
La noria
Las adivinanzas de Leire Díez, influencer fecal
La fontanera despierta de su letargo para dar caña a la UCO y amenazar con desvelar por capítulos el contenido del pendrive que entregó en el PSOE. Está citada por el juez el 11 de noviembre, fecha en la que «a cada cerdo le llega su san Martín»

Es oficial. Desde las nueve de la mañana de ayer contamos con una nueva creadora de contenido que, a modo «profesional», se dedicará al nada noble oficio de esparcir mierda sin ton ni son por el universo digital. «Vengo a hablar de mi libro», que diría Umbral, porque, y les doy una pista, esta mujer amenaza con llegar a nuestras librerías.
Sí, se trata de la fontanera Leire Díez. Les refresco la memoria: aquella militante socialista venida a más que jugaba a ser espía de despachos para rebuscar, en connivencia con un empresario de guante blanco, entre los trapos sucios de la Unidad Central Operativa (UCO). «Si Balas está muerto, mejor». Esta frase, refiriéndose al teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, la lanzó al estrellato mediático, pero le ha costado que un juez la cite como investigada. Será el próximo 11 de noviembre, fecha en la que «a cada cerdo le llega su san Martín».
Apenas horas antes de que el magistrado adoptase esta decisión, Leire, nada asesorada, y menos escarmentada, comenzaba a aporrear el teclado para arremeter de nuevo contra el jefe benemérito, convertido en una obsesión a lo Glenn Close en «Atracción fatal»: «¡Vaya! Había motivos objetivos para cuestionar la acción de Balas. ¿A ver quién adivina quién es su padre profesional?», se atrevía a preguntar. Cuando un tonto coge una vereda, la vereda se acaba y el tonto sigue. Y, como sigue, pues ahí va: «¿Por qué no se aclaran muchas de las dudas que suscitan los informes de la UCO?; ¿Por qué hay un señor del que no pueden demostrar que tenga un céntimo que no sea suyo en la cárcel y uno que ha defraudado decenas de millones está en la calle?; Millones de minutos grabados, pero por lo que sea, ni uno que diga exactamente de qué obras y cómo se repartían el dinero cuando sabemos hasta cuándo iba al baño».
Es como un aspersor de heces que lanza por doquier contra los investigadores, que ella es mucho más lista que esos agentes preparados durante tantos años. Los fiscales, sospecho, también está deseando tenerla enfrente. Sigue con su perorata: «El mismo fiscal que ha metido en la cárcel a Cerdán sin haber ni una sola pista de ese supuesto dinero que se han quedado y desinflándose la trama navarra a ritmo de campeón olímpico de 100 metros lisos, no quería investigar a Montoro. De hecho, expedientó a la fiscal que ha destapado el caso. Es decir, premio al corrupto, castigo a la honestidad. ¿Sabéis por qué? A ver si adivináis». ¡Y va y lo dice ella! La Nostradamus pasiega dándonos lecciones de higiene democrática. Leer para creer.
Pero detrás de estos mensajes, redactados mientras atranca el inodoro, está un ego superlativo digno de analizar, aunque eso, se lo dejamos a los profesionales. Afirma, crecida, la nueva influencer fecal que buscará monetizar el contenido: «Todo el mundo me pregunta qué tenía el pendrive que entregué en el PSOE y este entregó a la Fiscalía General del Estado. Iré poniendo cosas por aquí porque esta investigación era para destapar las ilegalidades y conocer el porqué de las cosas». Y yo, mientras, iré poniéndole acentos y comas. ¡Pobre del corrector al que le toque su obra maestra!
La decena de acólitos que tiene le jalea, y alguno, de paso, pide la cabeza del ministro Marlaska. Como el presidente Pedro Sánchez, que no goza de su confianza, como plasmó en un grupo de WhatsApp insinuando que ni las ve venir, en referencia la investigación sobre su «ex» Santos Cerdán.
Quien seguro no la seguirá en esta nueva aventura profesional será Pedro Casares, al que como una siamesa se pegaba en los actos de ese partido que ya no la quiere por tierras cántabras. Y es allí, en Santander, donde el lunes será designado delegado del Gobierno. Habrá que estar atentos a las primeras filas por si a Leire le da por aparecer con un aplaudidor. ¡Meteórico ascenso el de Casares! Y, como para que uno suba, otro tiene que caer, le ha tocado a Eugenia Gómez de Diego, a quien su apoyo hace cuatro meses a la lista crítica con Sánchez encabezada por Pablo Zuloaga, le ha costado el puesto. Otro golpe en la mesa de nuestro presidente contra aquellos que se atreven a levantar la voz.
Por último, señora Díez, ya que los disfruta tanto, la animo a resolver un acertijo: ¿Qué es lo que a nadie le gusta, pero tampoco quiere perder? Suerte con el juez.
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