"Alternativa de progreso"

Históricos de izquierdas claman contra los pactos de Sánchez

«El Jacobino» reúne a exmiembros de PSOE, Cs o IU que impulsan una alternativa de progreso y advierten de la deriva socialista

Acto del Jacobino ÒLa Izquierda por la igualdadÓ
Acto de "El Jacobino" de la Izquierda por la igualdad. David JarDavid JarFotógrafos

«El Jacobino» reunió ayer a históricos de la izquierda –entre los que se encontraba Nicolás Redondo– que bajo el título: «La izquierda por la igualdad» busca ser una opción frente a la resignación». Contra los privilegios» se dieron cita en la Fundación Carlos de Amberes donde dejaron claro que no aceptan la «tramposa dicotomía que plantea el PSOE»: o un gobierno junto con partidos xenófobos, insolidarios fiscales y nacionalistas reaccionarios, o un gobierno del PP y Vox. «La plataforma apuesta por ofrecer una alternativa comprometida con la igualdad», que sea de progreso. Por ello, «desde posiciones de compromiso con los trabajadores, con la lucha contra la precariedad, por la justicia social, por los servicios públicos la redistribución, no se entiende que una –agenda social sea posible– con el blanqueamiento de los que dieron un golpe de Estado, trataron de romper la redistribución y siguen hoy pidiendo que se ahonde en la senda de las asimetrías políticas, y las desigualdades sociales y económicas». «La izquierda no está muerta», defendieron todos ellos.

El que fuera miembro de IU en Madrid, Ángel Pérez, recordó que «nos une la indignación» y se preguntó el porqué, con un mínimo peso social y político, los independentistas tienen «pujanza para poner al Estado en entredicho».

Pérez indicó que el populismo, por medio de Podemos, ha impregnado la política de soluciones fáciles con novedosas formas «democráticas» y hace creer que acecha el fantasma del fascismo. Ironizó con lo que hizo Pablo Iglesias quien, en nombre de un referéndum, se compró un chalet. «¿Quién no lo ha hecho? Nadie, porque somos unos rancios». Además, subrayó que lo impactante es que «el populismo amarillo haya sido capaz de teñir de rojo al nacionalismo azul».

Por su parte, Fernando Múgica, destacó que los pactos de los socialistas con los nacionalistas nos conducen a «nepotismos medievales» cuando no había ni constituciones, ni derechos de ciudadanía y pretenden crear una «nueva aristocracia, creyendo que, socializando esos principios, dominarán por derecho natural al conjunto de españoles». Además, «creen que tienen derecho a someter a sus víctimas». Múgica apuntó que–los independentistas– «consideran la amnistía como el antiguo privilegio de delinquir y no ser juzgados y creen que todos somos súbditos y extranjeros sobre los que mandar».

El hijo del que fuera miembro del PSE a quien asesinó ETA, creían formar parte de una izquierda ilustrada, «pero nos reservan el papel de siervo»: «Estamos ante un golpe de Estado a cambio de la investidura de Sánchez» por lo que pidió «que se vaya a su casa ya, que bastante daño nos ha causado».

«Esto no va de izquierdas o de derechas sino de defensa de la democracia»

Francesc de Carreras -fundador de Cs- hizo un análisis desde el Derecho Constitucional y apuntó que estamos enjuiciando una ley sin saber aún en qué consiste la misma. «Hay unos pactos que cada día cambian, y estamos pendientes de un señor huido de la justicia». De Carreras recordó que la amnistía no cabe en la Constitución y corresponde a los jueces, juzgar. No es un indulto que, recordó, el Gobierno, en ese caso, «sí tenía ese poder, pero en este caso, el Legislativo no puede robar al poder judicial lo que se le da en el artículo 117.1». También criticó que se vulnere la igualdad de todos los españoles. «Cada minuto se le complica –a Sánchez–».

Soraya Rodríguez -exportavoz del PSOE en el Congreso y exeuroparlamentaria por Cs- llamó a levantar la voz y tildó la amnistía de «mercenaria». Aseguró que esto «no va de derechas o izquierdas, esto va de demócratas» destacando que en ambos casos los demócratas tienen ideología. Aseguró que «no habrá una política de avance con ese acuerdo que salga de Bruselas» –entre el PSOE y Puigdemont– y reclamó la política de los pactos, pero para mejorar leyes, incluso llegando acuerdos con el PP. «Con quien no se puede negociar es con la extrema derecha o con los independentistas». Sin embargo, afeó a la izquierda del PSOE que está «traspasando sus líneas rojas con creces».

Por su parte, Pedro Bofill –miembro del PSOE– lamentó que la «fragmentación que existe en Cataluña se está trasladando a España y espera que el partido se dé cuenta para que no desaparezca.

[[H2:El «malestar» transformado en alternativa]]

Laura Rodríguez, responsable de educación de «El Jacobino», destacó que hay un «malestar» que recorre la izquierda, una sensación de «desconexión» con unos representantes que, dijo, «no merecen ese nombre». «Han demostrado no representar más que a su propio beneficio». Destacó que a las izquierdas les faltan «ideas» y aceptan ahora lo que fue su razón de ser: «Oponerse a todos los privilegios». La firma del estatut de Cataluña fue uno de los momentos en los que se inició la quiebra de los fundamentos de la tradición de izquierdas. «Este malestar se ha ido ensanchando hasta dejar a millones de huérfanos en el electorado español», un hueco que buscan ocupar en próximas elecciones, empezando por las europeas.