Tribunales

El juez autoriza a Koldo el desbloqueo de sus cuentas para ingresar la venta de su coche y moto

También a su mujer, Patricia Uriz, al tener ambos embargados los fondos bancarios y los vehículos desde febrero

El exasesor del exministro José Luis Ábalos, Koldo García, comparece en la Comisión del Senado sobre la investigación de las mascarillas durante el COVID-19, a 22 de abril de 2024, en Madrid (España). Las comparecencias en la comisión de investigación sobre la compra de material sanitario durante la pandemia han arrancado hoy en el Congreso y en el Senado. Como todos los comparecientes, el exasesor de Ábalos está obligado a presentarse ante la comisión, pero no tiene obligación de responder a...
Koldo García comparece ante la Comisión del Senado sobre las mascarillasEduardo ParraEuropa Press

La Audiencia Nacional ha levantado la medida cautelar que mantenía impuesta a Koldo García que le impedía vender su moto Suzuki y un automóvil de marca Peugeot, propiedad de su mujer, Patricia Uriz, como parte de su condición de imputado en la investigación en torno a la supuesta trama de comisiones ilegales en la venta de mascarillas, tal y como adelantó El Español.

Al mismo tiempo, ha accedido el magistrado instructor, Ismael Moreno, a autorizar el desbloqueo de las cuentas bancarias de la antigua mano derecha de Ábalos en Transportes y de su esposa a fin de que puedan ingresar, respectivamente, lo que obtengan en la compra-venta de ambos vehículos.

Tendrán, eso sí, que "una vez formalizada la venta", entregar a la Audiencia copias de los contratos de ambas transacciones y acreditar documentalmente los ingresos de las cuantías de las dos ventas en sus respectivas cuentas bancarias embargadas desde el pasado febrero, tras estallar el "caso Koldo".

Como ya informó LA RAZÓN, Koldo logró el pasado abril que el juez Moreno estimase su recurso de apelación contra la decisión de bloquear el uso de moto y otro tercer vehículo propiedad del matrimonio, un Kia Niro, para poder seguir con su "día a día" laboral y profesional, pero también para "llevar y recoger a su hija de cuatro años al colegio".

Se le permitió el uso, pero no podía venderlo de cara a que sirvieran estos bienes como parte del patrimonio con el que respondiese a las eventuales responsabilidades civiles que le pudieran ser impuestas en una hipotética condena por las presuntas "mordidas" en adjudicaciones públicas que se analizan en el "caso Koldo".