Política

El desafío independentista

ERC pone en jaque al Gobierno

Moncloa ha trasladado su malestar a los republicanos e intentará evitar que el viernes bloqueen las cuentas. El «caballo de batalla» será convencer a los partidos independentistas para que no voten con PP y Ciudadanos.

El presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, visitó ayer a los presos independentistas en la madrileña cárcel de Soto del Real
El presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, visitó ayer a los presos independentistas en la madrileña cárcel de Soto del Reallarazon

Moncloa ha trasladado su malestar a los republicanos e intentará evitar que el viernes bloqueen las cuentas. El «caballo de batalla» será convencer a los partidos independentistas para que no voten con PP y Ciudadanos.

El día 13 de febrero el Congreso de los Diputados dará el sí o el no a la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. La fecha es de lo más inoportuno para el Gobierno de Pedro Sánchez porque el día anterior se inicia el macro juicio del 1-O, por lo que la posición favorable de los independentistas a la tramitación se ha puesto a un precio muy alto. Ayer, ERC presentó tras la reunión semanal de su ejecutiva, una enmienda a la totalidad, lo que mete presión al Ejecutivo, pero también a los independentistas del PDeCAT.

Al Gobierno de Pedro Sánchez no le causó sorpresa la iniciativa de ERC porque estaba al tanto del movimiento de los republicanos que se lo habían comunicado previamente a la vicepresidenta, Carmen Calvo. Ante esta cuestión, el Ejecutivo se ha limitado a comentar a LA RAZÓN que «la posibilidad de presentar una enmienda no es la primera vez que se plantea, pero siempre hemos mantenido que, por un lado, está el diálogo político y, por otro, los presupuestos». Según ERC, «las negociaciones están en un «impasse» y no hacer nada no es una opción», aunque la comunicación al Ejecutivo muestra que no se quieren romper todos los puentes. El conocimiento por parte del Ejecutivo casa también con la actitud de Ferraz, fuentes socialistas reconocieron que no les «sorprendió» el paso de los republicanos y le restaron importancia, argumentando que se trata de un movimiento estratégico que busca ser un revulsivo en el mundo independentista.

Y es que además, de presionar a Sánchez, la dirección de ERC ha presionado al PDeCAT, en el marco de sus malas relaciones que persiguen quién liderará el movimiento independentista, al presentar la enmienda y así «romper la cintura al PDeCAT», que ha quedado en renuncio y ha hecho, de nuevo, evidentes las diferencias entre el partido y Junts per Catalunya. Es decir, ERC presiona al Ejecutivo, pero también al PDeCAT «tomando la iniciativa», que hasta ayer no había afirmado de forma contundente que presentaría la enmienda. Además, en el partido presidido por David Bonvehí cayó como un jarro de agua fría que, en la mañana de ayer, el portavoz de Junts per Catalunya en el Parlament, Eduard Pujol, lanzara un ultimátum a Pedro Sánchez dándole una semana para satisfacer las demandas de JxC a cambio de no presentar la enmienda. El PDeCAT en un lacónico comunicado confirmó sus intenciones, pero el malestar entre las dos formaciones se hizo evidente.

Joan Tardà ha sido el elegido para romper la lanza «ninguna solución puede dejar fuera a la mitad de los catalanes». La propuesta de los republicanos, y también de Junts per Catalunya, se sustenta en la creación de una mesa de partidos «de los que quieran estar» y un mediador internacional, cosa que el Gobierno rechaza. En su intervención, el presidente de ERC en el Congreso abrió otra puerta: «El Gobierno tiene tiempo para instar a la Fiscalía y la Abogacía del Estado a retirar acusaciones» a los políticos presos que empezarán a ser juzgados la próxima semana. Esta aseveración estaba siendo descafeinada en la tarde de ayer por portavoces autorizados del partido de Oriol Junqueras. Estas fuentes afirmaban que «el tema no va con el juicio, va con la presentación de una propuesta política».

Esta aseveración no debe ser conocida por la ministra de Administración Territorial, Meritxell Batet, que nada más conocerse la presentación de la enmienda a la totalidad por ERC dijo «supeditar el apoyo a los Presupuestos a otras cuestiones que no dependen de nosotros sino de otros poderes, como puede ser el judicial, está fuera de todo sentido común». Según ha podido saber LA RAZÓN, el Ejecutivo ha trasladado su malestar a los republicanos y seguirá intentando evitar la presentación de las enmiendas a la totalidad y, sobre todo, tratará de convencer a ERC y PDeCAT a que no voten las enmiendas que presentarán PP y Ciudadanos. Este parece ser que será «el caballo de batalla» en los próximos días porque PDeCAT y ERC encuentran incómoda la posibilidad de votar, conjuntamente, con «la derecha española».

Ante este escenario, en ERC se apresuraban a dar «tiempo al tiempo». «Todavía están abiertas todas las opciones», afirmaban fuentes de la formación, para añadir «solo queremos que el Gobierno se salga del silencio y de las vaguedades». En el PSOE, algunos sectores no ven negativa la actitud de los independentistas porque «hace patente que no hay ningún acuerdo con los independentistas, a pesar de las continuas acusaciones de Ciudadanos y populares». De hecho, el portavoz del Comité Electoral, Felipe Sicilia, aprovechó el anuncio de ERC de presentar la enmienda a la totalidad para acusar al partido de «alinearse con las derechas».

Si los Presupuestos no salen adelante se vuelven a abrir todos los escenarios electorales. Desde un adelanto electoral en el próximo otoño o, incluso, una convocatoria electoral que coincida con los comicios europeos, autonómicos y municipales del 26 de mayo. De momento, el presidente del Gobierno sólo ha insinuado un posible adelanto electoral, sin descartar ninguna fecha. Las encuestas electorales serán clave para tomar una decisión. En el Partido Socialista el debate está encendido desde hace semanas entre los que apuestan por retrasar la legislatura al máximo y los que prefieren un adelanto electoral, por la situación interna de la política española y por la coyuntura política y económica internacional.