Votación

El Congreso da el primer paso para hacer "plurilingüe" el Congreso

El PSOE y sus socios apoyan tramitar por urgencia la reforma del Reglamento y el PP advierte de que "esta iniciativa es un pago político de Sánchez"

El Congreso de los Diputados ha aprobado tomar en consideración la reforma del reglamento de la institución para adaptarlo y regular el uso de las lenguas cooficiales a partir de este mismo martes. La proposición de ley fue presentada por el PSOE, Sumar y el resto de apoyos del ejecutivo de coalición nada más conformarse la Mesa del Congreso tras las elecciones generales y obedece al compromiso expreso por parte de la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, de que los diputados que lo deseen puedan expresarse en sus lenguas maternas.

La implantación de las lenguas cooficiales era una de las exigencias de ERC y EH Bildu para hacer presidenta a la expresidenta de Baleares del Congreso y uno de los principales nexos de unión que lleva a los socios independentistas de Pedro Sánchez a comenzar a negociar para sacar adelante su investidura. Concedida la primera de las líneas rojas, ahora, Sánchez necesita negociar la amnistía con los partidos catalanes. El propio Oriol Junqueras ha dejado claro al inicio del pleno que es un "compromiso" del PSOE y que no renunciarán a la unilateralidad, como reclama el Gobierno.

La toma en consideración contó con el apoyo de la mayoría del Congreso, a excepción del PP, Vox o UPN, quienes han mostrado a lo largo del pleno sus quejas y suspicacias a la reforma. "No tiene sentido político lo que vamos a hacer aquí y ustedes lo saben", censuró el portavoz popular, Borja Sémper, quien trató de convencer a los socialistas para frenar la medida que tildó de "torpe, chapucera e intencionada" y que, además, fue rechazada de plano el año pasado por este mismo partido, cuando lo propuso Podemos y ERC. "En esta Cámara se puede hablar en cualquier lengua cooficial, traduciendo luego, que es lo que yo he hecho", ha clarificado el dirigente popular, como forma de defensa frente a las críticas de la izquierda por votar en contra de la regulación del uso de las lenguas cooficiales. De los 350 votos emitidos un total de 179 voto a favor de su tramitación y 171 en contra.

La implantación de las herramientas necesarias para contar con unsistema de traducción simultánea en el Congreso de los Diputados costará hasta un máximo de 280.000 euros desde esta semana al mes de diciembre, según fuentes parlamentarias. La compra y alquiler de equipos para traducir a los diputados que quieran expresarse en gallego, euskera o catalán suma 53.500 euros. Se han comprado 450 auriculares, con un coste de 7.600 euros. Hasta ahora, el Congreso cuenta con 200 pinganillos propios. Por último, la secretaría general del Congreso prevé un servicio de transcripción por 8.500 euros. A esta cifra se suma la de 217.000 euros que se invertirán para la traducción.

El pleno se celebró en un ambiente de tensión, por la falta de consenso para el uso de las lenguas cooficiales. Desde el PP y desde Vox reclamaron paralizar el debate para desarrollarlo "conforme a la legislación". "Si estamos aquí para reformar una ley no puede entrar en vigor esa ley si no ha sido tomada en consideración, debatida, aprobada, publicada y así, entrando en vigor", criticó la portavoz del PP, Cuca Gamarra. En términos similares se expresaron desde Vox, quienes abandonaron el pleno hasta en dos ocasiones para mostrar su descontento con la reforma.

Defensa de la reforma

El debate de estreno de las lenguas cooficiales se ha saldado con la primera imagen de ausencia de uso de pinganillos. Los primeros diputados que han intervenido, por el PSOE, José Basteiro -quien trató de atacar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, defensor de las lenguas cooficiales y gallego parlante, de no fomentarlo-, o por Sumar, Marta Lois, combinaron el castellano y el gallego. “El rechazo del PP me resulta tan incomprensible como doloroso. El partido que gobierna en Galicia quiere impedir que el gallego se hable en España”, ha cargado el diputado socialista. La portavoz de Sumar "ha recordado que el uso de las lenguas cooficiales ya viene usándose en otros parlamentos o en el Senado desde hace años. “·Lo que hoy se pone en juego es que se dibujan dos ideas completamente diferentes de España. Una que se define por la pluralidad y otra a partir de constantes enemigos internos”.

