Oposición

Génova tanteó a PNV y Junts para cerrar la derrota de Sánchez por Venezuela

La proposición no de ley del PP para reconocer al venezolano Edmundo González saldrá hoy adelante gracias a Vox, los nacionalistas vascos, UPN y Coalición Canaria

Rufian en el Congreso de los Diputados
El portavoz de PNV en el Congreso, Aitor Esteban, con el del ERC, Gabriel Rufián, ayer en el hemicicloDavid JarLa Razón

El Congreso reconocerá hoy, en principio, a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, provocando una sonora derrota del Gobierno de Sánchez. La proposición no de ley presentada por el PP saldrá adelante con el respaldo de Vox, los nacionalistas vascos, UPN y Coalición Canaria, partidos que ayer ya confirmaron el sentido de su voto. De esta forma el Congreso se pronuncia a favor de validar a Edmundo Gonzalez como ganador de las elecciones del pasado 28 de julio y, por tanto, presidente electo de Venezuela. La proposición no de ley implica, en teoría, un mandato al Gobierno, que este desoirá en la práctica ya que mantiene su negativa a actuar en esta línea. Pero, aunque no se implemente, sí tiene un alto significado simbólico y muy importante para la oposición al régimen de Nicolás Maduro.

El pasado sábado Pedro Sánchez anunció que gobernará sin tener en cuenta al poder Legislativo, y la primera ocasión que tendrá para ejecutar este pronunciamiento es negándose a reconocer este mandato de la Cámara Baja en relación a Venezuela.

En términos políticos, la proposición no de ley impulsada por el PP sirve para que se evidencie una vez más la ruptura del bloque de investidura. La dirección popular ha tanteado a todos los grupos parlamentarios, incluido el PNV y Junts, para negociar su propuesta, y esta será la directriz que siga durante el resto del curso parlamentario. Solo ha dejado fuera a Bildu.

Esos contactos con todos los grupos los mantendrán a futuro porque forman parte de una estrategia que, como informó este periódico el pasado lunes, tiene como base buscar los temas en los que PNV y Junts puedan volver «a sentirse partidos de centro derecha y progresistas». El objetivo es «buscar los temas frontera» o los «matices» en los que los partidos que apoyan al Gobierno «tengan complicado» votar en contra de sus propuestas.

En este arranque de curso, ayer el PNV confirmó su decisión de desmarcarse del Gobierno en su postura con la oposición venezolana. Y el Grupo Mixto forzó la comparecencia del Ejecutivo en materia de inmigración, después de que el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, firmó con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, un plan con propuestas para frenar «el descontrol migratorio» que viven las islas. El documento pide trasladar migrantes a otros países europeos, desplegar a la Policía en las rutas de tránsito y un fondo extra para las comunidades.

PP y Junts tienen un canal efectivo de diálogo, mientras que con el PNV la relación se mueve con más dificultad. Esto es importante ante el anuncio del Gobierno de que presentará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025, a diferencia de lo que ocurrió en el pasado ejercicio. La decisión de presentarlos es estrictamente política, una maniobra para rebajar la sensación de que la legislatura ha entrado en punto muerto, a pesar de que dan por descontado que, como muy tarde, a final de año habrá nueva prórroga presupuestaria. Entretanto, el Ejecutivo gana tiempo para seguir proyectando sus medidas de alzas fiscales a los ricos y para culpar a sus socios de ser los responsables de que esas propuestas, más ideológicas y de mejor venta entre el electorado de izquierdas, no salgan adelante.

Al ser proyecto de ley del Gobierno, las enmiendas de totalidad a los PGE pueden ser de devolución, sin texto alternativo, simplemente con una breve exposición de motivos y un «petitum» simple que pida que se devuelva el proyecto al Ejecutivo. Las enmiendas prosperarían si obtienen más síes que noes: PP, Vox y Junts. Y lo mismo con las reformas fiscales.

La votación de Venezuela es el punto final de la proposición no de ley que registró el PP en agosto, y entra en la agenda en un momento en el que cobra especial relevancia por la llegada de Edmundo González a España huyendo de la persecución del régimen de Maduro. Génova ha situado este debate en lo más alto de su lista de prioridades porque consigue que el Congreso se adelante ante el rechazo del Gobierno a modificar el estatus de González, y también al pronunciamiento que, en la misma línea que el Congreso español, se producirá, previsiblemente, en los próximos días en el Parlamento Europeo.