Defensa
España, lista para reivindicarse en el flanco Este frente a Rusia
Nuestro país sumará 950 militares a los 700 ya desplegados en las fuerzas permanentes de la OTAN. Liderará el grupo de combate de Eslovaquia y reforzará el de Rumanía
Durante los últimos dos años, España se ha convertido en ese «aliado fiable y comprometido» que tanto repite la ministra de Defensa, Margarita Robles. Y es que, desde antes incluso de que comenzara la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las Fuerzas Armadas españolas han ido reforzando todas y cada una de las misiones de la OTAN en el flanco Este. Por tierra, mar y aire, y tanto de forma permanente como temporal. Pero este año quiere demostrar más y a las clásicas operaciones de disuasión en las que ya participan se sumarán dos nuevas que aglutinarán a cerca de 1.000 uniformados españoles más: el liderazgo del grupo de combate de la Alianza en Eslovaquia y la integración en el de Rumanía. Ambas forman parte de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN (eFP).
Es el gran reto al que se enfrentan este año las Fuerzas Armadas, que tendrán desplegados de forma permanente alrededor de 1.650 efectivos en cuatro misiones en el Este. Pero no solo eso, pues a lo largo del año, en diferentes periodos, se sumarán a ellos los cazas del Ejército del Aire vigilando el espacio aéreo del Báltico y el Mar Negro o los buques y submarinos de la Armada patrullando el Mediterráneo, el Atlántico o el norte de Europa. Además de otras operaciones rotatorias (una batería de misiles en Estonia) que situarán la cifra de desplegados en estas fuerzas al mismo tiempo por encima de los 2.000. Y junto a ellos, blindados, artillería, baterías de misiles, drones, aviones de combate... y todo apunta a que helicópteros también. Todo, con un objetivo: mostrar músculo y ejercer disuasión frente al desafío de VladimirPutin.
NUEVAS MISIONES
· Eslovaquia. El gran despliegue de 2024. La OTAN cuenta con ocho grupos de combate (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumania y Eslovaquia) en proceso de evolución de batallón a brigada. En la pasada Cumbre de Vilna, España confirmó que lideraría el de Eslovaquia y que reforzaría el de Rumanía, ambos creados en febrero de 2022. En el caso del eslovaco, la aportación será de unos 700 efectivos y, al menos, una unidad mecanizada con carros de combate «Leopardo» (la segunda misión en la que se despliegan). Al menos, sí, porque Defensa también ha ofrecido, entre otras capacidades, helicópteros.
Será en junio cuando la República Checa ceda a España el testigo de mando de este batallón terrestre de la OTAN. Y a partir de ahí, nuestro país estará al frente de un contingente multinacional en el que hay más de 1.500 uniformados de Eslovenia, Alemania, Estados Unidos, República Checa y Eslovaquia. De momento, está fuerza cuenta, además de con blindados y carros de combate, con sistemas de defensa antiaérea.
Sin embargo, debido al gran esfuerzo, sobre todo logístico, que implica, las Fuerzas Armadas comenzarán a preparar el despliegue desde finales de enero. Una avanzadilla de una veintena de militares españoles se desplazará hasta la ciudad de Lest para valorar necesidades y un posible aumento de capacidades a desplegar en la base militar eslovaca, que cuenta con campo de maniobras. Y esa comisión aposentadora, al igual que la mayoría del contingente que se integrará en el grupo de combate, pertenece a la Brigada «Galicia» VII (Brilat). Esta unidad del Ejército de Tierra aportará alrededor de medio millar de efectivos.
· Rumanía. En esa transformación y refuerzo de los grupos de combate de la OTAN también entra otro de reciente creación, el de Rumanía. En esta ocasión, las Fuerzas Armadas españolas contribuirán con alrededor de 250 militares que se integrarán en el por ahora batallón liderado por Francia.
En este contingente multinacional también hay más de 2.000 uniformados de Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Macedonia, Polonia, Portugal, Estados Unidos y Francia. Se desplegarán en la ciudad de Cincu, en el centro del país, donde también hay un campo de adiestramiento en el que llevar a cabo maniobras que no dejan de ser una demostración de fuerza como medida de disuasión.
