Política

Adolfo Suárez

Del auge de la UCD al declive del CDS, 14 años de apuesta por el centro

Adolfo Suarez enciende el cigarrillo de Felipe Gonzalez en una sala del Congreso de los Diputados, en octubre de 1978, cuando se negociaban los Pactos de la Moncloa.
Adolfo Suarez enciende el cigarrillo de Felipe Gonzalez en una sala del Congreso de los Diputados, en octubre de 1978, cuando se negociaban los Pactos de la Moncloa.larazon

La apuesta por el centro marcó la trayectoria política de Adolfo Suárez durante la Transición democrática y le llevó de la fundación y el éxito de la Unión de Centro Democrático, ganadora de las dos primeras elecciones generales tras la muerte de Franco, al declive de su segundo proyecto: el Centro Democrático y Social.

El 3 de mayo de 1977, el presidente Suárez anunciaba a los españoles su candidatura a las elecciones generales convocadas para junio de ese año, encabezando la lista de Unión de Centro Democrático (UCD) por Madrid.

Con esta decisión, UCD quedaba definitivamente constituida como coalición electoral. Estaba integrada por 15 partidos, cinco de ellos regionales de variada ideología, que incluía populares, "azules", democristianos y socialdemócratas, con personalidades relevantes de la vida política y social de la época, como Rodolfo Martín Villa, Fernando Álvarez de Miranda, Pío Cabanillas, Joaquín Garrigues Walker o Francisco Fernández Ordóñez.

En las elecciones del 15 de junio de 1977, primeras de la democracia, UCD consiguió 166 diputados y 106 senadores, y se convirtió en la primera fuerza del país.

Este triunfo electoral permitió a Suárez formar el tercer Gobierno de la Monarquía de Juan Carlos I y el primero de la democracia.

UCD fue inscrita en el Ministerio del Interior como partido político en agosto de 1977. En noviembre, tras un intenso debate interno, publica su Documento Ideológico, que lo define como "partido democrático, interclasista, reformista y nacional".

En octubre de 1978, celebró el I Congreso, en el que Suárez fue proclamado su presidente.

En las elecciones del 1 de marzo de 1979, UCD revalidó su triunfo con 168 diputados y 115 senadores, lo que permitió a Suárez continuar como presidente del Gobierno, ahora ya primero de la etapa constitucional.

En 1980, arreciaron las críticas desde su propio partido que, junto a la oposición socialista y las críticas a su gestión desde diversos sectores sociales, provocaron su dimisión como presidente del Gobierno el 29 de enero de 1981. Fue sustituido al frente del Ejecutivo por Leopoldo Calvo-Sotelo.

A su salida del Gobierno, siguió su abandono de la Presidencia de UCD, en la que fue sustituido por Agustín Rodríguez Sahagún.

Desde el verano de ese año, Unión de Centro Democrático atravesó por una grave crisis interna, provocada por la confluencia de muchas personalidades de gran peso político en un partido nuevo, sin una estructura consolidada.

En noviembre de 1981, abandonaron UCD 16 diputados socialdemócratas, encabezados por Francisco Fernández Ordóñez, para crear en enero de 1982 una nueva formación, Acción Democrática, de la que fue presidente.

En junio de 1982, hizo lo mismo Óscar Alzaga, que formó a su vez un nuevo grupo, el Partido Demócrata Popular (PDP).

Adolfo Suárez, que había dejado la ejecutiva de UCD en noviembre de 1981 por diferencias internas, en mayo de 1982 se negó a formar cartel electoral con el presidente Calvo-Sotelo para las elecciones generales de octubre de ese año y, tras intentar imponer sus condiciones para solucionar la crisis de UCD, se marchó del partido en julio.

Ese mismo mes registró su nueva formación, Centro Democrático y Social (CDS), un partido reformista, progresista y de estructura descentralizada, con la que se presentó a los comicios generales de octubre, en los que obtuvo dos escaños en el Congreso, el suyo por Madrid y el de Rodríguez Sahagún por Ávila.

La UCD, sin Suárez como cabeza de cartel, sufrió un descalabro en esas elecciones, en las que sólo obtuvo 12 escaños en el Congreso y cuatro senadores. El declive de esa formación concluyó ese mismo año con el abandono de liberales y socialdemócratas y la disolución oficial, ya en febrero de 1983.

El nuevo proyecto de Suárez, formado en su mayoría por ex integrantes de UCD, se consolidó a lo largo de esa legislatura y consiguió en las generales de junio de 1986 convertirse en la tercera fuerza más votada, con 19 diputados y 3 senadores.

El CDS celebró su II Congreso en septiembre de 1986 en Barcelona, con un marcado giro hacia la socialdemocracia y con la idea de reconstituir una alternativa centrista.

En la renovación política del CDS, jugaron un papel importante el catedrático de Derecho Político Raúl Morodo, cofundador, junto con Enrique Tierno Galván, del Partido Socialista popular, así como Rosa Posada, que había sido secretaria de Estado para la Información y portavoz del Gobierno con Suárez.

En 1989, el CDS sufrió cuatro derrotas electorales, en las europeas, andaluzas, generales y gallegas, que abrieron una profunda crisis en el partido y la creación de un nuevo "sector renovador".

En el III Congreso, celebrado en Torremolinos (Málaga), en febrero de 1990, cambió su definición, pasó de "reformador, popular y progresista"a ser un "partido social-liberal y progresista".

Suárez, que defendió en la ponencia política la aproximación del partido al PSOE, fue reelegido presidente.

Los resultados de las municipales autonómicas del 26 de mayo de 1991, supusieron el inicio del fin del CDS.

Durante unos meses, Suárez dejó la vida pública para trabajar en su despacho de abogados, lo que motivó que se extendiera la idea de que dejaría su escaño en el Congreso.

El 25 de octubre de 1991, antes de finalizar la IV Legislatura, Adolfo Suárez renunció a su acta de diputado y se alejó de la política activa.

Rafael Ortega Calvo fue elegido presidente del partido, que se convirtió en extraparlamentario tras las elecciones de junio de 1993 e inició una etapa de crisis que culminaría con su integración en el Partido Popular (PP).

En marzo de 1995, se creó la Unión Centrista, una federación de centro en la que se integraba el CDS y que tampoco logró representación en los comicios de 1996, a los que se presentó bajo las siglas UC-CDS.

En las siguientes elecciones de marzo de 2000, el exbanquero Mario Conde lideró la candidatura, que no alcanzó los 25.000 votos en todo el país. En las generales de 2004, María Teresa Gómez-Limón encabezó la lista y tampoco logró escaños.

Al año siguiente, el 26 de noviembre, el CDS se integró en el PP tras la decisión aprobada en el XI Congreso Nacional, celebrado en Madrid. La presidenta Gómez-Limón no quiso hablar de disolución, sino de "integración".