En el turno del diputado catalán, Gabriel Rufián, tampoco ha sido necesario usar el pinganillo, pero no porque no hablara en catalán. En su discurso, el portavoz republicano ha celebrado el “acuerdo histórico” y alabó la labor del exdiputado republicano Joan Tarda “por la lucha” por las siglas de ERC. “Lo hizo para que llegara este día y se hablaran las lenguas cooficiales más allá del castellano”. Ha criticado que PP y Vox censuren el coste para instaurar las lenguas cooficiales en el Congreso y ha comparado la cifra con "la bandera de España en Colón de 400.000 euros o el velero en el que hace regatas el Rey de dos millones de euros".

Hasta la intervención de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpirua. Entonces sí, diputados y miembros del Gobierno, han usado el auricular, aunque, en general, los diputados no han echado mano del pinganillo de manera continuada. La diputada de la izquierda abertzale, si bien ha valorado positivamente el uso de lenguas cooficiales en el Congreso, ha denunciado que “el euskera y sus hablantes somos ciudadanos de segunda con derechos recortados y anegados”. Ha prometido “trabajar” en ese sentido.

Desde el PNV, el diputado Joseba Agirretxea Urresti ha cargado contra la ausencia de Vox. "Los que se han marchado son los mismos que antes nos echaban de clase, nos multaban o nos metían en la cárcel por hablar euskera. Ahora se han ido ellos. Algo hemos avanzado".

En contra

A mitad del debate ha pedido la palabra el vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, quien adelantó que no usarían los diputados populares las lenguas cooficiales. Su intención era convencer a los diputados el porqué del voto en contra del PP. En medio de su alocución, donde intercaló frases en euskera, los diputados de Vox han vuelto a abandonar el pleno como protesta. "Yo no quiero que nadie se levanta de sus escaños y se vaya, quiero que debatan, todos". "Mis hijos hablan en euskera en casa. Es nuestro patrimonio y a mi me enriquece".

Sémper pidió a los diputados del PSOE que "no cometan el error que van a cometer". "Sé que no me van a hacer caso”. También ridiculizó a los partidos independentistas cuando denunciaban en la tribuna que las lenguas cooficiales están en peligro. ¿En serio señora Aizpurua?, ustedes que son los que han gobernado en Guipúzcoa, San Sebastián y varios municipios vascos", le recriminó como una forma de preguntarle si se estaba autocriticando así misma.

El portavoz del PP dejó claro el motivo real del debate: "Estamos aquí por una negociación del PSOE con los independentistas con en los que estaba el reparto de la Mesa y con ello una posible investidura de Pedro Sánchez". Recordó cómo, en 2022, el grupo socialista votó en contra de una reforma similar, "sólo tiene sentido si no aceptamos el engaño. Estas cabriolas y saltos mortales responden a que Sánchez necesita los votos de los independentistas. Por eso estamos aquí", sentenció. Y, advirtió: "Como no se fían de lo pactado se saltan los procedimientos lógicos". "Han utilizado el rodillo".

"No quieran tanto a las lenguas, les dirían que las quieran bien. El problema no está en el Congreso. El futuro del castellano no depende de lo que hagamos en este Congreso sino de que los ciudadanos quieran hablarlas -sobre las lenguas cooficiales- y de que los poderes públicos las promuevan con sensatez y libertad. Eso es el futuro. Lo que hacen hoy ustedes es atentar contra lo común". "Con este tipo de procedimientos a quien se perjudica es a la institucionalidad de esta Cámara" y también a las lenguas que se dicen defender "porque cuando se manosea se las perjudica también". "Esta tramitación es torpe, chapucera e interesada", concluyó.

Por su parte, el diputado de Vox, José María Figaredo advirtió de que se estaba vulnerando el procedimiento habitual de una norma que "ya se está aplicando. Se está quebrando un procedimiento antes de que se haya podido sustanciar el debate y votación de esa reforma". Reprochó que, sin embargo, por contra "para el españolito de a pie no ocurre. Si alguien se salta un plazo en Hacienda o una Pyme" no habrá condescendencia. También recordó cómo, se llegó a prorrogar la ley del ELA quienes pueden esperar, y no los pinganillos. Son unos hipócritas que solo buscan normas para captar el poder".