Estrategia

Moncloa se sube al «ciclo del bulo» para tapar a Leire Díez

Óscar López, el ministro que venía a combatir las «fake news», capitanea el guion de la manipulación

MELILLA, 02/06/2025.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la ministra de Sanidad, Mónica García, durante el acto de inauguración del Hospital Universitario de Melilla, este lunes. EFE/ Jose Manuel Giner Gutierrez
Pedro Sánchez asiste a la inauguración del Hospital Universitario de MelillaJose Manuel Giner GutierrezAgencia EFE

Pedro Sánchez ha cumplido siete años en el poder abatido por la frustración de haber perdido el control total sobre la agenda pública. La acción legislativa del Gobierno, por paupérrima, se demuestra insuficiente para llevar la iniciativa política y el Ejecutivo hace semanas que nada a contracorriente de conversaciones de WhatsApp de José Luis Ábalos, informes non natos de la UCO sobre miembros clave de la dirección socialista y «fontanería» variada del partido.

La corriente es tal que desde Moncloa han dejado de bracear y se han rendido al caudal de lo que, denominan «las cloacas». Contribuyendo así a esparcir porquería y haciéndose eco de mercancía averiada, una noticia falsa que aseguraba que un exmando de la UCO «fantaseaba» con atentar contra el presidente del Gobierno. Moncloa lo vendió como un nuevo ataque, parte de la conspiración de la que son víctima, pero el relato, a tenor del literal de los mensajes, no se sostiene.

Pronto se descubrió que la conversación estaba manipulada y faltaban varios mensajes que venían a demostrar que, en realidad, lo que estaba diciendo el excapitán de la UCO Juan Vicente Bonilla era que él mismo temía que acabaran con su vida con «una bomba lapa en los bajos» o enviando a «algún sicario venezolano». En Moncloa tratan de blindar a Sánchez, desvinculándole de cualquier complot contra la UCO, pero la imagen que se proyecta, y la sensación generada, ya causan preocupación.

Además, lejos de permanecer ajenos al fango, varios son los ministros que han sido partícipes de la estrategia del «ciclo del bulo» que tantas veces han criticado para tratar de tapar el escándalo de Leire Díez con otro que se ha demostrado falso y fabricado. Varios dirigentes consultados lamentan la imagen de desesperación que trasmite el PSOE. «No hay rumbo», señalan.

La teoría del «ciclo del bulo» la explicó didácticamente el ministro Félix Bolaños en una sesión parlamentaria en la que enumeró las fases por las que transita. «Una noticia aparece en un digital, no lo llamaré medio de comunicación», dijo, para que acto seguido sean los partidos quienes «propagan el bulo, la falacia, la patraña». «Como no están ustedes solos en el ‘‘ciclo del bulo’’ siempre hay televisiones que lo propagan», apuntaba, a continuación.

A la cabeza de esta estrategia se ubica Óscar López. Pedro Sánchez eligió a su hasta entonces jefe de Gabinete para que ocupara la vacante de José Luis Escrivá en septiembre de 2024. El presidente del Gobierno recolocaba a un hombre de partido y de plena confianza, un «pata negra» del PSOE, en un puesto de máxima visibilidad. Salía de la tramoya gubernamental para asumir un puesto de primer nivel y el objetivo era dotar de «más colmillo» a sus ministros. Establecer una primera línea de acción más corrosiva y política –Escrivá era un técnico– que ejerciera como cortafuegos del jefe del Ejecutivo y asestara golpes a la oposición.

El movimiento se produjo después del periodo de reflexión de Sánchez y esto no es baladí, se pertrechaba para lo que anticipaba iba a ser un periodo de resistencia en el poder. Ya no bastaba con «poner la otra mejilla», había que salir al ataque. López asumió la cartera de Transformación Digital con una encomienda, hacer frente a las «fake news» que para Sánchez fueron el desencadenante de su amago de dimisión y de las causas judiciales que cercan a su entorno más directo.

El ministro apadrinó el Plan de Acción por la Democracia, cuya causa fundacional era, además, la lucha contra la desinformación. Durante este tiempo, López no se ha cansado de proclamar públicamente la necesidad de proteger el derecho constitucional a una información veraz y ha justificado el férreo control de medios que el Gobierno prevé implementar en esta estrategia de defensa de la verdad.

Sin embargo, en los últimos días López ha hecho una exhibición de todo lo contrario. «No puede ser que un cargo público que cobra 60.000 euros de la Comunidad de Madrid esté fantaseando con asesinar al presidente del Gobierno», dijo el viernes literalmente el titular de Transición Digital. Horas después, cuando se demostró que la información era falsa, López aseguró que «no había mencionado esa expresión» –en alusión a la anteriormente referida– y se limitó a pedir el cese de Bonilla y «cárcel» para el PP. «No verán ustedes un corte mío con ninguna falsedad. No lo hay. No existe. Yo me he hecho eco de la noticia y he dicho lo que he dicho. Lo reitero», insistió, sin rectificar.