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Mas rubrica el fin de CiU y anuncia que Duran perderá peso en el Congreso

El presidente de la Generalitat, Artur Mas(i), se despide del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida(d),
El presidente de la Generalitat, Artur Mas(i), se despide del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida(d),larazon

El coordinador general de CDC, Josep Rull, ha afirmado hoy que CDC y UDC concurrirán por separado en las elecciones catalanas del 27 de septiembre porque el "proyecto político de la federación de CiU se ha acabado".

Lo que Unió no se atrevió a decir anteayer después de anunciar su salida del Govern de Artur Mas lo dijo ayer Convergència Democràtica con todas las letras. Sin ambigüedades e incluso con cierta satisfacción. «El proyecto político de la federación de CiU se ha acabado», sentenció el coordinador general de CDC, Josep Rull, acompañado de los principales pesos pesados del partido nacionalista a excepción de Mas. El número dos de Convergència despejó, además, todas las dudas sobre la posibilidad de rescatar el instrumento de CiU en un futuro. «Es un camino sin retorno», aseguró.

Unió no quiso asumir en público que el hoyo de la federación estaba cavado y que la sepultura, después de 37 años de existencia, era inminente. Incluso ayer por la mañana dirigentes de UDC se negaban a hacerlo. Pero CDC se encargó de ello con toda la contundencia y sin dejar lugar a inopinadas resurrecciones. «Damos por terminada una etapa y abrimos otra», continuó Rull.

«Separación amistosa»

El número dos de CDC limitó su tono conciliador a expresar su deseo de una «separación amistosa». Preguntando por si se trataba de un divorcio sin lágrimas, Rull evitó realizar comentarios en el terreno de las emociones. De todas maneras, los rostros sonrientes y relajados de los dirigentes de CDC fueron una imagen suficientemente elocuente.

Es indisimulable que los choques entre los socios de la federación nacionalista han sido constantes a lo largo de su historia, pero asombra que un final tan abrupto se haya producido sin apenas paños calientes. Así lo escenificó al menos CDC, desdramatizando en todo instante.

Lo que CDC ha denominado una «separación amistosa» tendrá consecuencias en las próximas horas en todas las instituciones. Pero la instancia que concentra todas las miradas es el Congreso de los Diputados, donde Josep Antoni Duran Lleida dirige el grupo de CiU. Rull no clarificó el futuro de Duran en este ámbito, pero dejó claro que su peso se verá disminuido. «Tenemos que hablar con nuestros diputados en Madrid y estudiar el reglamento del Congreso para ver las posibilidades. Pero es evidente que las cosas no seguirán como hasta ahora», advirtió.

La plana mayor de Unió evitó dar respuesta a la munición descargada por Convergència. Duran se mantuvo en silencio y prosiguió estudiando los próximos pasos que debe dar. El presidente del comité de gobierno tiene que afrontar las luchas intestinas de su partido, abierto en canal tras la votación de la militancia de Unió sobre su hoja de ruta en el proceso soberanista.

Este sábado, Unió deberá celebrar un consejo nacional donde su sector soberanista se ha propuesto dar la batalla para arrastrar al partido hacia posiciones independentistas.

El plano municipal es, aparentemente, el que se verá menos afectado. Varios alcaldes de CDC dejaron claro que se apoyarán en los concejales de Unió y darán cumplimiento al programa electoral en sus municipios.

Más delicada será la separación de bienes y, sobre todo, de deudas. En este punto las negociaciones prometen ser delicadas. Rull lo admitió abiertamente, pero llamó a realizarlo de forma ordenada para evitar problemas mayores.