Terrorismo

ETA y su entramado siempre han querido cargarse la Constitución

La aprobación del texto de la Carta Magna en el Congreso, el 21 sde julio de 1978, fue precedido por el asesinato de dos mandos militares en Madrid

Los dos militares asesinados en el interior del coche oficial
Los dos militares asesinados en el interior del coche oficialArchivo

A nadie le puede sorprender que EHBildu, la formación continuadora de Herri Batasuna, esté contra la Constitución. Ya se preocuparon los del “brazo armado” en demostrarlo durante la elaboración de la Carta Magna.

ETA, enemiga de España, como lo son los separatistas, quería cargarse la naciente democracia. Provocaban a los militares mediante atentados con la extraña esperanza de que nuestro país volviera tiempos pretéritos y su “lucha armada” quedara plenamente justificada porque combatían un régimen dictatorial. Habían engañado a muchos con esos de que ellos eran antifranquistas...hasta que se les vio el plumero. El día que esos delirantes anhelos parecían lograrse, el 23 de febrero de 1981, en vez de salir a luchar contra los sublevados huyeron como ratas y quedaron de nuevo retratados. Ahora, por eso de la permanencia en el poder, se les blanquea su pasado criminal, pero la historia no se puede reescribir, está ahí con el terrible rastro de sangre dejado por los pistoleros etarras.

Era el 21 de julio de 1978, el lunes se cumplen 47 años. El Congreso de los Diputados se preparaba para aprobar el texto de la Constitución. ETA quería dejar su sello en esa fecha. El general Juan Manuel Sánchez Ramos-Izquierdo, a quien acompañaba su ayudante, el teniente coronel José Antonio Pérez Rodríguez, fueron asesinados en la calle Bristol, en el Parque de las Avenidas de Madrid. Las fotografías de los dos militares yacentes en el coche oficial aún producen escalofrío. Les habían disparado en once ocasiones.

Los dos militares se encontraban en los asientos posteriores del vehículo cuando aparecieron de repente un hombre y una mujer que abrieron fuego, a través de las dos ventanillas traseras del vehículo, sobre el general y su ayudante, que murieron en el acto. Los atacantes se situaron uno a cada lado del turismo, el hombre por la parte del teniente coronel y la mujer por la del general. Los terroristas, miembros del “Comando Madrid”, huyeron inmediatamente hacia un taxi que se encontraba aparcado en el lado opuesto de la calle y en el que les estaba esperando una tercera persona. El automóvil había sido robado media hora antes.

El conductor del coche oficial, el soldado Pedro de las Heras, tenía como destino el Parque Móvil del Cuartel General del Ejército. El soldado, que iba desarmado, declaró al diario ABC: “No he podido hacer nada, absolutamente nada, para tratar de evitar que asesinaran así, tan canallescamente, a mi general”.

Un sargento de la Policía que transitaba por la zona pudo ver los últimos instantes del atentado y salió con su vehículo en persecución de los terroristas. Durante la huida, el suboficial abrió fuego contra los etarras. Uno de los disparos del policía hirió a uno de los terroristas y otro reventó una rueda del taxi robado, lo que obligó a los etarras a detenerse en la M-30, donde pararon a un vehículo para continuar la huida.

El etarra herido era Isidro Echave Urrestilla, alias “Zumai”, quien logró huir a Francia, donde le curaron las lesiones. Detenido en 1981, fue condenado a 70 años de cárcel por el doble asesinato, aunque obtuvo la libertad en 1994, después de criticar la continuidad del terrorismo. La mujer que le acompañaba nunca fue detenida ni juzgada. (Mapa del Terror y Vidas Rotas).

El aniversario, como tantos otros, habría pasado sin un recuerdo, mientras los que fueron derrotados se preparan, los pocos que quedan, para salir de las cárceles cerca de sus hogares a los que fueron trasladados. A las víctimas sólo les quedan las lápidas y a sus familiares el recuerdo de que murieron por España. Honor para ellos.