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Lecciones de la Shoá

La Razón
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Si «para que el mal triunfe sólo se necesita que los buenos no hagan nada», como decía Edmund Burke, entonces tenemos serios motivos para preocuparnos. En nuestro caso, pienso que debemos preocuparnos doblemente: como europeos y como judíos.

Como europeos porque mucho hemos sacrificado para construir el sistema que hoy disfrutamos como para tener que renunciar a él sólo por ser políticamente correctos o por miedo.

Como judíos el panorama es más preocupante. Retomo la frase de Burke para decir que los «buenos» hoy no siempre se solidarizan con estados democráticos que sufren el terrorismo, llegando hasta sugerir la culpabilidad de las víctimas para justificarlo. Temen más a la islamofobia que al terrorismo islamista.

Tres han sido los grandes movimientos totalitarios y expansionistas del siglo XX que han puesto en su diana a los judíos: nazismo, comunismo e islamismo radical. Lamentablemente parece que ninguno de los tres está superado puesto que el extremismo avanza: la extrema izquierda gana elecciones, partidos filonazis se consolidan y el islamismo radical campa a sus anchas.

Occidente debe volver a su esencia, de lo contrario habremos sustituido un totalitarismo por otro con el resultado, entre otros, de una Europa sin judíos y sin libertades. Ya está pasando; más de 8.000 judíos huyen anualmente de Francia. Resulta escalofriante que un colectivo huya del corazón de Europa en nuestros días, aunque también muchos cristianos se ven forzados a huir de muchos otros territorios.

Honremos la memoria de los fallecidos en la Shoá aferrándonos a «les droits de l’homme» y la herencia judeocristiana, impidiendo que los «buenos» caigan en los extremos y peleando contra el totalitarismo con las armas de nuestro Estado de Derecho.

*Secretario general y portavoz de la Comunidad Judía de Madrid