Política

París

El segundo etarra detenido ayer en Francia es Urtzi Etxeberria Aierdi

Llevaban documentaciones falsas de Alemania, Italia y Francia

El segundo presunto terrorista detenido ayer en Francia junto a Andoni Lariz es Urtzi Etxeberria Aierdi, según han confirmado a LA RAZÓN fuentes de la lucha antiterrorista que han especificado además que este terrorista iba armado con un revolver magnum 357.

Estos dos presuntos miembros de ETA fueron arrestados ayer en la Borgoña francesa en un vehículo en el que portaban al menos una pistola y documentación falsa.

Urtzi Etxeberria Aierdi, fue camarero en una herriko taberna y en el año 2007 fue juzgado por colaborar desde ese establecimiento en la distribución de 'zutabes', el boletín interno de la banda terrorista. Finalmente fue absuelto por estos hechos en diciembre de 2009.

En el juicio, la fiscal Olga Sánchez solicitó para él una pena de cinco años de cárcel al entender que participó en distintos grados en la recogida de paquetes con los boletines en 'herriko tabernas' y en su transporte en vehículos precedidos por otros coches que ejercían las funciones de lanzadera. Urtzi Etxeberría era camarero en una de las herriko tabernas donde se recogieron paquetes. En su declaración dijo no conocer a ninguno de los procesados y que desconocía el contenido de los fardos que recogieron.

La Audiencia Nacional condenó a los principales acusados pero en 2010 fueron absueltos por el Tribunal Supremo, que criticó duramente la actuación de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional por tardar más de dos años en dictar sentencia.

Los dos detenidos iban armados y llevaban documentaciones de Italia, Francia y Alemania. Se trataba, por lo tanto, de «liberados» de ETA, que siguen en la clandestinidad en territorio galo y se ocupan, entre otras misiones, de mantener operativas las infraestructuras de la banda por si, en un futuro próximo, deciden volver a cometer atentados. Pertenecían al «aparato logístico-militar», uno de los dos en los que se divide actualmente ETA. El otro, es el «político».

Agentes de la Gendarmería detuvieron, poco antes de las seis de la tarde, a dos miembros de ETA, uno de los cuales iba armado con una pistola.

Reconocieron pertenecer a la banda, pero se negaron a facilitar su identidad real.

Uno de ellos, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, podría ser Andoni Lariz Bustinduy, que permanece huido desde 2010, tras la desarticulación de una célula en Vizcaya. Desde febrero de 2011, pesaba sobre él una Orden Europea de Detención. Profesor de lengua y literatura, fue candidato de HB y Askatasuna antes de entrar en ETA.

Los arrestos se produjeron en el Departamento de La Nievre, correspondiente a la región de Borgoña, en el centro del país.

Los etarras circulaban en un coche robado cerca de la ciudad de Nevers. Los gendarmes, al sospechar de la actitud de los ocupantes del vehículo, decidieron darles el alto, momento en el que Lariz y su compañero trataron de fugarse a la carrera. No lo lograron y fueron capturados inmediatamente por los agentes del cuerpo militar francés.

Al haber reconocido su pertenencia a la banda terrorista, se pusieron en marcha los protocolos que rigen en Francia para estos casos. Fue alertada la Subdirección Antiterrorista de París (SDAT), de la Policía Judicial, para que se haga cargo de las investigaciones.

Se trata de las primeras detenciones de etarras en territorio galo en lo que va de año. En 2012, se produjeron un total de 19.

Lariz Bustinduy consiguió huir en la operación de la Policía Autónoma vasca, en la que fue desarticulado el «comando Kresala», una célula que había sido creada por Garikoitz Azpiazu, «Txeroki». Entre las acciones criminales que se le imputan al grupo, figuran el atentado contra un polígono industrial de Ávila. También pensaban atacar la base de Torrejón, en Madrid.

Las fuentes antiterroristas consultadas subrayan el hecho de que los detenidos llevaran, además de la pistola, tres juegos de documentaciones falsas, algo que está reservado a los miembros de ETA con ciertas responsabilidades. Las detenciones ponen de nuevo de manifiesto que ETA, lejos de querer disolverse y entregar las armas (por más que determinados «expertos» traten de vender la «moto» a las autoridades para que cambien la política penitenciaria), sigue con sus labores de «logística-militar» en Francia.