Cataluña

¿Otra TV3 es posible? Un libro reabre el debate sobre la cadena

El constitucionalismo debate sobre si es conveniente o no el cierre de la TV

Presentaci—n del libro Otra TV3 es posible de Sergio Fidalgo.
Presentaci—n del libro Otra TV3 es posible de Sergio Fidalgo. David JarDavid JarFotógrafos

El «procés» ha aflojado por la presión judicial ejercida contra los responsables y por el desánimo de los votantes separatistas. Sin embargo, el secesionismo mantiene el control de muchos espacios de poder y, por tanto, mucha capacidad para volver a tomar impulso. Y TV3 es una de esas palancas con las que cuenta y la sociedad civil constitucionalista trata de movilizarse para impedirlo: en este sentido, anda estudiando qué hacer con la televisión pública catalana. Uno de los grandes debates que plantean algunos sectores del constitucionalismo está en torno al cierre de la cadena o no.

El periodista Sergio Fidalgo ha publicado recientemente «Otra TV3 es posible», donde se muestra esperanzado en que la televisión pública catalana pueda cambiar y desgrana sus propuestas. «Mi punto de partida es cerrarla para refundarla. Me gustaría pensar que sí es posible, pero si no es posible, la cerramos», ha señalado este martes en el acto de presentación del libro en la Fundación Universitaria Española, junto a Asís Timermans, Eduardo Inda y José Varela. Fidalgo ha puesto el acento en la ausencia de medios «localistas» constitucionalistas en Cataluña: según ha expresado, los principales medios de información con base en la autonomía catalana son de corte independentista o afines a la Generalitat (controlada por el nacionalismo), mientras que el constitucionalismo tiene que recurrir como fuente de información a las delegaciones de los medios de comunicación de ámbito nacional. «Si quieres información local, no hay alternativa. En Cataluña, tenemos a los medios nacionales que hacen algo de contrapeso», ha resumido.

Sin embargo, el planteamiento de Fidalgo ha chocado de frente contra la posición de Inda. Este considera que sí hay que cerrar TV3, igual que el resto de televisiones autonómicas. «No puede quedar viva ninguna televisión autonómica porque están financiadas con nuestros impuestos para hacer propaganda al gobernante de turno», ha afirmado. Si bien, ha hecho una valoración específica de TV3: «Es una televisión de corte fascista», ha señalado, aludiendo a episodios «anticatólicos» o «contra los gitanos» que ha protagonizado en los últimos tiempos, además de denunciar la censura que ha sufrido porque de un día para otro se quedó sin plaza para ir a tertulias. Además, ha dado datos sobre la dimensión de TV3 para contrastar con las televisiones privadas y públicas. «Cuando se cerró Canal 9, tenía 1.600 trabajadores. Antena 3 y T5 no superan los 1.000 trabajadores cada una. TV3 tiene 2.600 trabajadores, esto es un auténtico disparate. TV3 cuesta a cada catalán 45 euros, mientras que TVE le cuesta 17 euros a cada español», ha resumido.

Varela ha evitado entrar en profundidad a valorar si la televisión pública catalana tiene que cerrarse o no, aunque sí ha dicho que no es «partidario de que otra TV3 sea posible»: ha mostrado su escepticismo sobre ese escenario. Ha puesto como ejemplo la BBC, donde los políticos llegaron a la conclusión de que no podía estar cambiando de orientación política «indefinidamente» en función de quien gobernara. Si bien, una de sus conclusiones fue que el nacionalismo es un «negocio» que no radica tanto en la independencia sino «en la batalla por la misma», porque da dinero y puestos de trabajo.

Timermans se ha centrado en el proceso de «ingeniería social» nacionalista, que viene de lejos y tiene a TV3 como uno de sus ejes, a su juicio.