Terrorismo
Manual de propaganda yihadista: Reclutar, radicalizar y manipular
Utilizan inteligencia artificial, deepfakes y contenido hiperrealista para crear contenido con una fuerte carga emocional
Manual de propaganda yihadista: Reclutar, radicalizar, manipular. Los grupos terroristas están ganando la guerra de palabras y las consecuencias se han globalizado. Expertos convocados por HST advierten contra esta instrumentalización de narrativas y su capacidad para reclutar, radicalizar y manipular a audiencias de todo el mundo. El desafío fundamental que enfrentan hoy los esfuerzos antiterroristas no es la desinformación en sí, sino su influencia, según los expertos que destacaron, entre otras cosas, las siguientes ideas-fuerza:
--La desinformación no es la amenaza a la seguridad; la amenaza es la influencia. La desinformación o la información —ya sea verdadera o falsa, datos sin procesar, hechos— no son inherentemente influyentes hasta que se narran. Es la narrativa la que imparte el significado.
--Los grupos terroristas no se limitan a contar historias, sino que incrustan estratégicamente su propaganda en profundas grietas culturales y marcos identitarios. En lugar de introducir ideas y campañas publicitarias completamente nuevas, los reclutadores terroristas guían a las personas para que interpreten los acontecimientos a través de una perspectiva identitaria, lo que las prepara para la radicalización. En esencia, se puede dividir en cuatro partes: una historia contada por una fuente o narrador confiable; con un significado definido; con la que la víctima se identifica o, mejor aún, ve su identidad preferida. Esa es la influencia, la amenaza.
--La percepción que llegan a creer (los yihadistas) es que la vida es temporal y que la muerte es glorificada. Estos individuos se ven atrapados en sus cuerpos físicos en una trampa corporal. Los reclutadores del Estado Islámico también utilizan narrativas religiosas e históricas para redefinir cómo las personas procesan sus recuerdos y comprenden su identidad. Esta manipulación temporal ofrece a estos hombres una realidad diferente, donde creían que «reclamarían su dignidad y resurgirían... para ser verdaderos guerreros de Alá».
--Si bien los agravios personales y las crisis de identidad a menudo impulsan a las personas a la radicalización, este tema de glorificar la muerte e incorporar un significado religioso a la yihad no es solo una lucha militar. Pone de relieve la urgente necesidad de iniciativas contranarrativas más dinámicas. Los gobiernos deberían evitar depender únicamente de la supresión de contenido, ya que esto a menudo oculta los mensajes extremistas y dificulta su detección, y deberían centrarse en involucrar a la sociedad civil y empoderar a los actores locales para construir contra narrativas con resonancia cultural.
--Las bandas yihadistas enmascaran sus mensajes como víctimas:
-Enmarcan cualquier acción gubernamental como evidencia de persecución;
-Envuelven los llamamientos extremistas en un lenguaje de protección y defensa;
-Explotan temas de humillación y deshonra;
-Se integran fácilmente en la narración local, histórica y cultural;
-Proporcionan un mensaje claro y sencillo que se propaga de forma viral.
--.Los grupos terroristas utilizan inteligencia artificial, deepfakes y contenido hiperrealista para crear contenido con una fuerte carga emocional y altamente persuasivo que acelera la radicalización en línea. Esta nueva generación ignora el análisis racional y apela directamente a la emoción, lo que dificulta enormemente su combate con los métodos actuales.
--Las futuras estrategias antiterroristas deben considerar el espacio narrativo como un tema central, no como una cuestión secundaria. Sin este reconocimiento, los grupos extremistas seguirán explotando ventajas estructurales, emocionales y tecnológicas en la batalla por las mentes.
--El desafío no es solo técnico, sino también conceptual. Hasta cierto punto, la guerra contra el terrorismo es una guerra ideológica que ha evolucionado de forma innovadora y debe librarse en consecuencia. Desmantelar las narrativas terroristas requiere más que moderación de contenido u operaciones de información; exige una mayor alfabetización narrativa por parte de los actores gubernamentales, policiales y de la sociedad civil.
--El uso de contra narrativas adaptativas exige colaboración interdisciplinaria, alianzas sostenidas con las comunidades locales y nuevas inversiones para comprender cómo evolucionan las narrativas extremistas. La lucha contra el terrorismo ya no se limita al campo de batalla físico, ya que ganar la guerra narrativa será igualmente crucial para garantizar la seguridad y la resiliencia a largo plazo.
--La investigación revela que la propaganda terrorista probablemente ya ha sobresaturado el entorno informativo global. Cualquiera que busque inspiración para unirse a grupos extremistas puede encontrarla fácilmente a través de la cobertura de los principales medios de comunicación, análisis académicos o simples búsquedas en internet. Esta realidad exige un cambio radical en la forma en que la lucha antiterrorista aborda el espacio informativo. Ganar la guerra narrativa será tan crucial como las medidas de seguridad física para garantizar el éxito a largo plazo de la lucha antiterrorista.