Política

Proclamación de Felipe VI

Cómo reinar en un país virtual

Twitter es la red social más útil para difundir cambios reales

Cómo reinar en un país virtual
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Las dos Españas que se encontró Juan Carlos I aún eran las de Machado. Las que se encontrará Felipe VI son la real y la virtual. Junto al país de carne y hueso, Don Felipe deberá reinar también sobre esa otra nación virtual tejida en internet y en las redes sociales cuyas normas, actitudes, intereses y expresiones no siempre son coincidentes con lo que ocurre ahí fuera.

Casi 29 millones de españoles se han conectado a internet en el último mes, el 72,1 % de los cuales ha participado además en alguna red social durante ese periodo. Apenas 8,5 millones de ciudadanos no se han conectado nunca, frente a los casi 34 millones que disponen de conexión. Son datos del último Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, correspondientes a 2013, que ponen de manifiesto una de las mayores diferencias que deberá lidiar el novato Felipe VI respecto al novato Juan Carlos I cuarenta años después.

Es obvio que nada de todo esto se le escapa al Príncipe. Ahora que sabemos que el Rey decidió abdicar en enero, parece evidente que la reciente apertura en Twitter del perfil @CasaReal se hizo pensando en el heredero que, sin ser nativo digital, a sus 46 años sí pertenece a la primera generación que incorporó las TIC a su vida cotidiana y a su actividad profesional. Los españoles de entre 45 y 54 años representan el 20,1 % del total de internautas, superados por la franja de edad inmediatamente anterior, 35-44 años, que constituye el 25,5 %, y más cerca de los internautas de 25-34 años (23,7 %).

Aunque la red social reina en España es Facebook, con una penetración del 87 % de los internautas, @CasaReal tiene motivos para haber elegido Twitter, donde tiene cuenta el 54 % de los usuarios españoles de internet, según el informe «Paisaje digital de Europa 2014» de la agencia We Are Social. Es sin duda la red social más útil para difundir o facilitar cambios reales en el mundo material: desde las primaveras árabes, hasta la retirada de campañas publicitarias de grandes compañías, pasando por las movilizaciones ciudadanas, las noticias de apertura de los telediarios, o el anuncio de la abdicación de un Rey.

Capaz de encumbrar políticamente a un payaso en Italia con el Movimiento 5 Estrellas, en España Twitter también fue determinante en el éxito del 15M y su reciente sustanciación política en el relativo éxito europeo de Podemos, posiblemente tan cómico y evanescente como el italiano. Pero ahí está.

Guste más o menos, así es la España virtual que Felipe VI deberá observar con atención como versión actualizada de los «poderes fácticos» que tantos quebraderos de cabeza provocaron a su padre. Eso sí, con la diferencia radical de que las redes sociales carecen de líderes con los que negociar soluciones de continuidad, sino que representan en toda su crudeza a esa heterogénea «diversidad» del pueblo español que el nuevo Rey subraya en sus discursos.

La buena noticia es que Felipe VI, como todos, también podrá utilizar la potente herramienta de internet y las redes sociales para ganar adeptos a su causa constitucional sin necesidad de un 23-F digital. Sólo tiene que demostrar, tuit a tuit, que Felipe VI quiere ser también «el Rey de todos los españoles a un tiempo». El tiempo virtual.