Política

El caso Carromero

«Otros dirigentes del PP también han sido amenazados en Cuba»

Carlos Payá denuncia el «montaje» que acabó con la vida de su hermano, el disidente cubano Oswaldo Payá
Carlos Payá denuncia el «montaje» que acabó con la vida de su hermano, el disidente cubano Oswaldo Payálarazon

«Lo importante era traer a España a Ángel Carromero». Y una vez que esto se materializó el pasado sábado con el ingreso en prisión del dirigente de Nuevas Generaciones del PP en la cárcel de Segovia, «hay que investigar hasta el final el accidente y sacar a la luz mucha información». Incluidos los testimonios de «otros dirigentes del PP que viajaron a Cuba y que, como Carromero, también sufrieron amenazas por parte del Estado cubano». Son palabras de Carlos Payá, hermano del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido aquel fatídico 22 de julio, y que denuncia a LA RAZÓN no sólo el «oscurantismo» con el que se ha llevado el asunto, sino otros casos similares al de Carromero. «Hay un joven del PP que nos contó que también le dieron un golpe en el coche, pero consiguió enderezarlo a tiempo», asegura Carlos Payá, que cree que en estos casos siempre hay «voluntad de hacer daño».

Sin embargo, poco o nada sabe del dirigente de Nuevas Generaciones desde que ocurriera la tragedia, aunque estaba previsto que la primera llamada que hiciera Carromero desde la cárcel sea a él. Así se lo confirmó el parlamentario popular Pablo Casado, que le llamó para comunicarle que Carromero había pedido su teléfono para interesarse por la viuda de Payá. «Llevo cinco meses sin verle y quiero saber cómo está mi amigo», explica Carlos, residente en España desde hace años, que relata que «lo más cerca que pudo estar de Carromero en Cuba fue en el juicio y a centenares de metros». «Debía de ser un auténtico peligro para la seguridad cubana», ironiza.

Satisfecho por el regreso de Carromero y por el esfuerzo del Ministerio de Asuntos Exteriores en conseguir su repatriación, el hermano del disidente cubano cree que el caso de Carromero no podría ser el último. «Mi hermano estaba constantemente vigilado desde hace tiempo. Tenía pinchados los teléfonos y una cámara de televisión a todas horas en su casa». Incluso, asegura, «el día de la tragedia la Seguridad del Estado cubano anunció en un blog que Oswaldo estaba viajando». Con ese mensaje empieza «el montaje y el silenciamiento de un accidente», que, asegura, «nosotros no podemos calificar así con todas las contradicciones que existen».