Marlaska anticipa el final de la dispersión de los presos de ETA

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha hecho un anuncio esta mañana que anticipa el final de la dispersión de los presos de ETA en distintas cárceles españolas.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha hecho un anuncio esta mañana que anticipa el final de la dispersión de los presos de ETA en distintas cárceles españolas. Fuentes penitenciarias consultadas por LA RAZÓN en los primeros días de esta semana habían negado esta posibilidad y que los reclusos terroristas fueran a ser concentrados en el centro de Zaballa, en Álava.

Marlaska ha señalado que dicha dispersión "era una política antiterrorista, no una política penitenciaria", por lo que no cree conveniente mantenerla una vez disuelta la banda.

Sin embargo, expertos consultados por este periódico han recordado que desde hace meses se está gestando una escisión en la banda criminal, que tiene su traslación a los centros penitenciarios, y que decenas de armas (entre ellas más de un centenar de pistolas nuevas) siguen sin aparecer ya que no fueron entregadas en el anunciado “desarme total” escenificado en la localidad francesa de Bayona.

En su intervención en un foro que organizado por la cadena SER en Las Palmas de Gran Canaria, Marlaska fue preguntado por el público sobre el posible traslado al País Vasco de presos condenados por terrorismo.

Contestó que no cree en medidas indiscriminadas, sino en la aplicación de las leyes y, en este caso, siempre en contacto con las asociaciones de víctimas, a las que ha agradecido el respaldo que están dando a su departamento.

A este respecto, pidió que se analice el balance de sus siete meses en el cargo, en el que solo han sido trasladados a cárceles del País Vasco dos presos de la denominada "vía Nanclares", que hace tiempo renegaron de ETA, pidieron perdón a las víctimas y ofrecieron medidas para reparar el daño que ocasionaron sus atentados.

Sin embargo, ha reiterado que, "con ETA disuelta y derrotada por la sociedad", no le ve sentido mantener una política antiterrorista cuya finalidad era debilitar a la organización, impidiéndole que controlase a sus militantes encarcelados. En las actuales circunstancias, argumentó, debe atenderse a "criterios penitenciarios", a lo que las correspondientes juntas de tratamiento consideren más conveniente para cada recluso, algo en lo que no ha ocultado que se tiene en cuenta la cercanía a su entorno