... mientras Podemos hace una rueda de prensa en el mismo edificio

Con apenas unas horas de diferencia y a escasos metros de donde dos exiliados opositores al régimen chavista fueron expulsados ayer a empujones de la exposición organizada por el consulado de Venezuela para cantar las glorias del régimen de Nicolás Maduro, dirigentes de Podemos se esforzaban en asegurar que el partido nunca ha tenido ningún lazo con este país y su peculiar forma de entender la democracia. La proximidad de ambos sucesos invitaba a pensar precisamente lo contrario: tanto la rueda de prensa de Podemos como la «Expo Venezuela» tuvieron lugar en el mismo edificio, el edificio del Círculo de Bellas Artes de la capital madrileña.

De hecho, la proyección de la película elaborada por la maquinaria de propaganda del chavismo, en la que se eludía hacer mención al estado de los derechos humanos y de las libertades políticas del país, y la versión alternativa al Debate del Estado de la Nación escenificada por Pablo Iglesias la semana pasada tuvieron lugar en el mismo sitio, el teatro Fernando de Rojas situado en la segunda planta del Círculo. Y es que la rueda de prensa de los lunes de Podemos va camino de convertirse en el lugar privilegiado donde la formación política dirigida por Pablo Iglesias, en vez de dar a conocer sus propuestas, apaga los fuegos de comunicación que asedian al partido.

Ayer lo tocó el turno a las graves acusaciones formuladas en los últimos días por partidos políticos y medios de comunicación de la oposición venezolana, que apuntan a los millones de euros que durante más de una década recibió el embrión político de Podemos, la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS).

Según Tania González, eurodiputada y secretaria de Rescate Ciudadano de Podemos, el partido «no tiene nada que ver» con la fundación en la que trabajaron Pablo Iglesias, Luis Alegre, Íñigo Errejón y Alberto Montero. González fue más lejos y afirmó que «todas las acusaciones que vengan por ahí» (refiriéndose a la oposición venezolana) carecen de base. González aportó un único argumento: el hecho de que no haya existido en ningún momento ninguna «relación orgánica» entre CEPS y Podemos.