Fernando Cancio
Jurar bandera está de moda
Los ciudadanos responden a los ataques a España y sus símbolos reafirmándose con ellos. Con Baleares pidiendo prohibir estos actos o los desprecios en Cataluña, el número de jurandos ha aumentado un 750% en seis años
Los ciudadanos responden a los ataques a España y sus símbolos reafirmándose con ellos. Con Baleares pidiendo prohibir estos actos o los desprecios en Cataluña, el número de jurandos ha aumentado un 750% en seis años
«Es una forma de reafirmarme ante mi país y mi patria en un momento en el que constantemente se cuestiona todo». Quien habla es Carles Campdepadrós, un barcelonés que el pasado año decidió jurar bandera en el cuartel de El Bruch harto ya del constante ataque a los símbolos. Algo que ocurre, sobre todo, en determinadas comunidades, como por ejemplo Cataluña, donde se carga contra todo lo relacionado con España, o en Baleares, donde este mismo año se exigió prohibir este tipo de actos. Carles es uno de los 704 catalanes que en 2016 decidieron oficializar su respeto a la bandera española en la Ciudad Condal. O uno de los 14.735 que los hicieron en toda España en alguna de las 40 juras que se realizaron. Lo hizo, al igual que todos los demás, principalmente, «porque es algo que siento», aunque reconoce que ese desprecio constante en determinados territorios «hace que cada vez seamos muchos más». Y sí, son muchos más, pues desde 2010 el número de jurandos ha aumentado un 750%, pasando de los 1.733 de ese año a los 14.735 de 2016.
En los datos del pasado año se incluyen los 904 ciudadanos de Baleares que decidieron jurar bandera en los dos actos que se organizaron en las islas: 598 en Palma de Mallorca y 306 en Menorca. Suponen el 6,1 por ciento del total, pero el Parlamento balear ha preferido ignorar a este millar de ciudadanos aprobando el pasado mes una proposición no de ley (que salió adelante gracias a la abstención del PSOE) en la que se insta al Gobierno central a dejar de llevar a cabo juras de bandera civiles en el archipiélago porque, dice, «generan división social».
Una división que no entienden quienes sí han querido mostrar su respeto por la bandera. Como Alicia González, una joven madrileña de 25 años que en abril de 2016 juró en la Plaza de Oriente. «La ignorancia es muy atrevida y hay gente muy cuadriculada que no sabe ver más allá», afirma en relación a quienes critican estos actos. Ella no lo dudó cuando se enteró de que podía reafirmar su compromiso con España y sus símbolos, y se apuntó. «Lo hice por devoción. Desde pequeña me inculcaron un respeto y un amor absoluto a la bandera», asegura. «Sentí mucho orgullo porque se trata de mi país y mi bandera», afirma mientras recuerda la «tremenda emoción» que sintió.
Unas frases que comparte casi en su totalidad Carlos Núñez, otro madrileño de 30 años que también decidió jurar bandera con la Legión en Ronda (Málaga) en noviembre. «Es algo que quería hacer desde pequeño. Soy una persona con un marcado sentimiento patriótico y más ahora que el concepto de patriotismo es cada vez más difuso». Tajante, asegura sentirse «orgulloso» por ello, porque «era una de esas cosas que tenía muy clara». «Se trata de reafirmar tu compromiso con tu país, que tanto te da y tan poco recibe», destaca mientras sentencia que «es una cuestión de sentimientos y no se puede explicar con palabras».
Algo parecido sentía la bilbaína Ana Sonia Landáburu cuando en 2013 se sumó a los 6.637 jurandos de toda España. Su intención era poder jurar bandera en su tierra, en la localidad vizcaína de Munguia, «pero no es fácil porque el cupo siempre está lleno». Pese a ello, «tuve la oportunidad de hacerla en la localidad toledana de Villatobas y lo hice porque lo sentía. Algo me empujó». Recuerda que el acto de su jura fue «muy emotivo, difícil de describir», aunque asegura que «tenía la necesidad de ratificarme con mi bandera, que en el País Vasco ha sido muy maltratada». Algo que, «a día de hoy, no ha cambiado», dice. «No se puede hablar de España» y decir o hacer algo relacionado con la bandera implica «que se rían en tu cara».
«España es indivisible»
Pese a ello, Ana tiene claro que animaría a cualquier español a que jurase bandera y a que «sienta que está en España, que es tu tierra y que es indivisible».
Con esa idea en la cabeza también hizo lo mismo Arturo Fernández el pasado año en Barcelona. Natural de la Ciudad Condal y residente en Badalona, afirma tajante que juró bandera hace un año en El Bruch porque «es un tributo a la confraternización, un signo de respeto a mi país, a sus símbolos y a sus Ejércitos», porque «no es que me sienta español, es que soy español». Lo dice serio, pues reconoce que en Cataluña «vivimos en un entorno hostil y los que nos sentimos identificados con nuestro país tenemos que luchar a diario». Fernández juró bandera el mismo día y en el mismo lugar que Campdepadrós, en una jornada lluviosa. No les importó a ninguno, pues como reconoce, un acto así «es una especie de reacción por sentirte agredido a diario, una forma de resarcirte que haces junto con otros españoles que sienten lo mismo que tú». Ambos quieren acabar con «los complejos que existen a la hora de exhibir tus símbolos o posicionarte».
En 2017 habrá 57 juras
Esos «complejos» son los que intentarán eliminar quienes este año decidan juran bandera en alguno de los tres actos que se celebrarán en Cataluña: en Barcelona, el 20 de mayo, y en Talarn (Lérida) y Figueras (Gerona), el 1 de octubre. O en el País Vasco (20 de mayo, en Vitoria) y Baleares (10 de diciembre, en Mallorca). Lugares en los que los ataques a los símbolos son constantes. En total, para 2017 hay previstas 57 juras de bandera repartidas por toda España.
En todas ellas, el jefe de la Unidad en la que decidan jurar, les hará la siguiente pregunta: «¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?». Entonces, los jurandos deberán responder: «Sí, lo hacemos».
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