España
Interior rebajó en enero el nivel de amenaza terrorista
Analiza hoy las consecuencias del atentado de Nueva Zelanda y las amenazas yihadistas
Analiza hoy las consecuencias del atentado de Nueva Zelanda y las amenazas yihadistas.
«La situación es preocupante y se deben tomar todas las medidas posibles, no solo a nivel interno, sino para salvaguardar los intereses españoles en el extranjero». Un experto antiterrorista resume de esta manera el panorama que se ha creado, a nivel internacional, tras el atentado de Nueva Zelanda y las amenazas yihadistas de vengar, «ojo por ojo, diente por diente», a los musulmanes que fueron asesinados en la referida acción criminal. Dicha situación será analizada hoy en el Ministerio del Interior por la Mesa de Valoración de la Amenaza Terrorista, según informaron a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto.
La convocatoria, que se realiza semanalmente, se produce en un momento en el que España ha rebajado, desde el pasado 31 de enero, el nivel de alerta antiterrorista, que pasó de 4 reforzado, a 4 a secas, lo que se estimó como suficiente en aquel momento. La reducción supone un menor despliegue de medios, presencia en la calle y controles, según las mismas fuentes.
En la reunión del día 31 hubo general acuerdo en que, dadas las circunstancias, bastaba con el nivel 4; incluso, los representantes de la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra propusieron bajar al nivel 3. La sesión fue presidida por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Forman parte de la citada Mesa representantes del Cuerpo Nacional de Policía CNP), Guardia Civil (GC), Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), Departamento de Seguridad Nacional, Ertzaintza, Mossos d’Esquadra y mandos de las unidades provinciales en el País Vasco y Cataluña de CNP y GC, con el fin de tener una visión global de estas comunidades autónomas.
En la reunión de hoy se analizará, de forma preferente, las amenazas que contra los países occidentales se lanzan desde las organizaciones yihadistas tras el atentado de Nueva Zelanda. Lo preocupante, agregan, es que no se trata, como ocurrió en los primeros momentos, de mensajes espontáneos en las redes sociales, sino que los máximos cabecillas de Daesh y Al Qaeda han «oficializado», en comunicados públicos, que hay que vengar lo ocurrido en Nueva Zelanda.
Esos mensajes tienen carácter global y se dirigen a todos los simpatizantes de ambas bandas criminales, a los que se les llega a decir que si no atacan no actuarán como buenos musulmanes y poco menos que se situarán en contra «de la voluntad de Alá».
Está claro que el yihadismo está dispuesto a utilizar la matanza perpetrada por el terrorista neozelandés con el fin de captar nuevos adeptos para su causa y extender el miedo en los países occidentales. La derrota territorial sufrida por Daesh en Irak y Siria no ha sido digerida (en algunos comunicados, hablan de que se abre una nueva era «hacia la victoria») y, por su parte, Al Qaeda, que quedó relegada a un segundo plano tras la aparición en 2014 del Estado Islámico, quiere demostrar su «fuerza» en estos momentos.
En la reunión de hoy se tendrá en cuenta la marcha de las investigaciones sobre lo ocurrido en Utretch. Las informaciones difundidas por los familiares del autor del atentado perpetrado el lunes, en el sentido de que se debía a asuntos personales, retrasaron, de alguna manera, las pesquisas de las Fuerzas de Seguridad. Ahora, tras comprobar que ese individuo, ya detenido, no tenía ninguna relación con las tres personas que asesinó y las cinco a las que causó heridas,así como el hallazgo de una carta en el coche que robó para huir del lugar del crimen, hacen primar el móvil terrorista.
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