Política
«Hablaré de todo con Mas dentro del marco español»
El presidente defiende el modelo de Estado y considera que hay que gestionar mejor y no cambiar las leyes
-¿El mal resultado de CiU en las elecciones catalanas es bueno para España?
-Para España, para Cataluña y para todos lo mejor habría sido que no se hubieran convocado las elecciones y que no se hubieran planteado debates como los que se han impulsado en las últimas fechas. El Gobierno de Cataluña tenía una buena relación con el Gobierno central. Nosotros les estábamos ayudando en todo lo que necesitaban. Y CiU contaba con los votos necesarios para sacar adelante sus políticas. Visto el resultado, la pregunta es: ¿para qué hemos hecho todo esto? Pero hecho está, y ahora lo importante es afrontar el futuro con inteligencia.
-¿Sus puentes con CiU están rotos?
-El Gobierno de Cataluña tendrá mi apoyo en las mismas condiciones y con los mismos requisitos que el resto de gobiernos autonómicos. Nuestra ayuda se mantendrá dentro del cumplimiento de la política económica que es buena para Cataluña y para España.
-¿Cree que el resultado electoral es un dique para la deriva soberanista?
-Ojalá. Pero la iniciativa corresponde a quien ha ganado las elecciones, aunque haya empeorado sus resultados con respecto a los que tenía antes de someterse a las urnas. Sería bueno que todos nos concentráramos en la crisis, en el crecimiento económico, en generar empleo y en el futuro de Europa. Y que todos nos diéramos cuenta de que estamos en el siglo XXI y que el mundo avanza en otra dirección. No vayamos en contra del signo de los tiempos. Estamos en una Europa con una moneda única para 17 países; hemos cedido nuestra política monetaria y cambiaria, y ahora hablamos de avanzar hacia la unión bancaria, fiscal y económica, también hacia una mayor unión política. Si eso ocurre en Europa, aquí también deberíamos hablar de sumar y de integrar.
-Para usted, ¿el independentismo es un problema real en España o es una invención de algunos políticos?
-A la mayoría de los ciudadanos, en Cataluña y en las demás comunidades, lo que les preocupa es su vida, su trabajo, que la Sanidad funcione bien o que el modelo educativo mejore en calidad. Ésa es la España real.
-Entonces, ¿Cataluña no tiene un problema de encaje en España?
-Somos la Nación más vieja de Europa y Cataluña y España han hecho muchas cosas unidas. Ahora tenemos por delante el reto de un proceso de integración europea en el que juntos podemos sacar muchas más ventajas. Sumando somos más fuertes para defender nuestros intereses. Y esto no quiere decir que no haya que hablar de los problemas que pueda haber, pero las posiciones maximalistas nunca conducen a nada.
-¿Los partidos nacionales han fallado? ¿No tienen su cuota de responsabilidad porque en Cataluña haya calado tanto el relato nacionalista del «expolio» por parte de España?
-Ese discurso nacionalista es absolutamente falso. Desde el Gobierno hemos actuado para solucionar los problemas de financiación de Cataluña, que, por cierto, no eran culpa de la gestión de Artur Mas ni tampoco del actual Gobierno de España. Hemos aprobado anticipos a cuenta; hemos ayudado a pagar vencimientos externos a través del ICO y del nuevo Fondo de Liquidez Autonómica. Y se trata de cantidades muy importantes. Hemos hecho un Plan de Proveedores que en Cataluña ha supuesto más de 2.000 millones de euros y que ha permitido a muchos proveedores de la Generalitat cobrar sus facturas. Y estamos dispuestos a seguir hablando de esto, de gastos e ingresos del Estado, y también de los gastos e ingresos de la Generalitat, y de todos los problemas que nos pongan encima de la mesa dentro del marco constitucional y español.
-¿Convocará a Mas a una reunión en La Moncloa cuando vuelva a ser investido presidente de la Generalitat?
-Por supuesto. Es mi obligación hablar con todos los presidentes autonómicos.
