Francia

Interior eleva a cuatro los detenidos en la operación contra ETA

Un momento de la operación en la que se detuvo a los dos etarras
Un momento de la operación en la que se detuvo a los dos etarraslarazon

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha confirmado que se elevan ya a cuatro las personas detenidas en la última operación contra ETA en Francia, después del arresto ayer de los dos presuntos jefes del aparato logístico de la organización terrorista.

La Guardia Civil y los Servicios de Información franceses asestaron un duro golpe a la organización interna de ETA al arrestar, en una localidad del Departamento de los Pirineos Atlánticos, fronterizo con España, a los dos cabecillas del «aparato logístico-militar». Iñaki Reta y Javier Goyenecheaa, según informaron a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha confirmado hoy que se elevan ya a cuatro las personas detenidas en la última operación contra ETA en Francia, después del arresto ayer de los dos presuntos jefes del aparato logístico de la organización terrorista.

En declaraciones en los pasillos del Congreso, Fernández Díaz no ha podido adelantar la identidad de los dos nuevos detenidos, pero sí que son los titulares del domicilio en el que se detuvo ayer a los dos primeros terroristas.

El ministro ha calificado de "importantísima"esta operación contra lo "poquísimo"que queda de ETA, en la que ha estado trabajando durante más de dos años la Guardia Civil en colaboración con la Dirección de Seguridad Exterior de Francia y los agentes antiterroristas franceses, y ha subrayado que con estas cuatro detenciones son 152 los detenidos esta legislatura.

Ha recalcado que esto pone de manifiesto que el Gobierno sigue trabajando para conseguir la "disolución absoluta"de ETA "por las buenas o por las malas", no solo su derrota policial.

A ese respecto, ha recordado otras "importantísimas"operaciones de esta legislatura que han llevado a que ETA se encuentre en "estado comatoso", entre ellas la desarrollada hace un mes en Biarritz (Francia), en la que fue incautado un "importante arsenal con el que pretendía eta escenificar una vez mas la entrega de armamento".

"Con estas operaciones ponemos de manifiesto que no necesitamos intermediarios y que con la Guardia Civil, la policía y la colaboración francesa nos basta y nos sobra para hacernos cargo de todo el material que pueda tener ETA", ha defendido.

Para el titular de Interior, hoy ETA es un "cadáver al que sólo le falta escribir su certificado de defunción, que será su disolución".

No obstante, ha recordado que mientras es una organización terrorista que jurídicamente está viva y ha insistido en que va a "seguir actuando hasta la disolución final, por las buenas o por las malas".

Zulos


De este «aparato etarra» dependen, entre otras cosas, la red de zulos en los que la banda esconde las armas y explosivos que aún mantiene en su poder y que se niega a entregar. Considera que son elementos de presión necesarios ante una posible negociación con el Gobierno, a la que el presidido por Mariano Rajoy se ha negado en todo momento.

Se trata de dos individuos que nunca tuvieron gran relevancia dentro de ETA pero que han ido ascendiendo dentro del entramado criminal al ser detenidos todos sus antecesores en el «cargo», como se detalla en esta misma página.

El núcleo en que se ha convertido la banda, integrado por entre 30 y 50 individuos, se encuentra desde hace tiempo sometido a un proceso de «deslocalización», que se había acelerado en los últimos meses en Francia por la presión que las Fuerzas de Seguridad contra el terrorismo yihadista.


Visitas


Esto no significa, tal y como adelantaba LA RAZÓN el pasado día 22, que los cabecillas de la banda, o sus hombres de confianza, realicen, dentro de las máximas medidas de seguridad, visitas a Francia desde los países en los que se esconden, con el fin de mantener los «aparatos», en especial el «logístico-militar», suficientemente «engrasados», por si en algún momento hay que sacar armas y explosivos de los zulos para hacer algún tipo de «demostración» de desarme, como la que montaron en Toulouse. O para recoger algún material, dinero o documento que resulte vital para el funcionamiento de la organización criminal.

La operación de la Guardia Civil, que ha asestado muchos de los grandes golpes que ha sufrido ETA desde que anunció el supuesto fin de las actividades armadas, que no del «conflicto» que, según ellos, las generó, supone, además del descabezamiento de un «aparato» vital para la estrategia de chantaje de ETA, un revés moral en un momento en el que la banda pasa por uno de sus peores momentos.

Todos los intentos que han protagonizado, incluido el citado «tenderete» de Toulouse, les han salido mal, pero mantenían una supuesta posición de fuerza gracias al poder de amenaza que conlleva mantener armas y explosivos en su poder.

La «deslocalización», con la huida a otros países (expertos antiterroristas no descartaban anoche que los detenidos ayer hubieran estado en algún momento en Irlanda) se ha demostrado como una estrategia que, a la postre, se ha vuelto contra la banda.

Muchos de sus miembros han sido arrestados en las naciones en las que se escondían. Además, al final un cabecilla terrorista no puede estar de forma permanente lejos de donde tiene el material y se esconden miembros de la «reserva».

Amnistía

Para ETA, el mantenimiento de una organización, cuyo objetivo principal es lograr una negociación para lograr una nueva amnistía (según confesaban recientemente dos de sus dirigentes en la cárcel, Miguel Albizu, «Mikel Antza», y Soledad Iparraguirre, «Anboto») y la expulsión de las Fuerzas de Seguridad y de los ejércitos del País Vasco y Navarra) ha resultado mucho más complicado de lo que pensaban cuando el Partido Popular llegó al poder.

Pensaban, en función de las negociaciones que durante 2010 y 2011 habían mantenido con nacionalistas y socialistas, que se iba a producir un cierto relajamiento de la presión policial sobre ellos y ha ocurrido todo lo contrario. Uno tras otro han sido detenidos los cabecillas de los distintos «aparatos» y los que le sucedían en la «cúpula».