Reformas contra el paro

El Gobierno acabará el año con 421.000 parados menos que en el año 2011

Flanqueada por De Guindos y Montoro, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, remarcó que «ahora corresponde devolver el esfuerzo a los ciudadanos»
Flanqueada por De Guindos y Montoro, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, remarcó que «ahora corresponde devolver el esfuerzo a los ciudadanos»larazon

El Ejecutivo presenta un aluvión de medidas para «devolver a los ciudadanos el esfuerzo». El tirón exterior aumenta la previsión de crecimiento cuatro décimas, hasta el 3,3%.

El Gobierno lanzó ayer un aluvión de medidas sociales «para devolver a los ciudadanos el esfuerzo realizado» durante la primera mitad de la legislatura. Con la vista puesta en las elecciones, y gracias a la nueva revisión al alza de las perspectivas de crecimiento para 2015 (3,3%, cuatro décimas más) y 2016 (3%, una décima superior), habrá para todos los sectores. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya insinuó ayer incluso que «hay que mejorar la retribución de los funcionarios». Nada que ver con el discurso de hace apenas año y medio. Acostumbrados a los viernes de recortes, la comparecencia posterior al Consejo de Ministros de ayer fue un carrusel de regalos, desde rebajas impositivas adelantadas hasta bajadas en el recibo de la luz. Una tómbola con premio seguro para todos.

Los vientos favorables han ayudado a que las reformas emprendidas por el Ejecutivo cobren una dimensión inesperada. Así, la creación de 602.000 empleos en 2015 (un millón, si se suman los de 2014, según apuntó el ministro de Economía, Luis de Guindos) permitirá rebajar notablemente los costes en el desembolso de las prestaciones por desempleo, lo que, unido a los menores intereses por el pago de la deuda, al tirón del sector exterior (que crecerá un 5,5% en 2015 y un 6% en 2016) y a la supresión de los temores a la deflación que asomaban en abril permitió a De Guindos presentar un techo de gasto para 2016 de 123.394 millones de euros, un 4,4% menos que el año pasado.

El ahorro será de 5.666 millones de euros con relación a 2015, con ajustes en la Administración central y en la Seguridad Social como consecuencia del aumento del número de cotizantes y del descenso de desempleados.

Los ingresos crecerán el 0,8% hasta 134.773 millones, especialmente por la mayor recaudación tributaria, que ha aumentado el 7,4% hasta mayo. A estos ingresos hay que sumar los 25.134 millones en que habrá que reducir el déficit del Estado, hasta llegar al 2,2% del PIB. Si a esa suma (159.907 millones) se le descuentan los 33.797 millones destinados a la financiación de las administraciones públicas y los 2.716 millones de ajustes de contabilidad nacional, se obtiene como resultado el límite de gasto de 123.394 millones.

Con ese escenario macroeconómico, el Gobierno revisó también la tasa de paro, que rebajó un punto al cierre de 2015 para situarla en el 21,1%. Esta tasa es un punto y medio más baja que la que había en 2011, cuando el Gobierno recibió un 22,6% de paro heredado del PSOE. Como se encargó de remarcar De Guindos, la anterior legislatura concluyó con 5,287 millones de parados en la EPA (Encuesta de Población Activa), mientras que, de acuerdo a las previsiones, este año acabará con 4,866 millones. Rajoy acabaría la legislatura con 421.000 parados menos que Zapatero gracias a ese millón de empleos creados entre 2014 y 2015.

Y eso pese a que De Guindos reconoció que la previsión de creación de empleo se mantiene «casi idéntica» al anterior escenario de abril. Cuestionado sobre el si la mejora de las perspectivas de crecimiento no se traducirá en mayor creación de empleo, el ministro de Economía explicó que el Gobierno ha preferido ser conservador en sus proyecciones y mantener la «cautela» aunque se mostró convencido de que el objetivo de 600.000 empleos en 2016 se quedarán cortos y anticipó que los datos de la EPA del segundo trimestre serán «muy buenos».

En palabras del ministro de Economía, «España encabeza la mejora económica y del mercado de trabajo entre los países desarrollados» pero, además, la evolución del PIB y el número de ocupados supone recuperar los ritmos de crecimiento previos a la recesión.

También se aprobaron los objetivos presupuestarios de déficit y deuda, que coinciden con los establecidos en el programa de estabilidad, presentado en Bruselas. Según el Gobierno, la nueva senda supone el cumplimiento de unos objetivos de déficit del 4,2% del PIB para 2015; el 2,8% en 2016; el 1,4% del PIB para 2017 y el 0,3% para 2018. El déficit de la Administración central se reducirá progresivamente hasta alcanzar el 0,2% del PIB en 2018 y el de la Seguridad Social, el 0,1% ese mismo año. Las regiones y los ayuntamientos tendrán equilibrio presupuestario en 2018. En este sentido, Montoro afirmó que entre 2011 y 2014 las comunidades autónomas han hecho un esfuerzo en la corrección del déficit público, «algo superior» pero «parecido» al de la Administración central, por lo que calificó de «tópico» que se diga que las regiones han cargado con el peso del déficit en mayor medida que el Estado.

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