Guardia Civil

Los yihadistas detenidos tenían conexión con el jefe de Daesh

Los teléfonos de los arrestados ayer en Galicia y Almería estaban en el móvil de un terrorista que se iba a suicidar en los atentados de París.

El presunto yihadista detenido ayer en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, fue trasladado por agentes de la Guardia Civil
El presunto yihadista detenido ayer en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, fue trasladado por agentes de la Guardia Civillarazon

Los teléfonos de los arrestados ayer en Galicia y Almería estaban en el móvil de un terrorista que se iba a suicidar en los atentados de París.

La Guardia Civil investiga si los cuatro presuntos yihadistas detenidos ayer en las localidades coruñesas de Arteixo y Tufions-Vimianzo y Almería tienen alguna relación con la red que dirige el cabecilla Abu Ahmad (sobre cuya identidad siguen existiendo dudas pese a que se difundió que podía ser un ciudadano belga), encargado dentro del Daesh del envío de terroristas para cometer atentados en el extranjero.

En concreto, la información oficial facilitada por el Ministerio del Interior a raíz de los arrestos indica que se les «vincula con una red de inmigración irregular que podría haber sido usada por la banda yihadista (...) y que ya fue utilizada en octubre de 2015 por diversos miembros del Estado Islámico para entrar en Europa, junto con los autores de los atentados de París de noviembre del pasado año».

Células hacia Europa

La citada información se refiere al viaje que Abu Ahmad organizó para que cuatro individuos se unieran a las células que, dirigidas por Abdalmahid Abaaoud, se dirigieron a la capital francesa para perpetrar las citadas acciones criminales.

Para el viaje, y tras recibir dinero y documentaciones falsas, se mezclaron entre los inmigrantes que pretenden entrar ilegalmente en Europa.

Sin embargo, dos de ellos fueron detenidos por los guardias fronterizos griegos en la isla de Leros y, tras un periodo de confinamiento, recorrieron varios países europeos hasta llegar al centro de refugiados de Asfinag, en Salzburgo.

Allí fueron de nuevo arrestados al comprobar las autoridades que formaban parte del grupo que iba a atentar en París. A ese centro, donde pidieron asilo, habían llegado el 14 de noviembre. La víspera, sus compañeros de viaje se habían suicidado ante el Stade de France, donde en esos momentos se jugaba un partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Alemania.

Uno de los arrestados, Adel Haddadi, argelino de 29 años, reclutado en la ciudad siria de Raqqa junto al paquistaní de 22 años, Muhamad Husman, confesó que había sido el propio Abu Ahmad el que les había enviado 2.000 dólares a Grecia para que, una vez en libertad, se pudieran mover libremente por Europa con destino final en París, donde supuestamente debían cometer nuevos atentados, ya que no habían podido participar en los perpetrados en noviembre.

En el móvil de Haddadi, los investigadores descubrieron números austriacos, griegos, italianos, ingleses, franceses, alemanes, belgas, turcos y españoles. Estos últimos se corresponden con los que tenían las personas ahora detenidas por la Guardia Civil en Galicia y Almería.

Teléfono turco

También había un misterioso número de teléfono turco, facilitado por Abu Ahmad, que apareció anotado en un papel hallado en un bolsillo del suicida que pereció en la puerta H del Stade de France. Y, diez meses antes, el 17 de enero de 2015, en el registro de un piso franco yihadista en Atenas. Ese número, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, delata la importancia de Abu Ahmad como organizador de uno de los «comandos» de París y de la infiltración de combatientes no europeos en Europa. Desmantelar la red que pueda tener en el Viejo Continente resulta fundamental y de ahí las detenciones realizadas ayer por la Guardia Civil.

A raíz de la investigación de los atentados de París (130 muertos y 350 heridos, de ellos 78 graves o muy graves), los especialistas del Servicio de Información de la Benemérita tratan de determinar si esos contactos están vinculados con la trama terrorista o si se trataría, sin embargo, de actuaciones derivadas de la propia red de inmigración irregular.

Ese entramado fue el responsable del desembarco de casi 200 inmigrantes, en Leros, el 3 de octubre de 2015.