Opinión

La fecha de caducidad de Montero

Cualquiera diría que el líder socialista ha elegido un delfín que, llegado el momento, esté preparado para tomar las riendas del PSOE, pero no se dejen engañar por las apariencias

GRAF8743. MADRID, 29/12/2023.- La ministra de Hacienda y nueva vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero (i) jura su cargo junto al rey Felipe VI (d) y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d) durante un acto celebrado este viernes en el Palacio de la Zarzuela en Madrid. EFE/ Ballesteros POOL
María Jesús Montero juró su cargo como vicepresidenta primeraBallesterosAgencia EFE

El nombre de moda es María Jesús Montero, flamante número dos de Pedro Sánchez en el gobierno y en el partido. Cualquiera diría que el líder socialista ha elegido un delfín que, llegado el momento, esté preparado para tomar las riendas del PSOE.

Pero no se dejen engañar por las apariencias. Sánchez nunca haría una operación con ese objetivo, porque sería como visualizar que su mandato tiene un final y su concepto del poder es ilimitado en cuanto al contenido y el tiempo en que se ejerce.

Algunos analistas se han apresurado a comparar la situación con el tándem formado por Felipe González y Alfonso Guerra. Las comparaciones son odiosas, pero esa en concreto raya la ciencia ficción, tanto por la calidad política de los personajes como por el rol de cada uno.

Alfonso Guerra era más que un número dos. No solo convirtió el PSOE en una maquinaria prácticamente indestructible, sino que lo dotó de un discurso político que no tenía porqué coincidir completamente con la acción de gobierno. González administró su figura electoralmente, modernizó el país, lo europeizó y creó una emergente clase media como motor económico e intelectual.

Sánchez solo puede lucir el mérito de atrincherarse en el poder a cualquier precio, incluso debilitando las instituciones del Estado. Montero es su última jugada táctica porque es difícil que el líder socialista perdone que la emergente andaluza en los tiempos convulsos en los que Sánchez tuvo que abandonar el liderazgo del PSOE y su escaño, fuese la presidenta de la comisión de garantías y que todo su esfuerzo fuese por hacerle caer de la secretaría general.

Montero, en aquellos tiempos, era tan leal a Susana Díaz como hoy lo es a Pedro Sánchez y esas son de las cosas que suele apuntar para pasar factura en su momento.

No faltan los que anticipan que es el recambio para Andalucía, en donde las cosas van de mal en peor. Olvidan que el castigo en las elecciones municipales y autonómicas que recibió el PSOE fue dirigido a Sánchez y no a los cientos de candidatos locales que se presentaron.

La lectura correcta de su nombramiento es que Sánchez no quiere que nadie crezca demasiado en su entorno y esta vez le ha dado un bofetón a Bolaños que se le ha subido a la cabeza, hasta el punto de que, cuando realiza alguna visita oficial, exige tratamiento presidencial.

La vida política de Montero tiene fecha de caducidad, aunque ella ni se lo imagine ahora mismo.