Terrorismo

La Audiencia Nacional juzgará el 3 de julio a los etarras «Ata» y Zaldua por el asesinato de Giménez Abad

La Sala pide a Francia la entrega temporal del exjefe de ETA porque su presencia en la vista es «imprescindible»

Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, ATA, en la Audiencia Nacional/Efe
Mikel Carrera Sarobe, "Ata", en un juicio en la Audiencia Nacionallarazon

Veintidós años después de que ETA asesinara en Zaragoza al entonces presidente del PP de Aragón Manuel Giménez Abad –uno de los 379 crímenes de la banda terrorista todavía sin resolver–, la Audiencia Nacional sentará en el banquillo a los dos etarras acusados del asesinato del senador: el exjefe de ETA Mikel Carrera Sarobe, «Ata», e Itxaso Zaldua, «Sahatsa», para quienes la Fiscalía pide 30 años de prisión. En una resolución de la Sección Primera de la Sala de lo Penal –a la que ha tenido acceso LA RAZÓN–, el tribunal ha señalado el comienzo del juicio el próximo 3 de julio.

Tras admitir el pasado día 10 todas las pruebas propuestas tanto por las acusaciones –la Fiscalía, Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Dignidad y Justicia y la familia del político asesinado– como por las defensas, 48 horas después la Sala acordó en una resolución la detención y prisión de «Ata» –que actualmente cumple condena en Francia– y la petición a las autoridades del país vecino de su entrega temporal, al considerar «imprescindible su presencia en el juicio oral (una demora en esa autorización obligaría a la Audiencia Nacional a esperar o a juzgar en solitario a Itxaso Zaldua y, posteriormente, al exjefe «militar» de la banda terrorista).

El tribunal justifica la medida de prisión provisional argumentando la elevada pena a la que se enfrenta y las «circunstancias concurrentes», que según su criterio «hacen inviable cualquier otra medida cautelar distinta para evitar el riesgo de fuga».

La Sala elude la identificación de los testigos protegidos

Asimismo, según apuntan fuentes jurídicas la Audiencia Nacional ha sorteado la petición de la defensa de Carrera Sarobe de que se revele la identidad de los seis testigos protegidos que declararán en el juicio, que identificaron a «Ata» como el terrorista que disparó a bocajarro a Giménez Abad ese 6 de mayo de 2001 cuando se dirigía junto a su hijo Borja, entonces menor de edad, a ver un partido del Real Zaragoza al estadio de La Romareda. El tribunal ha diferido la resolución de esa petición al trámite de cuestiones previas que antecede a la celebración del juicio oral.

Como adelantó este periódico, la abogada de «Ata», Jaione Carrera, solicitó a la Audiencia Nacional conocer la identidad de los testigos protegidos –cuyo testimonio será determinante para corroborar el reconocimiento del exjefe de ETA como supuesto autor de los disparos– para poder así «confrontar su fiabilidad y credibilidad». La letrada hizo hincapié en que las identificaciones de «Ata» se realizaron 16 años después del atentado, de forma «sorpresiva», se quejó. El objetivo de la defensa del terrorista es claro: hacer aflorar posibles causas de «parcialidad u hostilidad» de esos testigos para lograr tumbar esas identificaciones o, al menos, crear en el tribunal una duda razonable que impida sustentar una condena contra Carrera Sarobe.

«Ata» afirmó en su declaración por videoconferencia desde prisión en febrero de 2020 que el día del asesinato de Giménez Abad se encontraba en el País Vasco francés en una fiesta en apoyo de las ikastolas (de hecho, llevará al juicio a varios testigos para que corroboren esa versión ante el tribunal).

Prueba caligráfica determinante

Itxaso Zaldua –defendida por el letrado Aiert Larrarte– también se juega mucho con el testimonio de uno de los cinco testigos que aseguraron que el autor de los disparos huyó tras cometer el crimen en compañía de una mujer, a la que reconoció fotográficamente como «Sahatsa».

El abogado de Zaldua también impugnó sin éxito el informe de la Guardia Civil que analiza una de las pruebas determinantes para procesar a la etarra por el asesinato de Giménez Abad: una nota manuscrita atribuida al «comando Basajuan», a quien se imputa el atentado, que fue intervenida en Tarbes (Francia) al dirigente de ETA Ibon Fernández de Iradi, «Susper», al ser detenido en diciembre de 2002.

Una prueba caligráfica realizada a «Sahatsa» en julio de 2020 por la Policía Científica concluyó que las «analogías» entre los dos cuerpos de escritura eran suficientes para atribuirle la autoría de la nota, lo que provocó su procesamiento.

Su hijo declarará como testigo

La Sala ha dado su visto bueno a que uno de los hijos de Manuel Giménez Abad, Borja Giménez Larraz, que acompañaba a su padre cuando fue asesinado, declare en la vista oral como testigo, una comparecencia que solicitaron a la Audiencia Nacional tanto las acusaciones como las defensas de los dos etarras. «Ata» fue reconocido por el hijo de Giménez Abad en dos ocasiones. Primero fotográficamente, en 2014, y posteriormente en una rueda de reconocimiento que se celebró en París en octubre de 2018. Otros cuatro testigos corroboraron al menos esa identificación, entre ellos una mujer octogenaria a la que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz tomó declaración en Zaragoza en una prueba preconstituida (para evitar que su testimonio no pudiera prestarse en el juicio por su avanzada edad). El testimonio de la mujer fue tajante. «Su cara no se puede olvidar. Esa imagen me impactó», dijo al magistrado.

En el juicio declararán varios agentes de Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local de Zaragoza (algunos de ellos como peritos, lo que han cuestionado las defensas), así como los forenses autores de la autopsia al político aragonés, los agentes que realizaron el análisis balístico, entre otros.

La fiscal Ángela Gómez-Rodulfo, sitúa a «Ata» y Zaldua en el «comando Basajaun» en el momento del atentado y defiende que ambos «habían diseñado y ejecutaron concertadamente» el asesinato.