El «aquelarre» etarra
Los pilares terroristas
La dictadura terrorista de ETA se sostiene en tres pilares: el primero, como cualquier mafia del mundo, el silencio del miedo que genera el terror, que hace que gran parte de la sociedad calle y mire hacia otro lado sin querer ver ni escuchar lo que pasa delante de sus ojos; el segundo pilar y signo identificador de todo régimen totalitario es el pensamiento único, que pretende imponer con su socialismo –comunista y su independencia; y por último, como una secta, en el que sostiene la serpiente etarra su cohesión y su supervivencia, es el intento de adoctrinar a toda la sociedad en general y a los más jóvenes en particular, generando el caldo de cultivo donde captar a nuevos terroristas fanáticos.
El adoctrinamiento es la manipulación de las mentes y la deformación de la historia con mentiras que mil veces repetidas parecen verdades a los ojos de los más jóvenes. Este adoctrinamiento fanático hace que calen ideas como justificar el asesinato de inocentes para defender una supuesta patria y hace ver como héroes y modelos a seguir a miserables asesinos terroristas. Ayer mismo tuvo lugar un sangrante ejemplo de adoctrinamiento en un centro educativo vasco, y es que durante el recreo, en el patio del Instituto Público de Amurrio (Álava), un grupo de estudiantes entre 14 y 17 años y algunos profesores, celebraron un homenaje a varios terroristas, entonando el «Eusko Gudariak» puño en alto, entre flores y fotos de los etarras. Una escena escalofriante, digna del Tercer Reich nazi y que condena a una generación de jóvenes a vivir en la indigencia moral, humillando a las víctimas del terrorismo y a sí mismos. Como yo, otros muchos miles de vascos y millones de españoles no nos resignamos a mirar para otro lado ante el sectarismo mafioso de la dictadura etarra. Lo que ha ocurrido en este centro educativo no debe quedar impune.
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