MISIONES YA ACTIVAS
· Letonia. Desde 2017, las Fuerzas Armadas están desplegadas en el batallón multinacional que lidera Canadá en Letonia y que se creó ese año en respuesta a las amenazas de Rusia. Hasta ahora ha sido el grupo de combate aliado con más efectivos españoles, pues tras la invasión de Ucrania Defensa respondió a la petición de la OTAN para reforzar estos batallones.
Nuestro país aporta alrededor de 650 uniformados y armamento clave, como carros de combate «Leopardo», blindados «Pizarro» y de transporte oruga (TOA), una unidad de artillería pesada y otra de drones, entre otras capacidades. Junto a esto, el Ejército también mantiene desde mediados de 2022 una Unidad de Defensa Antiaérea (UDAA), sobre la base de una batería de misiles «Nasams», para proteger la base aérea letona de Lielvardes, a unos 170 kilómetros al oeste de la frontera rusa.
España es el segundo país que más personal aporta y el primero en potencia de combate de este batallón en el que también hay efectivos de Canadá, Albania, República Checa, Dinamarca, Islandia, Italia, Montenegro, Macedonia delNorte, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y Estados Unidos.
· Rumanía. En ese refuerzo de las misiones permanentes de la OTAN, España también aporta otra capacidad clave para la vigilancia en el flanco Este, concretamente en el área del Mar Negro. Allí, en la ciudad rumana de Schitu y en el marco de la operación de Policía Aérea Reforzada (eAP), el Ejército del Aire desplegó en octubre de 2022 un radar de alerta temprana y 40 efectivos que conforman el destacamento «Tigru», el cual vigila las 24 horas del día el espacio aéreo aliado con un radio de acción de más de 450 kilómetros. Desde el comienzo de su misión han superado ya las 8.500 horas de vigilancia, integrando todos los datos obtenidos en el Sistema de Defensa Aérea de la OTAN a través del Centro de Control e Información «Crystal» de la Fuerza Aérea rumana.
MISIONES TEMPORALES
· Policía Aérea. Como viene ocurriendo en los últimos años, los cazas del Ejército del Aire volverán a vigilar los cielos aliados en diferentes periodos de unos cuatro o seis meses para interceptar aeronaves rusas e impedir que invadan el espacio aéreo soberano. Para este año están previstas nuevas misiones de este tipo en Estonia, Lituania (Policía Aérea del Báltico) y Rumanía (Policía Aérea Reforzada). En el marco de esta última operación, España también enviará varios meses una batería de misiles «Nasams» a la base aérea de Amari (Estonia), la cual ya se desplegó en 2023.
· Agrupaciones navales. Al igual que en la Policía Aérea, los buques de la Armada se integran varios meses en alguna de las cuatro agrupaciones navales de la OTAN de superficie y de medidas contraminas (SNMG/SNMCMG 1 y 2), las primeras unidades navales de reacción de la Alianza ante una crisis. En estos despliegues temporales (en los que se suele integrar también al menos un submarino), surcarán el Mediterráneo, el Atlántico, el Mar del Norte o el Báltico para ejercer también como fuerza de disuasión y vigilar de cerca a los buques rusos.
Otros 1.700 efectivos más desplegados en 13 misiones
Más allá de las misiones de disuasión de la OTAN en las que participa España, nuestro país también mantiene activos otros 13 contingentes en diferentes partes del mundo, tanto bajo bandera de la Alianza, la UE o Naciones Unidas. Y en varios de ellos, las Fuerzas Armadas lideran las operaciones, entre ellas una de las más delicadas en estos momentos y con más efectivos españoles: la de Líbano. El Ejecutivo acaba de aprobar su prórroga para 2024.
