Jose Manuel García-Margallo
Margallo pide el fin del bloqueo israelí desde una Gaza devastada
El titular español de Exteriores trasladará la posición de España hoy al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La guardia fronteriza en el paso de Arba Arba luce en su uniforme el emblema de la Autoridad Nacional Palestina pero aquí nadie se engaña sobre quién controla realmente la Franja de Gaza. Dos hombres de miraba torva y sospechosos bultos bajo del abrigo observan a la delegación española liderada por García-Margallo y musitan frases en árabe por sus radios: nada pasa desapercibido a las milicias armadas de Hamas en la principal vía de entrada a esta región devastada por los bombardeos selectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel el pasado verano.
Apenas 1.500 metros de tierra de nadie, recorridos obligatoriamente a pie separan la Franja de Gaza de Israel pero visualmente el impacto es el de haber retrocedido varios siglos: aquí el medio de transporte más común para el traslado de pequeñas mercancías es el burro. Dos jóvenes palestinos sonríen mientras destripan el motor de un Volkswagen. Doscientos metros más adelante puede verse un edificio de viviendas de tres pisos, uno de tantos, convertido en un amasijo de hierros y hormigón hecho añicos. En lo que queda de su segundo piso, medio coche carbonizado ha quedado incrustado en la fachada. Los niños corretean entre los escombros: todos ellos recuerdan a alguno de los más de 500 de sus amigos que perdieron la vida en los bombardeos. Saben que cuatro bebés han muerto de frío la semana pasada. Y cuando miran hacía arriba, desde todas las esquinas de Gaza, les observan las fotografías de los venerados mártires de Hamas, que se inmolaron en atentados suicidas en Israel.
Éste es el panorama que el titular de Exteriores español pudo observar in situ ayer en su visita a la Franja de Gaza, donde el Gobierno tiene programado invertir al menos la mitad de los 36 millones de euros de ayuda que va a destinar a los Territorios Palestinos en los próximos tres años. Margallo se comprometió a trasladar al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, la posición española a favor de que se levante el bloqueo a la Franja y que se permita que la ayuda humanitaria llegue a esta región donde decenas de miles de personas siguen sin un techo sobre sus cabezas. Lo confirmó durante una rueda de prensa celebrada en el patio central de la Al Zeitoon Primary School D, una de las pocas escuelas que quedan en esta región, una auténtica prisión de 360 kilómetros cuadrados en la que viven 1.700.000 personas. La escuela, más que un sitio para aprender, es actualmente un sitio donde se refugian familias enteras, según reconoció Pierre Krahenbull, comisionado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA), quién agradeció efusivamente a Margallo la ayuda del pueblo español.
Este funcionario fue la única autoridad con la que pudo entrevistarse Margallo, ya que los cuatro ministros palestinos que tenían pensado recibir al jefe de la diplomacia española fueron retenidos por Hamas en una manifestación. El viceprimer ministro palestino, Ziad Abu Amer, no pudo entrar en la Franja porque se lo impidieron las autoridades israelíes. El propio comisionado Krahenbull llevaba dos meses sin poder acceder a este territorio, que necesita para volver a ser un lugar medianamente habitable 720 millones de euros, de los que sólo ha recibido 135 hasta el momento. Margallo confirmó que la última cantidad a la que se había comprometido a pagar España había llegado el viernes. Una cantidad procedente de los contribuyentes españoles que no sólo se va a destinar a reconstruir alguna de las 56.000 viviendas destruidas durante el conflicto sino a cosas tan básicas como impedir que vuelva a morir un niño pasto del fuego por usar velas en lugar de electricidad para poder ver durante la noche.
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