Cargando...

Extremo centro

La evolución de las ideas

Si tienes que explicar una y otra vez que no te vas a morir es que alguien huele a muerto

Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados David JarPHOTOGRAPHERS

Si tuviera tiempo haría un carrusel con las afirmaciones más flamencas que los cargos públicos del PSOE lanzan sobre el supuesto dolor que les causan las muertes de españoles. Por supuesto, sólo emiten opiniones sobre aquellas que creen pueden imputar al rival político. Exige una alta tolerancia a lo aberrante escucharles chapotear y gruñir sobre muertos en «residencias de Madrid», la «dana en Valencia» o los «cribados de Andalucía». Sus posturas y chillidos tienen algo de ópera kabuki grotesca.

Supongo que algunas contorsiones solo pueden ejecutarse desde una total ausencia de voluntad de verdad. Sólo desde la abierta negación de la realidad de un mundo que se sigue moviendo y no espera por nadie. Esta semana, la Policía vasca en Euskadi suelta por primera vez las estadísticas de criminalidad por país de origen del delincuente. Tengo grabada a fuego la comparecencia que sobre las políticas de fronteras se tuvo en octubre de 2024 en el Congreso. Allí toda la izquierda se posicionó como un sólo hombre detrás del presidente y con el multiculturalismo lowcost que vendía como paraíso de la diversidad lo que ahora parece ser un gueto de navajas y multireincidentes. Como supongo que aspira a una larga y fructífera vida en la capital del reino, Don Gabriel Rufián, aka El Madrileño, ya ha dicho que por ahora él se va bajando de la chorrada esférica de que en este país no está pasando nada con la inmigración.

A ver si va a pasar lo mismo con la okupación, la degradación de la educación, el feminismo o la saturación de los servicios públicos, que nos tiramos años para descubrir que sabe bastante mejor lo que pasa tu vecino el pescadero que la jauría de expertos consultados por los medios.

La evolución de las personas no es necesariamente la evolución de las ideas, y en último término lo único que merece la pena es observar la evolución de lo moral.

La mayor parte de los pronunciamientos que realizamos en el espacio público, que tratan de ofrecer una imagen positiva de nosotros mismos sobre los demás, son el predictor más adelantado de que somos unos cabrones con pintas. Sería bueno que de todo este caos vivido reflexionáramos un poco sobre cómo protegernos mejor de aquellos que usan nuestros buenos sentimientos para fingir empatía.

En cualquier caso el circo en las redes no para y tiene como número más relevante de la pista central al perro moviendo mucho los brazos para dar a entender a los suyos que va todo de película. No me atrevo a llevarle la contraria a los genios de Semillas. pero dudo que trufar las comparecencias con «mierdicitas» sobre Star Wars, o el paseíllo cringe por una radio pública que escucha poquísima gente de cincuenta años yo las recibiera como acciones para recuperar voto.

Seguro que soy yo que soy un neuras, pero a mí me hubiera dado pudor presentar en Moncloa lo de crear un perfil presidencial de booktoker susurrador de señoras de mediana edad que se mojan con novelas de hombres lobo, piratas y fornidos escoceses. Lo que se puede observar es que sin que nadie le saque el tema o le pregunte. En cualquier foro y aprovechando cualquier oportunidad.

Desde este verano el presidente del Gobierno de España siente el impulso de dejarnos claro, una y otra vez, por tierra mar y aire: que no habrá elecciones hasta 2027, que se pretende presentar a las próximas elecciones, que va a gobernar muchos años más.

Cierto que mientras consume minutos hablando de sí mismo no sufre comentando la situación del país pero poco le está aprovechando a Pedro la Moncloa si esto es lo mejor que tiene para ofrecer.

No quiero sacar el manual de Comunicación 101, pero si tienes que explicar una y otra vez que no te vas a morir es que alguien huele a muerto.