Navarra
ETA amenaza: «Hay riesgo real de que vuelva el sufrimiento si no se negocia»
Advierte de que la situación es «apremiante» y se han de «dar pasos»
ETA lanzó ayer una amenaza directa al Gobierno en el caso de que mantenga su negativa a negociar. En el comunicado que publicó en el diario «Gara», incluyó el siguiente párrafo que, según expertos antiterroristas, consultados por LA RAZÓN, no deja lugar a dudas: «ETA quiere advertir de que en el pasado similares posturas se alejaban y no traían más que conflicto y prolongación del sufrimiento. Y esta vez también hay un riesgo real de dejar sin solución el proceso».
El texto del comunicado, en un tono desafiante, como si la banda quisiera dar a entender que tiene capacidad para, llegado el caso, volver a causar muerte y destrucción, demuestra que se ha hecho con la dirección del «proceso». Y que éste ya no tiene recorrido, salvo que los ejecutivos de Madrid y París se avengan a negociar, algo impensable por las consecuencias políticas que conllevaría.
La banda señala que en el último año se ha producido una «involución». «Los gobiernos de España y Francia, además de cerrar la puerta a un diálogo y a un acuerdo, andan en una dirección contraria (...) son clarificadoras la represión (detenciones) de estas últimas semanas, las amenazas y las declaraciones de los ministros de Interior», agrega. También culpan de lo que ocurre a «algún partido político», sin citarlo.
Los pistoleros reiteran «la esterilidad», según ellos, «de las vías represivas. Los estados pueden frustrar la oportunidad de paz pero así nunca podrán dar por superado el conflicto». Que traducido del lenguaje críptico que utiliza ETA quiere decir que volverán a los atentados para tratar lograr sus objetivos por la vía de la fuerza, como han hecho en las cuatro últimas décadas.
La banda pone sobre la mesa las condiciones en una hipotética negociación: «Dar solución a la situación de todos los ciudadanos vascos que han tenido que abandonar el pueblo o que están presos como consecuencia de la confrontación», lo que quiere decir una nueva amnistía, más o menos encubierta; y la impunidad para los que están en la clandestinidad y no han sido juzgados. Asimismo, «adecuar a la nueva situación de Euskal Herria las fuerzas que han tomado parte en la confrontación armada»; es decir, la expulsión de las Fuerzas de Seguridad y de los Ejércitos del País Vasco y Navarra.
Los terroristas, que plantean la agenda que se debe seguir, advierten de que no van a renunciar «a reivindicar la necesidad de una respuesta y que los estados tengan que confesar la verdad», por la llamada «guerra sucia».
En el mismo tono de altanería, consideran que el asunto de las personas que se tuvieron que ir del País Vasco por culpa de los atentados de la banda, está «ya zanjado». Sobre las víctimas, equiparan a las causadas por los terroristas y las que sufrió la banda, cuando las Fuerzas de Seguridad trataban de evitar atentados. «Hay que reconocer la verdad y la responsabilidad de cada uno».
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