Política

El votante está cansado

Una imagen de las Elecciones Generales del 28 de abril de este año
Una imagen de las Elecciones Generales del 28 de abril de este añolarazon

Quedan apenas dos semanas para que se cumpla la fecha límite del 23 de septiembre y el cruce de acusaciones entre los dos principales partidos de la izquierda, PSOE y Unidos Podemos, va dejando cada vez más claro que los españoles deberán volver a las urnas en noviembre: incluso los más optimistas a este respecto durante el verano parecen estar cambiando de opinión rápidamente después de que el pasado jueves la primera reunión de los equipos negociadores constatara que el bloqueo sigue siendo prácticamente total. La pregunta ahora es cómo van a reaccionar los electores –de izquierda de derecha, mayores y jóvenes, hombres y mujeres– ante el fracaso de las negociaciones de la izquierda y la subsiguiente convocatoria electoral.

A la hora de proporcionar claves para prever este comportamiento, el sociólogo José Ramón Lorente Ferrer establece un meridiano que pasa por los 43 años de edad (la media de la población española) y que dividiría a los electores que aun siguen siendo bipartidistas y que apoyan mayoritariamente a los dos partidos tradicionales de los votantes más jóvenes que reparten sus preferencias entre los cinco partidos mayoritarios incluyendo por tanto a Podemos, Ciudadanos y Vox. Basta un dato para constatar este hecho: entre los estudiantes universitarios existe auténtica fobia al bipartidismo. Los más jóvenes votan principalmente a los tres nuevos partidos: Podemos (36,2%) va en cabeza y le sigue Cs (30%) y Vox (28%).

Sin embargo a ambos lados de esta línea imaginaria las tendencias de movilización por tendencia ideológica son transversales: «En la derecha va a participar hasta el último votante. Desde los 11 millones de 2016 se paso a 11,2 millones en las el 28 de abril. Se trata de un paso importante que incluso podría acentuarse en noviembre si se celebran elecciones», explica este experto. Si no fuera por los 26 escaños que se perdieron debido a la dispersión del voto en tres candidaturas hubiera habido mayoría absoluta, pero Lorente Ferrer alerta del cansancio y la desafección que sufre el votante de izquierdas y que, a su juicio, puede ser el factor determinante. «El 28-A se movilizó un millón y medio de votantes de izquierda para frenar a una extrema derecha que, decían algunos, iba a lograr 70 escaños. Sánchez no puede seguir contando con esto porque el miedo a Vox se ha desactivado en gran medida». Sin embargo, como ya se apuntó anteriormente, este experto llama la atención sobre lo que a su juicio puede ser el fenómeno determinante a la hora de prever el comportamiento del elector español: «En Italia han tardado una semana en ponerse de acuerdo y Podemos y el PSOE llevan meses sin llegar a un acuerdo. Ante el espectáculo que están dando estos dos partidos los votantes de izquierdas van a castigar esta falta de entendimiento».

Los expertos consultados coinciden también en señalar en que, si bien la izquierda tenía más apoyos entre los más jóvenes anteriormente, en el caso de una nueva convocatoria electoral este sector del electorado quedará más igualado. En palabras del politólogo Jorge Vilches: «El joven antifascista no vota porque no tiene partido que le satisfaga totalmente, pero si vota contra la derecha». En cuanto al género apenas hay sesgo: «Las mujeres se inclinan un poco a la derecha y los hombres a la izquierda pero es un porcentaje muy pequeño. Es más importante el generacional en la línea de los 43 años entre bipartidistas y partidarios de la nueva política», afirma Lorente Ferrer.

Otro sociólogo, Amando de Miguel, vaticina un incremento transversal de la abstención debido a que «no hay ninguna seguridad de que tras unas nuevas elecciones vaya a haber un gobierno estable». Para de Miguel la raíz del problema es que «en España se ha instalado un multipartidismo que no quiere negociar de verdad». De hecho, este experimentado analista de la sociedad española se atreve incluso a hacer una predicción para LA RAZÓN: «Continuaremos con una gobierno en funciones una y otra vez. La cosa no se arregla con elecciones». No obstante, Amando de Miguel cree que, pase lo que pase, a los españoles nos encanta votar. «En países como EE UU solo vota el 30% a pesar de que se hacen campañas importantes para fomentar la participación. Sin embargo en España, pese a situaciones como la actual, la abstención será pequeña». En cuanto a la radiografía de nuestro elector el sociólogo resta importancia a factores como la edad y el género. Solo en Vox hay un sesgo importante por género con un 70,1% de votantes varones frente a un 29,9% de mujeres. De Miguel se fija más en la ideología «o incluso la religión que influye muchísimo y a veces se olvida porque es muy difícil de medir: no es lo mismo ir a misa que tener una concepción cristiana de la vida», explica.

Por último, Jorge Vilches coincide también en lo crucial de la línea imaginaria de los 43 años pero aporta además un análisis adicional. Para este politólogo es clave considerar que los partidos tradicionales son percibidos como «más de fiar» que los nuevos. Para Vilches es demasiado pronto para aventurar nada con seguridad, pero él también detecta cansancio y aburrimiento en la izquierda: «No comprenden que no se llegue a un acuerdo» y sólo que se certifique una alianza electoral entre PP y Cs impedirá que el elector de izquierdas –hombre o mujer, joven o mayor– se desactive significativamente.