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Casa Real

Juan Carlos I celebrará los 50 años de su Reinado en solitario y sin agenda

El Gobierno no ha preparado ningún acto y tampoco está previsto que lo haga Zarzuela: se hará en el Congreso

El Rey Juan Carlos, en una imagen reciente a bordo de su embarcación, "El Bribón" María Muiña EFE

Dentro de un mes, el sábado 22 de noviembre, se cumplirán cincuenta años de una efeméride clave en la historia contemporánea de nuestro país: la proclamación de Juan Carlos de Borbón como Rey de España. El hito fundacional de la Transición que propició el cambio de régimen: de la dictadura a la democracia. Una fecha cargada de simbolismo que, en condiciones normales, se hubiera celebrado con boato. Pero el principal protagonista, según ha podido saber LA RAZÓN por distintas fuentes, se mantendrá lejos de su tierra. No está previsto que regrese de Abu Dabi, donde tiene fijada su residencia desde hace cinco años, para participar en ningún acto. En su día, cuando el Gobierno programó los fastos por la muerte de Franco,, dejó en manos de Zarzuela cualquier evento relacionado con el Rey. Su designación como jefe de Estado tuvo lugar apenas dos días después de la muerte del dictador.

En Moncloa, preguntados por la agenda prevista, echan balones fuera: «Le corresponde a la Casa Real». Y no es ningún secreto que la relación entre padre e hijo es todavía más lejana que los 7.000 kilómetros que separan Madrid de la capital de Emiratos Árabes. A un mes vista de un acontecimiento tan relevante como el medio siglo de la restauración de la Monarquía, la única institución que tiene previsto una conmemoración es el Congreso de los Diputados. El lugar de los hechos.

Aunque, en aquella jornada, todavía eran las Cortes franquistas. Fuentes del Parlamento confirman a este diario que organizarán un acto por «los 50 años son de la instauración del sistema actual de monarquía parlamentaria». Aunque no está decidida la fecha. Tampoco el formato, ni los asistentes. En todo caso, el Rey Juan Carlos no vendrá. Su deseo es pasar los próximos meses alejado de los focos para no causar ningún problema a Felipe VI.

De hecho, no habrá presentación oficial de su libro de memorias, «Reconciliación», escrito por su biógrafa, la parisina Laurence Debray, y editado por Planeta. Primero saldrá a la luz el 12 de noviembre, en Francia. Y después, la primera semana de diciembre, llegará a las librerías españolas. En sus más de 500 páginas, y coincidiendo con las bodas de oro de un reinado repleto de luces y sombras, don Juan Carlos desentraña su vida: «Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los Reyes no hablan de sus asuntos, y mucho menos públicamente. ¿Por qué voy a desobedecerle ahora? ¿Por qué he cambiado finalmente de opinión? Tengo la sensación de que me están robando mi historia».

Será la forma de reivindicar un legado que, para cuando llegue el aniversario de mayor relevancia, no encontrará gran celebración institucional en el país que transformó política y socialmente hablando. En realidad, las memorias saldrán con una doble misión: festejar los cincuenta años de la proclamación; y, sobre todo, propiciar una suerte de reencuentro: «Con su pasado, con su país, con su familia», tal y como explicaba la autora en una conversación reciente con la revista HOLA. «Su objetivo es que los españoles se reconcilien con su historia. Que se sientan orgullosos».

De momento, las aguas entre el Rey Juan Carlos y el Rey Felipe no se han encauzado. Prueba de ello es la previsión de un aniversario más agrio que dulce. Desde hace un lustro, cuando la renuncia pública de la herencia y la marcha a Abu Dabi, nada ha vuelto a ser como antes. El deseo final del Rey Juan Carlos, como daba fe su biógrafa, es un regreso a «su única casa», esto es: la Zarzuela. La última vez que estuvo fue de paso, en mayo de 2022, en mitad de su primera visita. Desde entonces, ha conseguido normalizar su presencia en España, que se ha convertido en algo habitual por el norte, concretamente en Sanxenxo, donde acudir con cierta regularidad para participar en las regatas.

Debray, una de las personas que más tiempo ha pasado junto a él últimamente, reconoce que «le entristece estar lejos» de su patria. Pero el Rey se niega a un regreso definitivo. Y eso que, poco a poco, se han ido archivando todas y cada una de las causas judiciales que tenía abiertas, tanto en el extranjero como en nuestro país. En 2022, tras varias regularizaciones, la Fiscalía del Tribunal Supremo archivó sus investigaciones sin ninguna consecuencia penal. Un año después, la justicia británica resolvió tumbar la demanda que Corinna Larsen había presentado contra él por acoso. En realidad, nunca ha tenido impedimentos legales para volver a España. Tampoco los hay a nivel político. Fuentes del Ejecutivo aseguran que les resulta indiferente si reside en suelo español. El motivo sigue siendo el mismo por el que decidió irse: «Para contribuir» a que su sucesor pueda desarrollar su papel «desde la tranquilidad y el sosiego».