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«No nos resignamos a dejar de ser españoles»

Miles de catalanes defienden la Constitución en ausencia del PSC. Lanzan gritos de «Mas dimisión» ante el Palau de la Generalitat

«Cataluña es España», y el «Soy catalán, catalán y español» fueron los cánticos más coreados
«Cataluña es España», y el «Soy catalán, catalán y español» fueron los cánticos más coreadoslarazon

«¿Qué pasa, qué pasa, hay una fiesta?». El joven Gerald, un holandés que este fin de semana está de visita en Barcelona, se vio sorprendido ayer por una marea de «senyeras» y banderas españolas cuando, poco antes de mediodía, se dirigía a la plaza del Rei, el lugar donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón a su llegada de América. Se dio de bruces con el medio millar de militantes del PP que, tras celebrar su propia fiesta de la Constitución, se dirigían a la marcha convocada por la plataforma «Som Catalunya, Somos España», para reivindicar la unidad de España. Una chica de las juventudes populares tuvo la gentileza de responder al curioso turista que ayer, 6 de diciembre, «se celebra el Día de la Constitución». «¿Sólo es fiesta en Barcelona?», replicó el joven. «No, en toda España», le aclaró la chica. Aunque, tal y como comentó la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, en el discurso que leyó para su militancia, después de desayunar unos churros con chocolate –un tentempié muy español–, Cataluña es la única comunidad autónoma que ha salido a la calle para conmemorar la Constitución.

En un momento en que los soberanistas catalanes, encabezados por Artur Mas, han lanzado un desafío para quebrar la unidad de España,la plataforma «Som Catalunya, Somos España» salió a la calle el 6-D para reivindicar que la Constitución es la mejor arma para frenar la independencia. PP y Ciutadans se sumaron a una marcha que partió a mediodía de plaza Urquinaona bajo el lema «¡Juntos! Por un futuro democrático y plural», a la que se unieron 5.000 personas, según la Guardia Urbana, 30.000, según los organizadores.

Independientemente del baile de cifras, los manifestantes llenaron la plaza Sant Jaume, donde acabó la marcha con la lectura del preámbulo de la Constitución, a cargo del portavoz de la organización, Pepe Domingo, que apeló a la unidad y a la convivencia entre Cataluña y España. «Hay muchos catalanes que no nos resignamos a dejar de ser españoles, demócratas y a vivir en paz», concluyó.

Tras la intervención de Domingo, tomaron la palabra un grupo de chavales que no votaron la Constitución vigente, que ayer celebraba su 35º aniversario. Los jóvenes leyeron el manifiesto redactado por la plataforma, a través del cual reivindicaron el pacto constitucional y la Constitución como instrumento de convivencia y democracia. Los jóvenes leyeron reflexiones como que «la Constitución ha servido para construir un lugar de convivencia que ha resistido las amenazas y ataques de grupos terroristas que han puesto a prueba nuestro sistema político» y reivindicaron que «tanto esfuerzo no puede ser tirado por la borda». También apelaron a «la responsabilidad de los partidos» y reclamaron «lealtad tanto a los que defienden la reforma del texto como a los que quieren mantenerlo intacto». Para finalizar avisaron de que «no vamos a aceptar que se nos divida». Y para vestir el acto de fiesta gritaron un: «¡Viva la Constitución, Cataluña y España!».

El himno español sonó como colofón en una plaza que está acostumbrada a oír cantar «Els Segadors» –el himno catalán–. La marcha militar fue interrumpida por los gritos de «España unida jamás será vencida», «Cataluña es España» y «Mas dimisión». Los mismos que se escucharon durante la manifestación que discurrió por la Via Laietana y donde se leyeron pancartas como «Un divorcio, mal negocio» o pegatinas en las solapas de los participantes con el lema «la ilusión de vivir juntos».

En la cabecera, los organizadores sostenían la pancarta, entre dirigentes del PP –Sánchez-Camacho, Alberto Fernández, Enric Millo, Xavier Garcia Albiol o Alejo Vidal-Quadras– y de Ciutadans, liderados por un Albert Rivera, que ironizó con que «en un futuro confiamos que este acto sea unitario, de todos los constitucionalistas». El comentario iba dirigido hacia el PSC, el gran ausente.

Pese a que Alfredo Pérez Rubalcaba pidió al PSC que celebrara «sin complejo» el Día de la Constitución, Pere Navarro participó por primera vez en el acto oficial que la Delegación del Gobierno organiza para conmemorar el 6-D, pero los socialistas catalanes no se sumaron a la marcha. Sánchez-Camacho y Rivera acusaron al PSC de dar la espalda a la Constitución, pero los socialistas alegaron que si bien se han desmarcado de los planes soberanistas de Mas, defienden la reforma de la Carta Magna para dibujar una España federal.

MAS, EN EL PALAU

Los participantes predicaron «convivencia» con el ejemplo. Sólo se salieron del guión al abuchear a un joven que estaba en un balcón del que colgaba una «estelada» y al contestar a unos niños que gritaban «Visca Catalunya». La anécdota fue que Artur Mas estaría en el Palau, según fuentes del Govern, cuando pedían su dimisión