Cataluña
ERC: En el limbo de la victoria
Con Junqueras en la cárcel y una pésima candidata emergente veteranos miembros del partido lamentan la perspectiva electoral.
Con Junqueras en la cárcel y una pésima candidata emergente veteranos miembros del partido lamentan la perspectiva electoral.
Es un partido con historia tortuosa y complicada. Desde una militancia burguesa procedente del Estat Catalá hasta las últimas incorporaciones de grupos marxistas-leninistas separatistas, con un nutrido grupo de dirigentes cristianos y masones. Esta enorme contradicción se ha dado siempre en Esquerra Republicana de Cataluña, fundada por Francesc Macía Lusá, un coronel del Ejército español de convicciones monárquico-liberales. Imbuido de nacionalismo, participó en el movimiento Solidaridad Catalana junto a la derecha catalanista, carlistas y republicanos, militando en la LLiga regionalista, antecedente de la Convergencia fundada por Jordi Pujol. La historia de ERC ha sido oscilante, entre un querer y no poder. Un partido revolucionario y al tiempo burgués. Independentista, pero sumiso a la izquierda española. Y nutrido de élites de origen cristiano junto a prebostes de la masonería.
Sus dos líderes históricos, Francesc Maciá y Lluis Companys proclamaron la república catalana con diferente resultado. El primero lo hizo desde el balcón del Palau de La Generalitat en abril de 1931 y, más tarde, se plegó a las Cortes de la República española que aprobaron un disminuido Estatut. A su muerte pidió los sacramentos y un funeral católico, pero La Generalitat impuso un funeral laico y pomposo. Le sucedió Lluis Companys i Jover, del ala más izquierdista quien, aprovechando la revolución de Asturias del 34, proclamo el Estado catalán dentro de la República Federal española. Fue encarcelado y liberado tras la victoria del Frente Popular que le devolvió a La Generalitat. Bajo su gobierno se desató una cruenta persecución religiosa y política a cargo de los llamados «escamots», patrullas anarquistas de ERC. Tras los trágicos sucesos de Barcelona en 1937 y la guerra civil, Companys se exilio en Francia, fue detenido por la Gestapo y fusilado en la Ciudad Condal en 1940.
La historia y liderazgo de ERC cambian en la transición. Josep Tarradellas regresa a España, Heribert Barrera alcanza la secretaría general y después se produce la entrada de jóvenes cachorros procedentes de La Crida, e incluso de Terra Lliure, como Ángel Colom, hijo de una familia franquista y ex seminarista. Dejó ERC en la bancarrota y fracasó rotundamente con Pilar Rahola en un nuevo Partido por la Independencia. Ello dio paso a nuevos dirigentes como Josep Lluis Carod-Rovira, Joan Puigcercós y Oriol Junqueras. Esquerra es un partido asambleario que, históricamente, devora a sus líderes. Su triunfo electoral obedece a la política cultural de CIU, recogiendo los votos de jóvenes radicales de Convergència. La situación actual, con Junqueras en la cárcel y una pésima candidata emergente, Marta Rovira, también en el punto de mira del Tribunal Supremo, lleva a algunos republicanos veteranos a definir así la situación: «Estamos en el limbo de la victoria».
Oriol Junqueras pasó de ser la esperanza blanca y casi seguro nuevo presidente de la Generalitat, a un presidiario trasquilado. Con la frase «República tiene nombre de mujer», le cedió el puesto a su número dos, Marta Rovira, una mujer que encubre su falta de formación con un discurso extremista. Nacida en Vic, su abuelo paterno militó en Òmnium y el materno fue alcalde franquista de San Pere de Torelló. Ella fue quien impuso a Junqueras la orden de impedir que Puigdemont convocara elecciones para abanderar la vía unilateral de independencia. En su actos de campaña llama fascistas al PSC, Cs y al PP, anuncia que fichará de nuevo al cesado Mayor de los Mossos, quiere abolir el 155 y reabrir todas las delegaciones de Cataluña en el exterior. Sus intervenciones en los debates de campaña, hasta la fecha desastrosas, han forzado la presencia pública de otros dirigentes como los ex consellers Carles Mundó y Raül Romeva, o el candidato por Gerona, Roger Torrent. Las nuevas revelaciones en poder de la Guardia Civil la sitúan como el auténtico cerebro del 1-O y ha sido el enlace de Esquerra con los antisistema de las CUP. Con Oriol Junqueras en prisión sin claras posibilidades de salir, Marta Rovira está en el punto de mira del juez Llanera. Si fuera imputada, el futuro de ERC se complicaría aún más, dado que no tiene asegurada la mayoría absoluta. La fuerte rivalidad con Puigdemont agrieta y añade incertidumbre al resultado final y su horizonte político. De tener casi ganado el cielo, Esquerra tiene hoy un liderazgo en barbecho, con una victoria pírrica y un amargo empate electoral por delante.
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