· Líbano (ONU). Una de las misiones más tensas en las que participa España, la cual lidera. Nuestro país contribuye con 700 efectivos a esta misión de la ONU para vigilar el cese de hostilidades en el sur entre la milicia libanesa de Hizbulá e Israel. Pero la guerra de Gaza amenaza con contagiarse a la zona y son cada vez más frecuentes los ataques a ambos lados de la frontera, con los cascos azules en medio del fuego cruzado. El teniente general español Aroldo Lázaro está al frente de la misión y de sus 10.400 efectivos de 47 países, ejerciendo una labor clave de mediación para evitar que el conflicto escale. Además, nuestro país está también al frente del Sector Este de la operación, con la base «Miguel de Cervantes» de Marjayún y dos puestos de vigilancia en la «Blue Line» (la frontera).
· Irak (OTAN y Coalición). Unos 362 militares españoles están desplegados en estas dos operaciones de asesoramiento y adiestramiento para hacer frente al yihadismo, las cuales visitó Pedro Sánchez a finales de año. Hay 183 en la misión de la OTAN (NMI) y 179 en la Coalición Internacional contra el Daesh liderada por EE UU. Nuestro país está al frente de la primera, más centrada en el asesoramiento a las instituciones de seguridad y altos mandos militares.
· Cuerno de África/«Atalanta» (UE). Superada, en principio, la polémica por los vaivenes del Gobierno en relación a la ampliación de sus cometidos para frenar los ataques de los hutíes en el Mar Rojo, España ha confirmado que seguirá manteniendo su apoyo del mismo modo que venía haciéndolo desde 2008. Esto es, con al menos un buque (de media 250 efectivos) y un avión de vigilancia basado en Yibuti y 50 militares para controlar y disuadir a los piratas somalíes sobre todo en el Índico, aunque también pueden actuar en el Mar Rojo. Tras años de calma, en los últimos meses se han vuelto a registrar ataques a barcos, uno de los cuales monitoriza la fragata «Victoria», actualmente allí.
· Turquía (OTAN). Misión de seguridad colectiva de la Alianza (no por Rusia) en la que España participa desde 2015 protegiendo el territorio turco y reforzando su defensa aérea frente a la amenaza de misiles balísticos. Nuestro país aporta un contingente de 149 efectivos y una batería de misiles «Patriot» en la Base Aérea de Incirlik.
· Mali (UE). El futuro de esta misión de entrenamiento, en la que España ha sido siempre uno de los mayores contribuyentes, es muy incierto después de más de año y medio con sus funciones suspendidas. España aporta actualmente 135 uniformados (el 75% del total) para un operación en la que ya no entrenan a soldados malienses para combatir el yihadismo. En este contexto de incertidumbre y espera a la decisión de la UE, España lidera la misión con el general de Santiago Fernández Ortiz-Repiso.
· Senegal (Nacional). Futuro también incierto al estar ligada a la de Mali. España abrió el «Destacamento Marfil» en 2013 para apoyar con transporte aéreo a dicha misión y a las operaciones de Francia en el área. Aporta 59 militares y dos aviones.
· Somalia (UE). España participa en esta misión de entrenamiento de la UE desde 2009. Muy ligada a «Atalanta», su objetivo es formar a las tropas del país (terrestres y navales) y a su Ministerio de Defensa. Hay 20 efectivos españoles.
· Colombia (ONU). Nuestro país contribuye desde 2006 a la misión para monitorizar y verificar el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Ocho militares y guardias civiles participan como observadores.
· Rep. Centroafricana (UE). En 2014, España se unió a una fuerza de la UE para garantizar la seguridad y proteger a la población de la violencia de los rebeldes musulmanes de «Seleka» y los cristianos «Anti-Balaka». Y desde 2016 es una misión de formación y asesoramiento al Ejército local. Hay siete militares españoles.
· Bosnia (UE). Ya solo quedan dos militares españoles en esta misión de asesoramiento de la UE. Es el teatro de operaciones en el que más tiempo llevan desplegadas las Fuerzas Armadas, que llegaron a tener en los años 90 hasta 1.500 efectivos.
· Mozambique (UE). Otra de las misiones de entrenamiento de la UE en África para que las fuerzas de seguridad del país puedan acabar con el yihadismo en el norte. España aporta dos observadores desde 2021.
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