El desafío independentista
ERC y CiU imitan a Bildu y ponen la bandera de España «por imperativo legal»
CiU y ERC se alían para poner una placa en el Ayuntamiento de Sant Sadurní d'Anoia en la que explican que sólo se iza porque la ley les obliga
Colocan una placa en Sant Sadurní d'Anoia para explicar que están obligados por ley
«En este ayuntamiento se iza la bandera española por imperativo legal». Así rezará la placa que se pondrá en la puerta del Ayuntamiento de Sant Sadurní d'Anoia, la capital del cava. Su instalación fue aprobada en una moción, presentada por ERC, con los votos de los cuatro regidores republicanos y otros cuatro de Convergència i Unió. Los cinco ediles socialistas votaron en contra junto con los dos concejales del PP. Dos regidores de CiU se abstuvieron. Uno militante de Unió Democrática, otro independiente. Sant Sadurní será el segundo consistorio con esta placa. El primero y hasta ahora único es San Sebastián, que gobierna Bildu.
La moción surge como respuesta a la carta que la delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna, envió al consistorio para recordarle la obligación legal de que ondearan las banderas oficiales porque «todo servidor público tiene la obligación y el deber de cumplir y hacer cumplir la Ley». Para la delegada del Ejecutivo de Rajoy «el requerimiento se produjo ante una dejación de la legalidad por parte de quien tendría que dar ejemplo en su cumplimiento». En Sant Sadurní nunca se ponían las banderas excepto en las fiestas. Se izaba la catalana, la del pueblo y, en algunos casos, la europea. La alcaldesa, Susanna Mérida, decidió cumplir la ley e izó la bandera catalana y la española. La reacción de ERC no se hizo esperar. En la asamblea de militantes el malestar por la presencia de la bandera fue el embrión de la moción. «De ERC me lo esperaba, lo que no me esperaba era la reacción de CiU», comenta la alcaldesa, que dice sentirse «indignada y preocupada por la irresponsabilidad de los regidores de CiU que ponen en riesgo el futuro de nuestra industria».
Mérida se refiere a la industria del cava, que permite a Sant Sadurní tener una tasa de paro del 13%, todo un lujo en los tiempos que corren. «Esta acción absurda puede tener consecuencias muy graves en el mercado del cava», afirma la primera edil, que concluye con enfado: «Por una bandera no se puede perder ni un puesto de trabajo». Susanna Mérida se ha puesto en contacto con el Institut del Cava, y con el Consejo Regulador. El Consejo agrupa a 162 bodegas que elaboran vino base y a 247 bodegas que elaboran cava. La gran mayoría concentradas en Barcelona y Tarragona pero también bodegas de Álava, Badajoz, La Rioja, Zaragoza, Valencia, Navarra, Lérida y Gerona. El Institut del Cava, la patronal del sector, agrupa a 51 bodegas entre las que se encuentran todas las marcas conocidas, como Freixenet y Codorniú. Los pequeños empresarios se agrupan en Pimec Cava, la patronal de las pequeñas y medianas bodegas, que cuenta con medio centenar de empresarios.
En la patronal del cava, el Institut, la noticia no ha sentado nada bien. Se niegan a comentarla pero los silencios denotan preocupación y una cierta perplejidad. La gerente de la patronal, María del Mar Torres, mide mucho sus palabras al ser preguntada por este diario. «Siempre hay cosas a las que hemos de hacer frente. Nosotros elaboramos cava y trabajamos para avanzar, pero hay cosas que no dependen de nosotros», manifestó lacónica para añadir «no entraremos a valorar unos actos políticos». El sector del cava vive desde hace años con la espada de Damocles sobre su cabeza en forma de boicot. Josep González, presidente de Pimec, ya reconocía hace un año –en declaraciones a TV3– que «hay casos de boicot». Un pequeño empresario ratifica estos temores: «La placa de marras revive aires del pasado», afirma con preocupación. Pere Bonet, director de comunicación de Freixenet y presidente del Consejo Regulador, ha esquivado responder a LA RAZÓN sobre la colocación de la placa en la sede del ayuntamiento de la capital del cava. Sin embargo, hace unos meses en la presentación de la campaña de Navidad, Bonet afirmaba sobre la posibilidad de boicot que «nos preocupa como nos tiene que preocupar. Es una circunstancia más que tenemos en nuestro entorno y que tenemos que afrontar». Preocupación que alcanzaba al hablar de la independencia y el sector exterior: «No tiene que pasar nada especial, a no ser que pasen cosas concretas que nos impidan movernos por el mundo con libertad», en clara referencia a la implantación de aranceles. Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet, ha sido siempre más explícito. En una entrevista en «The New York Times» afirmó tajante que «Cataluña es parte esencial de España y así debe seguir siendo».
La placa de Sant Sadurní hace vislumbrar al sector tormenta en el horizonte. El cava ha pasado, como todos los sectores, un largo vía crucis con la crisis. Los datos de 2013 no son para tirar cohetes. La demanda interna y externa ha bajado. Incluso se han registrado sustos importantes como el Reino Unido, que ha tenido un descenso de un 16,7%. Aunque desde 2007 las exportaciones superan al mercado interior, éste no es nada despreciable. El año pasado alcanzó los 81,5 millones de botellas, un 33,74% del total. La polémica placa puede afectar a este mercado y ha hecho saltar todas las alarmas. De estas 81 millones de botellas, alrededor del 70% se comercializan fuera de Cataluña. En el conjunto de España se habían llegado a vender más de 90 millones de botellas. Ahora las ventas han caído un 10%. Sobre si el boicot ha influido Bonet aseveraba: «Todo tiene que ver. A veces hay circunstancias que son benditas y otras malditas, sobre todo la crisis, que es lo que más afecta al mundo».
«Es una decisión irresponsable que pone en juego muchas cosas. Que ni siquiera ha tomado el presidente de Esquerra Republicana en su pueblo, en Sant Vicens dels Horts –Oriol Junqueras es su alcalde–. ¿A qué viene hacerlo aquí?, se pregunta la alcaldesa de la capital del cava. La jefa de la oposición en Sant Sadurní es Maria Rosell de CiU. Ha votado a favor de la moción de ERC. Es la primera vez que CiU toma este tipo de decisiones. Cuando se produjeron las consultas independentistas promovidas entre 2009 y 2011, a imagen y semejanza de la de Arenys de Munt, CiU de Sant Sadurní votó en contra de dar apoyo institucional. El alcalde era entonces Joan Amat, de CiU. Además de alcalde era el presidente de la patronal del cava. El ayuntamiento se mantuvo al margen. Ahora CiU ha impedido repetir esta posición. La líder del grupo municipal nacionalista, Maria Rosell no ha contestado a los requerimientos de este diario.
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