos semanas tomaremos una decisión. Tengo cosas pensadas pero esto es una decisión de un equipo. Como presidente del partido es verdad que estoy dispuesto a maximizar el resultado de las próximas citas electorales para conseguir los cambios que queremos.

«El día que no me apasione la política o no sea libre lo dejaré»

–Entró en política ya hace nueve años. ¿Le queda mucho recorrido todavía?

–Bueno, me queda recorrido pero mucho menos de lo que otros llevan. La política es intensa, es apasionante, pero también es duro. En las elecciones municipales hemos visto los casos de esos alcaldes que llevan 30 años en el cargo. Yo no me veo en política toda la vida. Tengo 35 años y tengo otras inquietudes en el mundo profesional y académico. El día que no me apasione lo que hago o el día que no sea libre, pues lo dejaré. No reniego de lo que hago, estamos en una etapa muy interesante, en una segunda transición por llamarla de alguna manera y no me la quiero perder. Pero mi límite es que mi ilusión no se renueve.

–Defiende que Ciudadanos esté en oposición en todos aquellos municipios donde no ha logrado la victoria. De cara a las elecciones generales, ¿también descarta formar un gobierno de coalición?

–Francamente no lo veo. Igual estoy muy dañado por los tripartitos que vimos en Cataluña, pero yo creo que el ganador debe poder formar su equipo de gobierno, con ministros de su confianza o al menos próxima.