ERC y PDeCAT mantienen la incógnita sobre su apoyo

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, se siente ofendido cuando los partidos constitucionalistas que defienden lo que él quiere romper no le tienen en cuenta, y el lunes por la mañana se quejó de la «mala educación» del secretario general socialista por no haberle llamado por teléfono para informarle personalmente de la celebración del debate parlamentario que tendrá lugar mañana, por lo que le reprochó «poca talla». Sánchez, consciente de que para que su moción prospere cualquier apoyo debe ser bienvenido, reaccionó y marcó el teléfono del ofendido político el lunes por la noche, aunque sin entrar a valorar posibles pactos, sino que se trató de una llamada informativa. «Parece que no quieren nuestro voto», había ironizado previamente Tardá en rueda de prensa. Una vez contactado ERC, el PDeCAT corrió la misma suerte y Sánchez y el portavoz de la formación política, Carles Campuzano, intercambiaron mensajes de texto también la noche del lunes. Además, el líder socialista telefoneó a la senadora Marta Pascal, informa EP, con quien quedó en seguir manteniendo el contacto hasta el debate. En estas conversaciones tampoco hubo análisis de posturas.

No obstante, el diputado Ferrán Bel hizo ver públicamente la posición de fuerza de la que disfruta el partido independentista para que la moción de censura del secretario general socialista triunfe, ya que si bien ayer aseguró que «tiempo al tiempo», en respuesta a la pregunta de los periodistas en la Cámara Baja sobre la posición que finalmente adoptarán, añadió: «En todo caso, si Pedro Sánchez quiere nuestro apoyo, supongo que se dignará a solicitarlo».