Defensa

Estos son los perfiles de mujeres civiles que Defensa convocaría en caso de guerra

La ley contempla mecanismos para valorar situaciones personales

Mujeres soldado vestidas con sus uniformes militares
Mujeres militares en una imagen de archivo.larazon

En una guerra, nadie queda al margen. Y si España activara una movilización general para defender su territorio o integridad, las mujeres civiles también podrían ser llamadas a participar. Aunque el servicio militar obligatorio fue suspendido en 2001, la legislación vigente permite al Gobierno, en caso extremo, movilizar a la población entre los 18 y los 55 años, sin distinción de sexo.

La Ley de Defensa Nacional, aprobada en 2005, y el artículo 30 de la Constitución Española, son claros: todos los ciudadanos tienen el deber de defender al país si la situación lo exige. Y en ese “todos”, ellas están incluidas. No solo por una cuestión de igualdad legal, sino porque gran parte de los perfiles profesionales que serían clave en un conflicto moderno están altamente feminizados.

Posición estratégica

Aunque el imaginario colectivo asocia la guerra con el frente de batalla, lo cierto es que buena parte del esfuerzo militar se sostiene en la retaguardia: sanidad, logística, comunicaciones, inteligencia, atención psicológica o gestión de crisis humanitarias. Y ahí, las mujeres ocupan ya una posición estratégica.

Profesiones como medicina, enfermería, psicología, informática, traducción, comunicación institucional o emergencias cuentan con una altísima presencia femenina en España. En un escenario de movilización, estos perfiles serían los primeros en ser considerados por Defensa para tareas de apoyo civil o militar.

Y es que no se trata de empuñar un arma, sino de sostener el sistema desde donde más duele: los hospitales, los sistemas digitales, las rutas de suministro, los centros de información, porque la guerra moderna no solo se pelea con carros de combate. Expertas en ciberseguridad, traductoras y especialistas en gestión de recursos estarían entre los perfiles más demandados, ya que son esenciales para el manejo de información estratégica, el soporte a las fuerzas armadas y la protección de infraestructuras vitales.

Proceso gradual

En caso de necesidad, el proceso sería gradual. Primero se activaría a reservistas y voluntarios; después, se podrían convocar perfiles especializados del ámbito civil, sin importar su sexo. En último término, se procedería a una movilización general.

La ley contempla mecanismos para valorar situaciones personales, como el cuidado de menores. Si son madres con hijos pequeños, la situación personal se evaluaría con criterios especiales. Si bien el cuidado de menores sería tenido en cuenta, no garantiza una exención automática de la movilización. Cada caso sería analizado en función de las necesidades del Estado y la disponibilidad de recursos humanos. El equilibrio entre la responsabilidad familiar y la necesidad de defensa sería clave.

Actualmente, las mujeres representan cerca del 13% del personal de las Fuerzas Armadas españolas. Ocupan roles de combate, inteligencia, ciberdefensa y logística. En la sociedad civil, esa preparación también existe, aunque muchas veces pase desapercibida. Y es que, las mujeres no solo sostendrían la vida cotidiana en una guerra, como ya ha ocurrido en Ucrania. También serían llamadas a sostener la defensa activa del país, desde sus conocimientos y profesiones.

Además, en caso de guerra, también ellas estarían en primera línea. Aunque no siempre con un uniforme, sí con una responsabilidad clave.