-Cuando habla de «colaborar» con la Generalitat, ¿eso incluye la posibilidad de que el PP apoye de nuevo a CiU en el Parlamento catalán, por ejemplo para aprobar sus Presupuestos?
-He hablado de colaboración como Gobierno; no he hablado del PP. Mas es el candidato más votado y él tiene la iniciativa a la hora de conformar sus pactos postelectorales. A partir de ahí, especular y adelantarse a los acontecimientos no tiene mucho sentido. Como Gobierno, sólo insisto en que en estos momentos lo más importante es tirar juntos del carro, afrontar la crisis y generar crecimiento y empleo.
-Aunque sea iniciativa de Mas, como usted dice, ¿le preocupa el pacto con ERC?
-Sinceramente no creo que fuera bueno para Cataluña, aunque lo importante son los contenidos de los acuerdos y hoy necesitamos una buena política económica, una apuesta decidida por el proceso europeo y no dividir a la sociedad.
-A Cataluña se le puede dar más de lo que tiene?
-¿«Más», qué quiere decir?
-Más dinero.
-El sistema más rápido para que todas las Administraciones consigan más dinero es impulsar una política económica que permita crecer y crear empleo. En 2007 hubo una comunidad autónoma que recaudó hasta 2.500 millones de euros con el Impuesto de Transmisiones, con el de Sucesiones y con el de Actos Jurídicos Documentados. En 2011, su recaudación por el mismo concepto fue de 500 millones. Los recursos de todos mejorarán cuando se recupere la actividad económica.
-Pero el año que viene, ¿revisarán el modelo de financiación?
-El principal problema de financiación de las comunidades no es el modelo de financiación, sino que se han caído los ingresos públicos en 70.000 millones de euros en los últimos años. Las comunidades reciben el 50 por ciento del IVA y del IRPF, y el 58 por ciento de los Impuestos Especiales. Y reciben también todo lo que se recauda en su territorio en transmisiones patrimoniales y sucesiones. Si se crece y se crea empleo habrá más gente pagando impuestos y menos gasto en desempleo, y eso nos beneficiará a todos. No obstante, el año que viene sí revisaremos el funcionamiento del actual sistema de financiación para aprobar su reforma en 2014, de acuerdo con criterios que beneficien de manera equilibrada a todas las autonomías.
-En el debate que hay abierto sobre la viabilidad del modelo autonómico y su futuro, ¿estaría dispuesto a hablar del federalismo que propone el PSOE?
-No sé qué es lo que plantea el PSOE, más allá de envolverse en un eslogan sin explicar su contenido. En España tenemos un modelo de Estado mucho más descentralizado que el que hay en algunos estados federales. Y en política territorial la cautela es siempre muy buena consejera. Para mi Gobierno la prioridad es impulsar la reforma de la Administración, en la que ya trabaja una comisión que debe presentar un informe antes del día 30 de junio. Hay quien quiere que se presente en 24 horas, pero una operación de ese calado no puede hacerse frívolamente.
-¿Qué debería hacer esa comisión?
-Sus objetivos son la eliminación de duplicidades administrativas y reforzar los mecanismos de cooperación entre Estado y autonomías; la simplificación administrativa, revisar las trabas burocráticas que dificultan la tramitación de procedimientos; la gestión de servicios y medios comunes, es decir, centralizar actividades de gestión, como han hecho muchas empresas, estudiando los modelos que mejor funcionan; y en la administración institucional analizar la lista de entidades existentes y ver cuáles se pueden suprimir. He pedido al secretario general de la OCDE un informe porque también queremos contar con su asesoramiento.
-Esta reforma fue uno de sus principales compromisos electorales y en este año de Legislatura ya ha quedado claro que en esto, el Gobierno, solo, no puede. ¿Qué le hace pensar que las comunidades aceptarán pasar a partir de junio por el aro?
-La creación de esta comisión fue una de las decisiones que adoptamos en la Conferencia de Presidentes. Es importante que todos nos demos cuenta de que vivimos un momento de la historia de España en el que hace falta que todos tiremos del carro.
-De lo que usted conoce del funcionamiento de la Administración Pública, ¿qué competencias deberían revisarse?
