El desafío independentista
El Gobierno de Mas se une a la cadena por la independencia
El conseller de Justicia es el primero en sumarse a los actos de la Diada
El Govern de Artur Mas se involucrará personalmente en la cadena humana que tendrá lugar en la Diada para reivindicar la independencia. El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, ya manifestó el martes su «predisposición» para unirse a la denominada Vía Catalana, pero el conseller de Justicia, Germà Gordó, fue ayer más allá, anticipando en cierta manera la decisión que tomará el gabinete de Mas en su próxima reunión del día 27. «Soy militante de Convergència, formo parte de su Ejecutiva nacional y del Secretariado permanente, y Convergència da todo su apoyo a esta vía. Creo que con esto respondo claramente, me parece que la respuesta es muy evidente», afirmó Gordó durante su intervención en la Universitat Catalana d'Estiu, en Prada de Conflent (Francia).
El razonamiento aplicado por Gordó puede servir para buena parte de los consellers, ya que la mayoría son militantes de Convergència. Cabe recordar que en la pasada Diada, nueve de los once miembros del Gobierno de Mas, ya participaron en la manifestación independentista celebrada en el paseo de Gràcia, por lo que es de prever que en esta ocasión se repita una proporción similar.
La participación de Unió
El gran interrogante es conocer la postura de los consellers de Unió Democràtica, en especial la de la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, y la del titular de Agricultura, Josep Maria Pelegrí. En el caso del conseller de Interior, Ramon Espadaler –que también es de Unió–, es de prever que no participe en la cadena humana como máximo responsable de la Seguridad en Cataluña.
Espadaler, no obstante, quiso lanzar un aviso a los organizadores de la cadena humana, que se niegan a modificar el lema de «Vía Catalana hacia la independencia». «Si fracasa porque se ha sido ultrarrestrictivo no será un fracaso de los organizadores –la Asamblea Catalana Nacional–, sino que será un fracaso de país», advirtió el que también es presidente del consejo nacional de Unió.
El partido de Josep Antoni Duran Lleida está insistiendo –de momento sin éxito– en lograr un acto integrador para dar cabida a los que simplemente defienden el derecho a decidir, pero los organizadores insisten en que la reivindicación será estrictamente independentista. «Cuantas más sensibilidades juntemos, que vayan en la dirección de sumar para poder votar (en una consulta), mejor que mejor», afirmó Espadaler.
Varios dirigentes de Unió están convencidos de que la mejor manera de encarar la Diada es dar apoyo a la cadena humana, pero hacerlo bajo un lema que reivindique el derecho a decidir y no la independencia, ya que los socialcristianos no defienden la ruptura de España sino su reordenación mediante una confederación de territorios.
Mientras el partido de Duran acaba de perfilar su postura, los organizadores recibieron una nueva adhesión a la cadena humana independentista, en este caso la de las cuatro diputaciones catalanas, controladas por CiU. Las corporaciones lo anunciaron durante un acto celebrado también en Prada de Conflent con el que se abren las conmemoraciones del centenario de la Mancomunitat, embrión de la actual Generalitat. Este anuncio de las diputaciones confirma que CiU ha decidido poner al servicio de la Vía Catalana todas las instituciones que domina. Cabe recordar, por ejemplo, que el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, también piensa unirse a la cadena.
Con el propósito de mantener la convocatoria caliente, los dirigentes de CiU están optando por dosificar los anuncios de su participación en un acto que pretende recorrer más de 400 kilómetros a lo largo del litoral catalán, emulando la Vía Báltica (la cadena humana que formaron ciudadanos de Estonia, Lituania y Letonia en 1989 para reclamar la independencia de sus territorios). Quien, con toda seguridad, no participará en la cadena será Artur Mas para tratar de preservar su perfil institucional.
Perfil / Germà Gordó. Conseller de Justicia
En el círculo de confianza del president
Aunque el denominado «pinyol» –así se conoció durante años el círculo de confianza de Artur Mas– prácticamente se ha desintegrado, Germà Gordó continúa siendo uno de los hombres más cercanos al president. Gordó, que lleva años en política pero no ha sido visible hasta esta legislatura, se mostró inicialmente como uno de los más prudentes respecto a la consulta, ahora ha optado por sumarse a la fiebre soberanista.
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