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Ya no rugen los leones

Sin Presupuestos

En la "mili" no le debieron decir aquello de que "el enemigo siempre tira a dar"

Los leones del Palacio de las Cortes Archivo

Es lo que tiene ignorar al Parlamento en un régimen que, constitucionalmente, es parlamentario encabezado por la Monarquía. Para empezar mal y en contra de lo que había sido tradición en España no gobierna el partido más votado por los ciudadanos. Los pactos contra natura se hacen extramuros de la Institución que representa a los que confiados depositaron su sufragio el día de los comicios. Sin reparar en lo que se le advirtió repetidamente, se entregó, por eso de detentar el poder, en manos de enemigos de España y, sobre todo, de su unidad. ¿Qué podía salir mal?

“Fue una gran pérdida de tiempo”, aseguran que dijo en algún programa televisivo, sobre su paso por la “mili” (Servicio Militar), que, según cuentan, debió realizar en el CIR (Centro de Instrucción de Reclutas) nº 3 en Santa Ana, Cáceres. Hay que colegir que no estuvo atento a las lecciones de teoría y que no tuvo un sargento que le dijera aquello de “¡Cuidado con el enemigo, que tira a dar!” y no repitieraa la broma –alguna vez narrada en estas páginas- de las “Ventajas y desventajas del ataque nocturno: ventajas, el enemigo no nos ve; desventajas, no vemos al enemigo”.

Lo de la disciplina, el compañerismo y el amor a la Patria lo doy por hecho, como el valor, que se le suponía a todo el que empezaba a vestir el uniforme.

En fin, fuera lo que fuera, no lo debió interiorizar suficientemente o sí, y, digo yo que mal aconsejado, pues se puso a gobernar con una base tan sólida como un helado que te dejas unos minutos en la playa en plena canícula.

Pasó lo que pasó. Tal vez no había reparado en que, entre sus entusiastas socios de antaño, hogaño había quienes no aceptan las excusas del mal pagador y empezaron los tropezones en un hemiciclo que sólo recibía el resultado de lo que se gestaba fuera del viejo Palacio de las Cortes.

Eso sí, encendidos debates a cuenta de los vericuetos en los que se metía el recluta y después soldado con tal de tener entretenida a la opinión pública, con una arriesgada apuesta en el plano internacional que, hay reconocerlo, le está da dando una gran visibilidad e iniciativa, pero que se puede convertir en aquello de “pan para hoy...”

La realidad es que los leones que dan nombre a esta sección se hallan a la espera del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado, cuyo plazo de entrega en el Parlamento vence mañana. No hay que ser desconfiados y, como se comprometió, puede sorprender a propios y extraños y llegar a un acuerdo en el último momento. Habría que pedirle un favor: que no deje el Estado en almoneda (Para los asesores, que no tengan que ir al diccionario: venta en pública subasta de bienes muebles, generalmente usados).

Señor presidente del Gobierno, como siempre me dirijo a usted, por el respeto que se merece y porque, en definitiva, es mi presidente. Vuelva al Parlamento, pacte allí con los constitucionalistas. Ceda cada uno la parte que le corresponde y háganlo por el bien de España.