-No puedo avanzar nada porque debo respetar el trabajo técnico de la comisión. Ahora, sí les digo que no soy partidario de darle la vuelta a todo ni de romper lo que hemos estado construyendo durante 30 años. La clave está en analizar si hay funciones que estamos haciendo todos a la vez y que en manos de una única administración costarían menos y seríamos más eficientes. Hay que revisar las duplicidades, avanzar en la unidad de mercado y buscar procedimientos más rápidos. La distribución de competencias, ya sé que es lo más mediático, pero creo que las cosas han funcionado de manera razonable. No es, por tanto, una prioridad. Se trata de gestionar mejor y no de cambiar leyes para seguir igual.
-Al margen de lo que diga la comisión y del debate competencial, ¿cree que a la Administración autonómica le sigue sobrando grasa?, ¿que todavía tiene deberes pendientes?
-A todos nos quedan deberes por hacer. Las administraciones autonómicas están haciendo un enorme esfuerzo de reducción del déficit público y están colaborando muy bien con la Administración General del Estado. Por supuesto que tienen que seguir trabajando en esa dirección, pero si se revisa la Encuesta de Población Activa (EPA) se observa que en España se ha perdido mucho empleo público y esto tiene un coste social; no son sólo números, son más personas que han perdido su puesto de trabajo. Hay que entender que buena parte de nuestros problemas provienen de que entre 2008 y 2009 perdimos 70.000 millones de ingresos. Si hubiéramos empezado antes a ajustar los gastos a esos ingresos perdidos, hoy no estaríamos ante un problema tan grande. Pero empezamos a hacerlo con un retraso de tres o cuatro años.
-Que no tenga una oposición fuerte, ¿le preocupa o le tranquiliza?
-No voy a juzgar la situación interna del PSOE. Cuando yo tuve problemas, ellos no me juzgaron a mí.
-¿Habla con Rubalcaba? ¿Le gusta la oposición que le está haciendo?
-El diálogo con Rubalcaba está siendo bueno en algunos temas. Por ejemplo, en todo lo que afecta a Europa. Es muy importante que España mantenga una misma posición en política europea gobierne quien gobierne. También hay un diálogo bueno en Defensa y en Política Exterior. Y he hablado con Rubalcaba de la reforma de las Administraciones Públicas y me ha quedado la sensación de que puede haber colaboración. Entiendo que en algunas cuestiones económicas es difícil llegar a acuerdos. Cuántos más hubiera, mejor; pero lo importante es que tengamos una única voz en Europa.
-Hablando de Europa, ¿ve a Hollande como su aliado principal? Porque da la sensación de que la salida de Sarkozy le ha venido bien a España.
-Europa se construye entre todos. Y es normal que los que tienen más PIB tengan a la vez más peso internacional. Pero las alianzas se van tejiendo en función de los intereses nacionales y tiene su lógica que esté más cerca de Hollande que de Estonia en política agrícola. También dependen de la idea que tengamos de Europa y en este asunto también coincido bastante con Hollande. En cualquier caso, lo importante es el firme compromiso de todos con el euro, con avanzar en la integración europea y con seguir fortaleciendo la Unión.
-¿Ayudaría que Merkel renunciase a sus posiciones maximalistas? ¿Cree que está condicionada por sus elecciones?
-Alemania es un país decisivo para el proyecto europeo y para el euro. Alemania hizo las cosas bien en su momento, por eso ahora tiene sus cuentas públicas saneadas y es un país en el que se trabaja y se valora el esfuerzo. En estos momentos la UE atraviesa una profunda crisis, pero sólo podemos salir de ella dialogando y llegando a acuerdos. En líneas generales, comparto los criterios que se han marcado para que avance la UE. Es decir, comparto la política de reformas estructurales y el programa de reducción de déficit excesivo. Dicho esto, puedo aceptar que tiene sentido el debate sobre si se debe hacer con más o menos rapidez, pero sin duda que hay que ajustar los gastos a los ingresos. En cualquier caso, creo que también es decisivo que avancemos con rapidez en el proceso de integración europea y ojalá que en el Consejo Europeo de diciembre todos vayamos en esa dirección.
