Pedro Sánchez

Los obispos critican la «fijación» de la izquierda con los Acuerdos

José María Gil Tamayo, ayer, en rueda de prensa
José María Gil Tamayo, ayer, en rueda de prensalarazon

La obispos españoles no entienden «la fijación» que tienen algunos con los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, cuestión sobre la que volvieron el miércoles PSOE y Ciudadanos en el acuerdo que ambas formaciones pactaron para investir a Pedro Sánchez como presidente. Los socialistas, que pedían en su programa denunciar los Acuerdos, rebajaron su propuesta a una «revisión», mientras que los de Albert Rivera, que no la habían planteado, la hicieron suya.

Explican los obispos, según puso de manifiesto ayer su portavoz y secretario general, José María Gil Tamayo, que los acuerdos son un mandato constitucional y que «han sido satisfactorios» desde su firma en 1979, con Gobiernos de uno y otro signo. En su opinión, aunque todas las leyes y acuerdos son susceptibles de ser modificados, señalan que en este caso «son perfectamente válidos». Más aún, quiso desmontar el mito de que esa regulación, un tratado internacional, no es ningún privilegio de la Iglesia católica, pues todo lo que se estipula en ellos también es aplicable a las demás confesiones religiosas, que también han firmado con el Estado un marco regulatorio. De hecho, de algunas de esas medidas hoy también se pueden beneficiar organizaciones no gubernamentales. «Esto es propio de una sociedad civil que valora el hecho religioso como un bien para la construcción social», afirmó Gil Tamayo.

El portavoz episcopal recordó, frente a aquellos que repiten como un mantra las palabras «Estado laico», que España es un país aconfesional y «no confesionalmente laico». En este sentido, los obispos reunidos esta semana en Madrid quieren dejar constancia de la importancia de la libertad religiosa, es decir, «de no imponer unas convicciones religiosas ni de impedir el ejercicio a quien las tiene». En este sentido, señalan que nuestro país está marcado por «la tradición cristiana» y que, por ello, «la religión no puede ser excluida». En este sentido, apuestan por abrir espaciose de diálogo y encuentro, en el marco de la Constitución. «La Iglesia no se entromete en política, tiene un papel de iluminación. «Tiene una cosmovisión, basada en el sentido trascendente de la vida, en la dignidad de la persona, en los valores del Evangelio y en los principios innegociables de la defensa de la familia, de la vida, del derecho a al educación según la convicción de los padres y la defensa de los más desvalidos y de los pobres», añaden.

Con todo, la Conferencia Episcopal hace un llamamiento al acuerdo entre formaciones políticas para lograr «una gobernabilidad estable y duradera», pues «hay bienes que están supeditados a un acuerdo compartido».

«Los obispos no entran en cuestiones concretas, no hacen juicios políticos sobre opciones que están sobre el tablero», dijo Gil Tamayo, ante los medios de comuniación, al tiempo que pidió «concordia, diáloto, afabilidad y buen entendimiento».