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Francisco Marhuenda: «La crisis que estamos viviendo es más grave que el 23-F»
El director de LA RAZÓN y profesor de Historia del Constitucionalismo y de las Instituciones (URJC) ha hecho un repaso a la historia de España y desmontado los mitos del nacionalismo catalán. Además, ha valorado la actualidad.
El director de LA RAZÓN abría la tercera conferencia de la mañana en la Escuela de Verano de LA RAZÓN y la Universidad Católica de Ávila, reivindicando que “ser catalán es su forma de ser español”. Y ha calificado de “golpe de estado y comportamiento delictivo” los acontecimientos se están viviendo estos días.
Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN y profesor de Historia del Constitucionalismo y de las Instituciones (URJC), abría la tercera conferencia de la mañana en la Escuela de Verano de LA RAZÓN y la Universidad Católica de Ávila, reivindicando que “ser catalán es mi forma de ser español”.
A continuación hizo un repaso por la historia de Españadesmontando los mitos del nacionalismo catalán. “La concepción histórica del nacionalismo catalán es reciente”, señaló. “No podemos trasladar la mentalidad medieval para crear artificialmente una identidad nacional”, denunció para señalar que “el nacionalismo ya ha sido superado por la Historia”. Para Marhuenda “las élites catalanas han ido buscando sus intereses y ya lo hacían históricamente”. Por tanto, “no hay ni ha habido nunca una lucha de intereses de los catalanes, sino de sus élites”. En 1714 se unificaron las cuatro provincias catalanes, algo con lo que acaba la dictadura de Primo de Rivera, recibido “con fervor por los socialistas”. En la Segunda República, sostuvo, “se repitió la traición de las élites catalanas” cuando Cambó proclama la “república catalana”. La Constitución de 1931, recuerda, fue “una Constitución de parte y por eso fue un fracaso. Fue una imposición de la izquierda sobre la derecha”.
Durante la Transición española los ciudadanos de Cataluña salieron a las calles reivindicando un Estatuto de Autonomía. Y es que “la descentralización no tiene por qué ser mala si hay lealtad constitucional, como existe en Alemania o Estados Unidos”. Así se llegó a la Constitución de 1978, gracias a que todos cedieron e “izquierda y derecha pudieron alternarse en el poder” sin problemas. Con la Constitución de 1978, teniendo muy presente la II República y la inestabilidad italiana, se estableció un sistema electoral que garantizase la estabilidad. El fin era la alternancia en el poder. Empero, aquello tuvo un efecto no deseado: que “fuera necesario un partido bisagra, que no era un partido constitucional. Fueron los nacionalismos”.
“No hay capacidad de referéndum en el marco de la Constitución”, sostuvo en relación a la convocatoria ilegal del 1 de octubre. Con respecto al título VIII de la Constitución considera que para reformar el Senado no es necesario cambiar la Carta Magna y criticó la profusión legislativa autonómica. Así, “se ha llegado a la crisis que estamos viviendo, que es mucho más grave que el 23-F”, porque el golpe de Estado de entonces estuvo “inmediatamente controlado”. “Estamos ante un acto sedicioso, un comportamiento delictivo, un golpe de Estado, de subversión de la legalidad”, sostuvo.
Marhuenda señaló como cómplices a “una clase política catalana mediocre hasta la extenuación”, afirmó, recordando a personajes como Turull, “personas que han hecho de la política su profesión, en el peor de los sentidos”. Puigdemont, recordó, “no fue capaz de acabar una carrera”. Como Ada Colau. “España no se entiende sin Cataluña”, señaló.
Acerca de la aplicación del artículo 155 de la Constitución defendió que el desafío sedicioso debe de enfrentarse con “proporcionalidad”. Para Marhuenda el gobierno ha actuado en varios frentes del Estado de Derecho: la legalidad, la fiscalía, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y la logística.
”Soy razonablemente optimista”, concluyó su conferencia.
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