Exteriores

Ceuta y Melilla: cuatro años del cierre fronterizo

El Gobierno ha sido incapaz de lograr convencer a

Marruecos de la apertura de las aduanas comerciales

Varias personas en las inmediaciones de la frontera del Tarajal antes de la tercera prueba piloto de la futura aduana comercial entre España y Marruecos, a 25 de mayo de 2023, en Ceuta (España). Esta nueva expedición de mercancías ha salido con destino Marruecos a primera hora de la mañana de hoy, produciéndose un hecho histórico, la primera entrada de mercancía procedente de Marruecos a España. La furgoneta que ha pasado pertenece a un empresario que tiene su negocio en las naves próximas a la aduana ceutí en el Tarajal. Esta tercera prueba piloto de la futura aduana fue pactada por España y Marruecos en abril del año pasado 2022. 25 MAYO 2023;
Varias personas en las inmediaciones de la frontera del Tarajal antes de la tercera prueba piloto de la futura aduana comercial entre España y Marruecos, a 25 de mayo de 2023, en Ceuta (España)Ep

Cuando, en la madrugada del 13 de marzo de 2020, las autoridades marroquíes decidían cerrar unilateralmente las fronteras terrestres con España, incluidas las de Ceuta y Melilla, por mor de las primeras detecciones de casos de covid-19 en el país pocos habrían sido capaces de imaginar entonces que unos meses después estallaría una de las peores crisis diplomáticas bilaterales y que las dos ciudades autónomas iban a ser las grandes damnificadas. Y lo siguen siendo hoy, cuatro años después y cuando hace dos que los dos países dieron comienzo a un idilio tras el giro del presidente Pedro Sánchez en el conflicto del Sáhara Occidental, a la espera de las aduanas.

Nada ha sido ya igual para las dos ciudades autónomas desde el 13 de marzo de 2020. En mayo de 2021 la ciudad de Ceuta se convertiría en escenario del pulso de Rabat al Gobierno con la entrada a través del paso del Tarajal de casi 10.000 personas.Antes, Marruecos había cerrado unilateralmente la aduana en la frontera de Melilla en agosto de 2018 -había sido establecida con el Tratado de Fez del 31 de julio de 1866—y puesto fin abrupto al eufemísticamente denominado «comercio atípico» en la de Ceuta en octubre de 2019.

Suspendida de facto la excepción al tratado Schengen que permitía el cruce de la frontera sin necesidad de visado a ciudadanos con residencia en las provincias marroquíes de Tetuán y de Nador –limítrofes de Ceuta y Melilla respectivamente–, desde mayo de 2022 sólo pueden transitar las fronteras entre las ciudades autónomas y el país magrebí individuos con permiso para circular en el citado espacio europeo al margen de un pequeño número de trabajadores transfronterizos –menos de la mitad de quienes contaban con la documentación necesaria antes de la pandemia.

Como respuesta, Marruecos incumple desde la reapertura de fronteras hace casi dos años el régimen de viajeros. Además, desde comienzos del pasado mes de febrero Rabat no reconoce el visado de corta duración expedido por el Consulado español en Tetuán con el que los trabajadores transfronterizos accedían a Ceuta a fin de darse de alta en la Seguridad Social, una medida que dificulta aún más la llegada de transfronterizos (en su mayoría empleadas del hogar) desde Marruecos a la ciudad autónoma.

Prometidas por el Gobierno en la cumbre de Rabat del 7 de abril de 2022 menos de tres semanas después del histórico apoyo de España a las tesis marroquíes en el conflicto del Sáhara –en una misteriosa carta remitida a Mohamed VI, Sánchez describió la autonomía como la propuesta «más seria, creíble y realista» para resolver el conflicto–, las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla siguen esperando para desesperación del tejido empresarial de las dos ciudades autónomas españolas.

En septiembre de 2022, en presencia de su homólogo marroquí Nasser Bourita, el ministro de Exteriores José Manuel Albares anunciaba desde Nueva York la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una de nuevo cuño en Ceuta. Más tarde, en noviembre, Exteriores fijaría el cambio de año para la tan esperada decisión definitiva.

Posteriormente llegaron las pruebas piloto de enero, febrero y mayo de 2023 con el paso de varias furgonetas de productos de «higiene personal» y «aluminio» por el Tarajal y Beni Enzar. Los meses pasaban y, a pesar del «éxito» de los tests y transcurrido casi un mes de la última visita de Sánchez a Rabat –en la que, a diferencia de lo ocurrido un año atrás, fue recibido por el rey Mohamed VI, esta vez sí–, la primavera está a punto de inaugurarse sin noticias de algo que se asemejen a un calendario para la apertura.

Esta semana, una Proposición No de Ley que el PP lograba sacar adelante en el Congreso -contó con el apoyo de todos los grupos menos el socialista— obligará al Ejecutivo a dar información sobre «el calendario pactado con Marruecos para la reapertura de las aduanas comerciales y que a día de hoy siendo secreto».

Por su parte, los empresarios no ocultan su desesperación y desconfianza. «Sabemos que Sánchez volverá a no hacer nada», lamenta el empresario melillense y presidente de la Asociación Andaluza de Empresa Familiar José Luis Martínez Lázaro. La presidenta de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE-CEOE), Arantxa Campos, recuerda que no habrá aduanas «hasta que España no se lo tome en serio» porque en «los temas que no les interesa, Marruecos pone palos en las ruedas». Junto a las aduanas, siguen aguardando las fronteras inteligentes, que permitirán la automatización de las entradas y salidas.