Política

La garantía de la Corona

Hija de Rey, esposa de Rey y madre de Rey

Hija de Rey, esposa de Rey y madre de Rey
Hija de Rey, esposa de Rey y madre de Reylarazon

En los treinta y ocho años y siete meses que Doña Sofía ha sido la única Reina consorte en ejercicio, ha dado numerosas vueltas al mundo en viajes oficiales, ofrecido decenas de discursos y recibido miles de audiencias. En los once meses y doce días que lleva ejerciendo de Reina consorte emérita no ha realizado ningún viaje oficial, ni recibido ninguna audiencia oficial, al menos así de desierta ha quedado su actividad registrada en la agenda de actos de los miembros de la Casa de Su Majestad el Rey. Oficialmente, se ha desplazado a Alemania para recibir un premio, a Toledo, Valencia, Ávila, Salamanca o Barcelona a inaugurar congresos, entregas de premios, conciertos o exposiciones. Se acabaron los viajes de cooperación al extranjero o la representación de España más allá de las actividades culturales o solidarias. Eso sí, sigue siendo Presidenta ejecutiva de la Fundación Reina Sofía, Presidenta de Honor de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, del Real Patronato sobre Discapacidad y de la Escuela Superior de Música de Reina Sofía. Pero las calles, hospitales o centros culturales, desde el 19 de junio de 2014 ya no reciben tantas solicitudes para que se llamen reina Sofía, sino infanta Sofía, reina Letizia o princesa Leonor. Y curiosamente hace un mes, las dos reinas compartían protagonismo al entregar juntas los Premios Reina Sofía del Patronato de Discapacidad que Doña Sofía preside.

Declaró hace años, cuando la costumbre dictaba que los reyes morían en ejercicio y no abdicaban, que no quería ser nombrada Reina viuda, ni Reina madre, ni nada similar. De ahí que la soberanía popular, que no la oficial, que simplemente la denominan por expreso deseo de ella, Reina Sofía, a diferencia de Doña Letizia, a la que se refieren como Reina a secas, le hayan adjudicado el sobrenombre de «emérita», como a los profesores que han ejercido su cargo con sabiduría y aún tienen fuerzas de seguir propagando sus conocimientos. Ella, consorte de Rey abdicado, madre de dos infantas y un Rey y abuela de ocho nietos, aparece la última en el escalafón del organigrama oficial de la que fue su Casa, por detrás de las pequeñas Leonor y Sofía. Felipe, Letizia, Leonor, Sofía, Juan Carlos y Sofía, así es el orden de preferencias. Tan sólo ha tenido 30 apariciones oficiales en el casi año que ha pasado desde que Don Juan Carlos abdicase en su hijo pequeño. Un mes después de pasarle el testigo a su nuera Letizia, la princesa Irene, que sigue viviendo con Doña Sofía, me aclaraba en los jardines de la embajada griega en Madrid que su hermana estaba muy bien, «muy contenta. Ahora es otro ritmo pero sigue sin parar su actividad. Continúa al frente de su fundación y sigue teniendo el día muy ocupado». Lo que es cierto, a juzgar por su buen aspecto más delgada y relajada. Ahora tiene más tiempo para ejercer de madre y abuela, aunque algunas fotos se consideren «incómodas».

En esas apariciones oficiales ha coincidido tan sólo tres veces con Sus Majestades Felipe y Letizia. Una fue poco después de la abdicación, en agosto en Palma de Mallorca en el palacio de La Almudaina. La segunda, durante la Misa del domingo de Pascua en la Catedral de Mallorca; y la tercera, a primeros de diciembre del año pasado en el Palacio de El Pardo, en la entrega de los Premios Nacionales del Deporte 2013. El día anterior, el 3 de diciembre, había inaugurado junto a Don Juan Carlos, la exposición «El retrato en las colecciones reales» en el Palacio Real, donde, por fin, se pudo ver el cuadro de Antonio López que se encargó como retrato de la Familia Real y que se entregó veinte años más tarde como «La familia de Juan Carlos I». Ese diciembre luctuoso ha sido el mes en el que más han aparecido juntos Don Juan Carlos y Doña Sofía. El once acudían a Bélgica al velatorio y funeral por la reina Fabiola, y el 15 al funeral en Madrid por la duquesa de Alba. Tres veces juntos en treinta días, ha sido algo bastante inédito para el desarrollo de la agenda posterior donde se confirma que ambos monarcas llevan caminos diferentes.

Mientras que el Rey Juan Carlos apenas ha tenido agenda oficial y se le ha visto en los toros, en distintos países por los que pasa el campeonato de Fórmula 1, pasando las navidades en Los Ángeles o en reuniones en el Caribe, de la actividad privada de la reina Sofía ha trascendido poco, algunos viajes fugaces a Suiza para visitar a los Urdangarín Borbón con motivo de sus cumpleaños o la comunión de la pequeña Irene. También Londres, Grecia o Palma de Mallorca, lugar al que parece que no tiene previsto dejar de acudir y algún concierto en el Teatro Real de Madrid, donde por cierto, ya no se sienta en el palco real, sino en el patio de butacas. El último acto oficial en el que hemos visto a la reina Sofía ha sido inaugurando la Feria del Libro de Madrid con unos curiosos zapatos descanso negros; y, por cierto, el día anterior presidía el concierto de celebración del 50 aniversario de la Orquesta y Coro de RTVE, mientras que a miles de kilómetros de distancia, en El Salvador, Doña Letizia, daba por concluido su primer viaje oficial de cooperación, costumbre que inició doña Sofía.