-¿Cuáles son los principales retos a los que se sigue enfrentando Europa?
-Crecer y crear empleo. Europa terminará este año con crecimiento negativo y las perspectivas para 2013 tampoco son nada halagüeñas. Hay que continuar trabajando para que activen el gasto algunos países que pueden permitírselo y para que la financiación sea más barata.
-¿Quiere decir que nos estamos ya pasando con la austeridad?
-En España nos hemos pasado gastando lo que no teníamos. En 2011 gastamos 90.000 millones de euros más de lo que ingresamos; en pesetas fueron 15 billones. Como ustedes pueden comprender, ningún país se puede permitir eso. Uno de nuestros principales problemas es que ha habido un crecimiento desmesurado del crédito. Hemos comprado a crédito segundas viviendas, televisiones de plasma, viajes al Caribe... Y eso no es razonable, ya que el crédito tiene que ser equilibrado y debe ir dirigido sobre todo a la primera vivienda y a la inversión. Lo lamentable es que hemos pasado de un exceso de crédito al estrangulamiento del mismo.
-¿Y quién ha tenido más culpa en esos excesos: el banco que concedía los créditos o el ciudadano que los pedía?
-Todos. Los ciudadanos y las empresas que se endeudaron en exceso, los bancos que concedieron créditos muy por encima de lo razonable y sin valorar correctamente los riesgos, el supervisor que no frenó en su momento ese proceso, también quien fijó unos tipos de interés tan bajos que provocó esa burbuja financiera, y un Gobierno que no entendió nada de la situación. Todos hemos tenido nuestra parte de culpa; ahora de lo que se trata es de aprender de los errores y superar esta situación.
-Varios apuntes más sobre el exterior. Primero, ¿cuándo nos retiramos de Afganistán?
-En 2014 y de acuerdo con los compromisos con nuestros aliados. En Líbano habrá una reducción de efectivos al final de este año. Vamos a traer las tropas de vuelta a casa de manera ordenada y siempre de acuerdo con nuestros compromisos internacionales.
-Hemos visto en la Prensa internacional imágenes de españoles buscando comida en la basura. Y ha habido más reportajes y editoriales criticando con mucha dureza nuestra situación económica. ¿Hay que asumir que ésa es nuestra realidad o está más cerca de quienes atribuyen estas informaciones a una campaña en contra de nuestro país?
-Si vamos a Nueva York podremos hacer unas cuantas fotos iguales que las que publicó «The New York Times». Es verdad que en España hay personas que lo están pasando mal, pero tenemos un sistema de protección social muy bueno y que está ayudando a todos los que se encuentran en una situación difícil. También es importante destacar y valorar el papel de las familias, de la Iglesia y del voluntariado. Toda esta red de ayuda dice mucho de un país.
-¿Qué piensa cuando escucha decir que el Estado del Bienestar está en peligro?
-No es verdad. Tenemos una Sanidad universal y gratuita; un modelo educativo que hasta los 16 años es universal, público y gratuito; un buen sistema de pensiones; y servicios sociales mejores que los que existen en otros países de nuestro entorno. Ahora bien, hay que tener en cuenta que todo esto no es gratis, sino que lo financian los ciudadanos con sus impuestos y sus cotizaciones sociales. Y por eso una de nuestras prioridades para el próximo año es que todos cumplamos con nuestras obligaciones fiscales. Cuando defraudamos, no estamos defraudando al Gobierno, sino a los que pagan sus impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social. Y en esto vamos a ser muy estrictos en la vigilancia y en la sanción.
-¿Considera injusta la desafección ciudadana hacia la política?
-Es normal que en tiempos de crisis empeore la imagen de los políticos. Pero llevo muchos años en política y en el camino me he encontrado a mucha gente honesta, trabajadora y que cree en el servicio público. Claro que me he cruzado con políticos que no han tenido un buen comportamiento, pero de ésos hay también en el mundo de la empresa, en los medios de comunicación, en los sindicatos y en cualquier otro sector social. Las descalificaciones globales no son buenas.
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